miércoles, 2 de abril de 2014

CUIDADO... CON LO QUE DESEES!!

Apenas era un chaval, y a mi madre se le habia pasado un año, para ponerme a estudiar el primero de primaria. Todos, entraban a los 7 años y yo ya tenia 8. 
Eran las inscripciones y para variar, el cupo estaba completo, mi madre desesperada buscaba la manera de inscribirme, pues sino se nos iría otro año mas sin el vital pan del conocimiento. Al ver el desespero de mi madre, un maestro se le acerco y platicaron por varios minutos para luego ella llamarme y presentarme con mi mentor, éste abnegado maestro -cosa rara en muchos; pues, se lleno su cupo y ya no quieren saber de nadie mas- 
-Mucho gusto jovencito..., te espero mañana..., no faltes!
Nos regresamos a casa, mi madre ya con un peso menos encima y yo con la emoción normal, sentida por todo infante que acude por primera vez a un centro educativo. Ese día mi madre acudió conmigo a la librería a comprar mis útiles, del listado que el profesor le habia dado, y de paso se quedo observando por varios minutos, aquel que sería mi bolsón, era una caja rectangular de color blanco, de puro cuero, con un par  de correas para colocármelo en la espalda. Hizo sus cuentas y luego de pedirle al señor de la librería un descuento, pues ya no le alcanzaba, éste se lo hizo y salimos de aquel lugar completos, para empezar mi nueva etapa en mi corta vida, la vida estudiantil.
Al día siguiente, mi madre desde muy temprano empezó a dar las normas y explicaciones competentes para mi nueva aventura yo oía sin escuchar pues, algo mas importante seguro atraía a mi joven concentración. Llego la hora y salimos de la casa, mi madre y yo, rumbo a la escuela, decenas de madres y niños llevaban el mismo rumbo que el nuestro, mientras caminábamos mi madre aprovecho para darme unas platicas de educación vial. Finalmente, llegamos a ese lugar, la escuela República de El Salvador, numero... algo..., aquello parecía una feria, en la cual nada ni nadie podía contener el jolgorio que en el lugar habia. Yo, al ver todo ese caos, empece a manifestar un fuerte dolor abdominal, el cual de inmediato se lo hice ver a mi madre, ella se agacho para quedar a mi altura y con todo su amor, sobo mi cara indicándome que, eso era normal y que pronto se me pasaría. Pero, ese momento mágico de madre e hijo fue interrumpido de forma abrupta por el sonido de un timbre, el cual indicaba que todos deberíamos de formarnos en el lugar que correspondía, aquel caos de pronto, cambio a una solemnidad militar, todos los niños de los diferentes grados, estaban bien formados frente a su aula y su maestro, mi madre y yo nos dirigimos tomados de la mano, hacia el lugar en donde estaban los mas pequeños, justo donde se encontraba el profesor Nery -ese era su nombre- nuestras madres nos formaron de una manera muy cuidadosa, pero el maestro les pidió su atención, para esto ya todos los demás niños de la escuela habían iniciado las clases en sus respectivos salones, mientras el profesor Nery, les daba indicaciones a las madres, cosas como, que no era necesario de que llegaran hasta ese lugar con nosotros, que nos debían  dejar en la entrada de la escuela y luego retirarse, que deberían estar a una hora especifica para ir a recogernos y que ese lugar también era fuera del perímetro de la escuela, en fin ese tipo de información. Mientras tanto, nosotros empezamos a conocernos y a unirnos por afinidad, entre el grupo de niños, fue en eso que las madres se acercaron a nosotros y luego de darnos su bendición, un abrazo acompañado con un delicioso beso; se fueron. Mientras, el profe nos formaba en orden de estatura, para luego entrarnos en el aula. El maestro, procedió a hacer lo que el sabia hacer muy bien, que cuando sentimos, el timbre sonó de nuevo, se trataba de la hora del recreo; cuando salimos del aula, todos nos quedamos parados sin saber que hacer y menos al observar a aquel inmenso campo -el cual, hoy lo veo pequeño- en donde nuevamente el caos se habia apoderado por los casi 100 alumnos. El profe, al vernos nos dijo ustedes jueguen en este sector, no se vayan a meter ahí pues los podrían golpear y nos fuimos al lugar indicado por el profe, pero claro ya desde peques hay quienes vinieron a este mundo para ser diferentes y romper esquemas, éstos se sumergieron en ese mar de gentes, quienes se los trago en segundos. Mas se tardaron en entrar, que en salir de allí, todos raspados con rumbo a enfermería, que quedaba en la dirección del plantel. 20 minutos después, el timbre sonó nuevamente y la calma retorno. Ingresamos a nuestro salón. Ahí estuvimos, hasta que nuevamente volvió a sonar el timbre, era la hora de salida, en ese momento el maestro nos detuvo parándose en la puerta pues, afuera estaba pasando tremenda estampida de alumnos provocando un atolladero en las puertas que dan para la calle, cuando paso el ultimo, desperdigado y atarantado grupito de alumnos rezagados, pero haciendo el mismo escándalo, fuimos dejados en libertad y nos dirigimos hacia esa puerta inmensa en donde nuestras madres se decían unas a otras -ese es el mio! -aquella es la mía!, todas unas madres orgullosas. nosotros conforme ubicábamos a nuestra amada novia, corríamos rumbo a ese oasis de amor que, eran sus brazos, ellas de inmediato nos preguntaron; la pregunta de rigor
