viernes, 11 de abril de 2014

LUNADA EN ATATUPA!! (mi primer lunada)

En la carretera, dentro de la palangana de un pick up, viajábamos hacia Atatupa, Asunción Mita, Jutiapa. Nos habían invitado a una lunada; en mi vida habia asistido a una, me sentía muy emocionado pues, en la larga palangana iban mis primas a quienes acababa de conocer, hermanas del agasajado,la luna estaba increíble y yo todo un galán coqueteaba con mis nuevas y hermosas primas, ellas como es bien sabido, hablaban entre ellas como ignorándome y por un breve lapso lograron su intensión, pues me deje llevar por la belleza de esa luna. Por las vueltas de la laguna, la cual estaba imponente en sus aguas quietas y serenas se reflejaba ella, la luna, como observando su belleza frente a aquel gran espejo que la naturaleza le habia obsequiado al departamento de Jutiapa; en una de las vueltas que coronan a la laguna y previo a llegar al puente Tamasulapa, algo salio de entre las oscuras arboledas que rodean la carreta yo, sentí que me alcanzaba, era una especie de perro, negro de un tamaño no tan peculiar, solo escuche su gruñido, pero en eso el pick up acelero y este se fue difuminando quedando entre la oscuridad de la carretera yo, alcance a ver sus colmillos blancos y enormes y también sus brillantes y rojos ojos, rojos como el fuego, con forme el vehículo avanzaba, este animal se perdía entre las sombras de aquella carretera rodeada de espesa vegetación. Sin embargo, yo seguía escuchando por instantes sus pisadas, estas se clavaban en el asfalto, el animal seguía tras nosotros y aunque no lo podía ver, si podía escuchar sus garras afiladas golpeando el pavimento, mi cuerpo se erizo completamente y mas cuando al fondo se escucho el aullar de un coyote, perro o lobo, yo que se. Mis primas, al ver que yo estaba absorto y clavado en la oscuridad sin prestarles la mas mínima atención, me hablaron.
-Capitalino miedoso, solo es un lobo aullando!... no te asustes, jajaja!!. Se burlaron de mi. Eran, dos adolescentes hermosas, hermanas del dueño del pick up, yo quise defenderme y tomando valor les conteste.
-Claro que es un lobo, un perro salvaje que en la antigüedad era un tremendo depredador; hoy día es simplemente el mejor amigo del hombre, lo que escuchamos era eso un perro, que aulló a la luna simplemente eso, debido a que en su ADN todavía existen indicios de sus antepasados... los lobos.
Las niñas quedaron mudas y continuaron su técnica de ignorarme, hablando muy quedito entre ellas disimulando, como si yo no existiera. Al fin, entramos a la ciudad de Asunción Mita y nos dirigimos hasta el balneario de Atatupa. el pick up fue parqueado, se bajaron el chófer y compañía, las primas y yo; empezamos a descargar lo que llevábamos para el ágape de esa noche, yo con la pena de lo que habia visto y escuchado me dirigí para donde estaba la pileta. me encucliyé y toque con los dedos el agua, ésta estaba congelada. Entonces me abordaron nuevamente las señoritas.
-Seguramente, para el niño el agua esta heladisima. como ellos -refiriéndose a los citadinos- están acostumbrados al agua calentita.
-Si, dijo la otra, regalándome una mirada despectiva.
-Apuesto a que no te bañaras. Me decían; ésto, mientras se quitaban sus jeans y la blusa, quedando con unos bikincitos, tan pequeñitos, que no dejaban nada a la imaginacion y como no si eran poseedoras de una siluetas de concurso de belleza. Yo, quede hipnotizado al ver amis pesadas primas con esos pedazos de trapitos y mas, cuando de un solo se lanzaron a la piscina como si nada  y mas, al ver con la gallardía que nadaban, parecían nadadoras olímpicas, eso me intimido aun mas, pues, yo ni siquiera sabia nadar y si me metía a esa piscina, seguro moría de un infarto por lo helada, de esa aguas.
-Vamos, primito, te vas a meter o no?. Me dijo la que mas me agredía, mientras que la otra, nadaba de lado a lado para entrar en calor.
-Creo que no y eso porque, estoy algo agripado. Les respondí, pues no se me ocurrió otra excusa.
