martes, 18 de febrero de 2014

EL ITINERARIO DE LA MUERTE

Everardo, corría todo desorbitado y dando tumbos por la avenida Bolívar, algunas trasnochadores lo veían con cara de asombro y de burla, al verlo en esa situación de desespero, cada paso que daba volteaba, verificando que tan cerca de él venia su perseguidor. Tras él, la misma muerte, con su típico traje negro y en su mano la guadaña, la hoja con filo, brillaba por las luces de la iluminación del tendido eléctrico, con forme avanzaba tras Everardo, ésta parecía flotar mientras perseguía a Everardo, cosas extrañas pasaban a su paso. Hace unos cien metros, al paso de la muerte un coche ultimo modelo se estrello contra un poste de luz, los parroquianos corrieron a auxiliar a los jóvenes que se conducían en estado de ebriedad, pero todos salieron ilesos, increíble para como habia quedado el automóvil. Esa noche los bomberos de la estación cercana, tenían mas trabajo que lo normal, pues a cada momento se escuchaban las sirenas y las ambulancias pasar. Everardo ya casi no aguantaba, el corazón se le reventaba de cansancio, pero no podía detenerse pues, si lo hacia la muerte le alcanzaría y tomaría su alma, quedando tirado en la calle su cuerpo mortal. En cosa de minutos Everardo llego al puente del Trébol, y se vio con la disyuntiva; seguía sobre el puente o bajaba hacia las calzadas Roosevelt y San juan. Decidió bajar y siguió corriendo, al llegar al mercado del Guarda, se enfilo por aquella calle. Tras él, seguía implacable su andar, la señora muerte. Al pasar frente a unos indigentes, que se encontraban pernoctando en plena calle, toco a uno de los desafortunados, ocasionándole la muerte en ese resiso instante. Los bomberos, después dijeron en su parte que habia fallecido de hipotermia. Mientras, Everardo corría desesperado, viendo insistentemente para a tras; lo único que Everardo lograba visualizar cada que volteaba eran los reflejos que salían de la hoja de la guadaña y era esto lo que le indicaba que la señora muerte estaba cerca de él. Al llegar a las puertas de la pediatría del hospital Roosevelt entro por la emergencia del hospital, intentando con esto perderse entre tanta gente, que esa noche abarrotaba al hospital, con sus niños a consecuencias de las heladas que habia estado haciendo días anteriores, los menores se encontraban con bronquitis y otras enfermedades propias de esos días de heladas. Mas adelante Everardo, sentado entre los padres de los pacientes, traba de burlar a la misma muerte. Ésta, entro en el lugar observando a diestra y siniestra, a todos aquellos indefensos enfermos, cuando los ojos de la muerte y de Everardo se encontraron, Everardo los vio brillar, y en ese brillar se ilumino, dejando a sus ojos toda la calavera blanca, sin ningún tipo de expresión, al darse aludido Everardo se levanto y se introdujo entre los pasillos del hospital, saliendo por una puerta; dirigiéndose hacia otra ala del hospital, la muerte se tardo unos minutos en la emergencia de pediatría, y conforme se dirigía hacia donde habia salido Everardo, su guadaña tocaba con su punta afilada a algunos desafortunados infantes, quienes en ese instante perdían la vida, dejándose oír a las inconsolables madres dar gritos de impotencia al ver como sus retoños, acababan de fallecer. Los demás pacientes daban su opinión, diciendo que habían muerto por la falta de atención medica, por la falta de humanidad de los doctores al no atender rápidamente a los pacientitos, las enfermeras trataban de calmar a los padres de las victimas mientras, los guardias a los desesperados padres de los niños que no habían sido atendidos aun. En estas circunstancias, dejo a la sala de emergencia. La muerte  siguió su imparable camino tras de Everardo. Everardo corría por los corredores obscuros del hospital, tratando de encontrar algún lugar en donde poder evadir a la muerte, en su desesperación, se introdujo en una habitación, en donde se encontraban unos diez pacientes. Esa sala era el intensivo del hospital, allí habían solo pacientes graves, algunos moribundos, Everardo se metió en una de las camas que se encontraba desocupada y se hizo pasar por uno de los pacientes. Cuando entraron unos médicos y enfermeras, encendieron las luces y principiaron su ronda. Al fin, llegaron donde se encontraba Everardo, uno de los médicos tomo su tabla, con el historial del paciente. Para el asombro de Everardo, esto escucho.
-Nombre del paciente: Everardo Pérez...
-Paciente ingresado hoy a las 1:00 horas, con herida de bala en el pecho...
-Éste, es el asaltante de buses de la avenida Bolívar. El que fue baleado y traído de emergencia y de una operado?
-Si doctor, él es...
-Hijo de puta, dan ganas de no hacer nada por estas ratas inmundas. Se expreso el medico de mayor edad, y seguramente el jefe de la ronda medica.
-Estoy de acuerdo con usted doctor Marroquín... pero hicimos un juramento y debemos atenderlo..
-Verdad?
-Si... A todo esto Everardo giro su mirada hacia la cabecera de su cama en el intensivo y se encontró con la cara blanca y huesuda de su perseguidor y antes de que él pudiera mover un musculo, sintió en su pecho el guadañazo, justo en el corazón.
-Dr. Marroquín! le esta dando un paro al paciente.
-Desfibrilador! grito el Dr. Marroquín, pero ya el monitor conectado a Everardo indicaba con el típico sonido que habia dejado de existir. Estas fueron las palabras del Dr. Marroquín.
-Hora del deceso, 5 am.
-Murió la rata asquerosa, ya no podrá seguir haciendo mas daño.
La muerte se retiro, por la sala a través de todos los encamados, no sin antes de abandonar la habitación, darle el arponazo al ultimo de la fila.
-Doctor, se nos fue el otro...
-Quién? pregunto Marroquín
-El compinche de la rata inmunda...

"...Cuando la muerte sale en busca de alguien, aprovecha su recorrido para llevarse a los que les llego la hora, cada uno va falleciendo según el minuto que le corresponde, y también deja a su paso accidentes increíbles; en donde la gente expresa su asombro al ver los autos, totalmente destruidos y los pasajeros salir de ellos, ilesos. Ésto, le divierte a la muerte, dejándolos vivos, como una advertencia de que la próxima; si se los lleva!... Éste, es el itinerario de la muerte!!..."



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