-Cómo te fué?.. te gusto la escuela?... te dejaron tareas?... y otras mas. Algunas madres al igual que nosotros ya se habían acercado por afinidad o porque el retorno nos quedaba en el mismo rumbo, ellas cargaban nuestras pertenencias y se iban cuidándonos y platicando de cosas de mujeres, mientras que nosotros nos íbamos jugando por las calles de aquel viejo barrio.
Al entrar a casa, mis hermanos me recibieron todos  entusiasmados, haciendo las preguntas respectivas.
Yo, por mi cuenta me dirigí a la meza a hacer mis tareas. Y así, termino mi primer día de clases. Mi mamá tenia razón, el dolor de estomago se desapareció en cuanto las clases iniciaron. 
-Ella lo sabe todo!
Así, transcurrió todo el año, mas bien diez meses. Todo era igual, salvo que mi madre les pidió; un día, a mis hermanas, que me llevaran ellas a la escuela porque, ella ya se habia cansado y ademas la novela estaba de lo mejor, mis hermanas a  lasque también les apasionaba la novela, me lavaron el coco, esa tarde.
-Vos ya sos un hombre, así que deberías de irte solo para la escuela. Me dijo una se ellas.
-Pero, mi mama...
-Nada, ella no se va a enterar, verdad? dijo la otra. Luego de convencerme con saber que condiciones, me indicaron como llegar hasta la escuela y como cruzar las calles. Entonce me dirigí solo, ese día hasta la escuela, la cual quedaba mas o menos a un kilómetro de distancia. En aquella época todo era muy sano, habían pocos vehículos, que esa misión fue sencilla y la aprendí muy rápido. A la hora de salida ya estaban allí, mis hermanas, esperándome;  al verlas salí corriendo como todo niño en busca de la persona que te llegaba a recoger. Entonces me preguntaron, ellas, quienes aún eran un par de adolescentes.
-Quien es tu profesor?.
-Es aquel. Les indique. Cuando ellas conocieron al profesor Nery quedaron prendidas de él pues, era una persona de buen ver. Desde ese día, se olvidaron de la novela y nunca mas me dejaron ir y venir solo a la escuela y cada que veían a mi profesor se les escapaba un suspiro y hacian comentarios que para mi solo eran, 
-Guacala!  
Un día, de octubre, cuando casi termina el año, levante las manos, pero el maestro me ignoraba, por algún problema que tenia en ese momento, pues junto a él se encontraba el señor director. Yo insistía, pero nada.
-Háblale, me sugirió Luisito, mi compañero de pupitre.
-Profe!! 
-Esperece! me respondió, fue la única vez que él me hablo  en ese tono; debió haber sido algo muy importante lo que le hizo cambiar su forma de tratarnos.
-Profe! insistí
-Me da permiso de ir al baño! ya se me reventaba la vejiga, el pipí se me salia ya hasta me dolía el pilin, de esta aguantando.
-Espere, ya va a sonar el timbre y entonces va. Me dijo, nuevamente en una forma que jamas le habíamos escuchado. Luisito me sugirió que me la sacara y orinara allí, pero me negué a tan descabellada idea, esa era la discusión que teníamos, cuando ya no pude mas y vi como mi pantalon se fue oscureciendo y mi pupitre se lleno de agua, de ese liquido tan caliente que luego de unos segundos se vuelve tan frió, que te tiemblan las piernas. Mi dignidad habia quedado muy mal, justo en ese momento, sonó el timbre. El profesor dijo. 
-Pueden irse! siempre sumergido en su problema.
-Y, usted vaya al baño, me dijo sin verme, yo ya ni le respondí, mi buen amigo Luisito, me acompaño estoicamente hasta el encuentro con nuestros familiares. Cuando me vieron llegar mis hermanas y la mama de Luisito se percataron de mi accidente, y fui consolado, todos me veían pero nadie decía nada (hoy pienso: ver a un niño de ocho años todo mojado de ahí, debió ser algo normal)  
Mi hermana se quito su suetercito y me lo amarro a la cintura, fue en ese momento, cuando se paro a la par mía, Vicente uno de los que se habia metido en el mar de chavos a la hora de nuestro primer recreo y que posteriormente lo llevaban todo raspado. Se paro a la par mía, y me dijo.
-Se orino en el pantalón, ja,ja,ja... se orino en el pantalon, hasta musiquita le puso el condenado. Me le quede viendo y le tire una patada, pero mis hermanas me tomaron y no lo permitieron, éste cruzó la calle y del otro lado seguía fregándome la vida, con su cancioncita. Entonces, fue que deseé, algo terrible.
-Ojala y te mueras! si, ese fue mi pensamiento y fue con tanto odio que como dicen, si la vista pudiera matar ahí habría muerto mi compañero. Al ver mis ojos y  quizá cansado de chingar mi paciencia, salio corriendo, perdiéndose entre las cuadras de la colonia.
Al día siguiente que llegamos a clases, el maestro estaba retirando a sus alumnos, dando la explicación de que las clases se suspendían, porque uno de sus alumnos precisamente, Vicente, estaba grave en el hospital, pues lo habia atropellado un bus colectivo... Mas tarde, supimos que Vicente no aguanto y MURIÓ! 

"Por ello te digo y lo hago con toda propiedad; ten cuidado con lo que desees, porque se puede hacer una realidad"....


No hay comentarios.:

Publicar un comentario