Fui rescatado de tremendo ataque por el hermano mayor de ellas, quien me pidió que le ayudara con la churrasquera, de inmediato acudí al llamado y me ofrecí a hacerme cargo de ella y quede allí, asando los filetes de carne. Mientras hacia mi trabajo, seguía obsesionado con los cuerpos de mis primas pensando. 
-Malaya y pudiera nadar. Eso pensaba, cuando algo me hizo voltear abruptamente hacia la cerca de alambres de púas y pequeños arboles que hacian de paredes al rededor de balneario. 
-Qué diantres fué eso? la musica habia empezado a sonar y los vasos se chocaban entre si brindando por el cumpleaños de mi primo. Mis primas, que yacían recostadas boca abajo sobre unas toallas, luciendo sus curvilíneos cuerpos, me llamaron de nuevo la atención; ellas hacian como que no me veían, pero si que lo hacian, insistentemente, era una provocación entre adolescentes; aquel estira y encoge que nunca llega a consumirse yo mientras pensaba en una de ellas, pero el problema era como quitar de en medio a la otra, si parecían siamesas, no se despegaba una de la otra. De pronto, nuevamente ese sonido, era algo como si me respiraran en la nuca no se si era mi imaginacion pero sentía el aire del respirar agitado en mi nuca, era tan real que me obligaba a voltear hacia ese tapial. En una de mis vigilantes miradas entre los arboles me encontré con un par de luces rojas que brillaban tanto como si fueran dos faroles de carros, voltee y mire para otro lado, para luego volver a ver al mismo punto y nada, ya no habia nada.
-Seguramente es mi imaginación, pensé. 
-Diablos! cálmate! Me dije, a mi mismo, pues, ya estaba muy nervioso.
-Hola! me dijeron la hermanas, cuando pasaron frente a mi, iban escurriendo agua de sus cabelleras envueltas en la toallas, si que eran chulas las desgraciadas. Un gruñido me erizo nuevamente todo mi cuerpo y esta vez vi, pero a dos pares de ojos rojos, tan rojos como si de ellos escupieran sangre. Esta vez, se movieron los matorrales. Quede inmóvil, aferrado al tenedor que me servia para darle vuelta a la carne, los gruñidos eran mas continuos. Lo único que se me ocurrió, fue tomar unos pedazos de carne y se los lance a la nada, fue entonces que se escucho un tremendo ajeteo entre dos enormes perros, pensé. Ahora, si se percataron todos de ese escandaloso movimiento de matorrales y gruñidos, que mi primo, desenfundo su pistola, que llevaba al cincho y disparo al aire, escuchándose a esos perros salir huyendo de ese lugar.
-Seguro eran perros callejeros, atraídos por el olor de la carne.
-Seguro, pensaste que los lobos te comían ¿verdad primo? jajaja. Rieron en mi cara, mis adoradas primas, quienes se adentraron un poco mas allá de la piscina, quedando a mi vista, solo las siluetas borrosas de ellas. No pasaron mas que unos segundos, cuando se escucho un grito desgarrador  y de dolor, realmente aterrador; a lo que los demás también gritaron, pues empezaba una ranchera de Vicente Fernandez y los gritos se confundieron con los de mis primas, pues de ellas ni las siluetas; solo se veía como se agitaban con fuerza y ferocidad las ramas, arbolillos y unas varas de bambú que como dije antes eran el tapial del balneario; mis piernas no me sostuvieron mas que tuve que hacerme del alambre de púas, quedando mi rostro frente a un par de sangrantes ojos y fauces abiertas, de las cuales salia un feroz gruñido, éstos, me enseñaban toda su dentadura afilada, su hocico se habia arrugado de tal manera que me permitió ver entre sus muelas un trozo de tela del mismo color del diminuto biquini de una de mis primas.
-Dios mio! Dije, con voz baja y quebrada.
-Hasta aquí llegue! Pensé, luego de ello un aullido hizo que el feroz animal, tan robusto como novillo, de color negro, como la misma noche en la que se escondían. Como apareció, así mismo, desapareció. Yo tome un suspiro.
-Qué hago? Me dije, observando al resto de mi familia bailando ya bien borrachos.
-Nadie me creerá lo que acabo de ver. Me dije. Corrí hacia donde vi por ultima vez a mis primas pero nada, solo encontré trabado entre los alambres de púas, unos pedazos de toallas, y mas allá, las hojas que escurrían sangre. 
-Qué, esta pasando Dios mio? Pensé nuevamente.
Unos gritos y la detonación del arma de mi primo me hicieron voltear hacia donde se encontraba la fiesta pero lo que vi casi me mata; tíos, primos y amigos, estaban siendo devorados por una jauría de enormes perros negros, nadie tenia oportunidad, estaban siendo destrozados; pedazos de brazos por allá y piernas por el otro lado; esos enormes perros se peleaban el cuerpo de mi primo, jalando uno una pierna mientras el otro le jalaba la cabeza; aquello era horrible. Yo gritaba, pero entre tanto gruñido y aullido, mi grito era un simple murmullo. 
Cuando el festín termino y solo se comían los pedazos de partes de los cuerpos  regados por doquier yo seguía sin poder moverme, eran seis bestias que se disputaban entre ellos los pedazos que estaban esparcidos en la grama de aquel balneario. Fue entonces que el alfa me vio; sus ojos se clavaron en los míos, éste camino lentamente hacia donde me encontraba hincado y llorando se acerco lentamente; uno de los que se habia quedado entre el grupo al verme se me abalanzo, pero este, el alfa lo ataco gruñéndole como indicándole, este es mio, el otro con un quejido entre su hocico se regreso junto al resto de la manada, quienes solo eran observadores, de como su lider que ahora estaba a solo un metro de mi sin quitarme los ojos de encima. Fue entonces que lo reconocí; éste, fue el que salio de entre los matorrales detrás del carro en movimiento, haya en las vueltas de la laguna, nos vimos al rededor de casi un minuto fijamente a los ojos yo, ya resignado a mi suerte lo vi con mirada penetrante convencido de que si iba a morir en las fauces de ese enorme animal lo haría como todo un hombre. Entonces los ojos se le volvieron mas colorados, su hocico se arrugo hacia sus ojos, dejándome ver sus enormes colmillos como de cinco centímetros  y el resto de sus afilada dentadura, escuche un feroz gruñido y el aullido de los cinco compañeros que le esperaban al fondo.... se abalanzo contra mi, quedando entre sus patas; sus garras se introducían en mis débiles hombros, como alfileres se hundían lentamente. Bien sentía como se hundían, hasta tocar mis huesos. En mi cara, caían gotas de sangre de mis parientes, levanto su enorme cabeza y vio a la luna, para luego lanzar un aullido que me dejo sordo, luego se volteo a una velocidad increíble.... embullándose mi rostro; sentí cuando sus colmillos entraron en mis pómulos y oí como mi cráneo se quebraba ante la presión que proporcionaban dichas fauces; sentí como mis ojos salieron de sus cavidades.....
Lo extraño era, que aun podía sentir como sus uñas me lastimaban mis hombros y los aullidos de su manada fueron cambiando por un lejano y dulce sonido...
Sergiooo!... Sergio!... despierta!.. despierta!...Hemos llegado... Creo que tienes una pesadilla!!...
Fui volviendo en si y abriendo mis ojos lentamente, las uñas que sentía en mis hombros, eran la manicura de mi hermosa prima, que me despertaba de mi pesadilla. Sentí un gran alivio, cuando en lugar de las fauces de enorme lobo, veía una cara angelical y en lugar de aquellos ojos rojos como la sangre vi unos ojos grandes y azules como el cielo y en lugar de aquellos afilados y enormes colmillos solo vi una hermosa sonrisa y de la mordida que aplastaba mi cráneo, en su lugar sentí un cálido beso en mis labios.... Abrí los ojos y la luna brillaba en el cielo... Al tratar de ponerme en pie, de entre la palangana del pick up y ayudado por los hermosos brazos de mi rubia prima.... Algo me la arrebato quedándome entre mis manos el brazo de ella;  solo escuche los gritos de mi familia y los aullidos de los lobos. 
Me apresuré y me metí entre todas las cosas que llevabamos para nuestra lunada.... mi primer lunada!





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