lunes, 12 de mayo de 2014

LA CARTA DEL DESAMOR

-Madre, ¿y éste sobre amarillo?
-¡Presta a ver!
-Dice:  para el amor de mi vida.  Leyó la pequeña a su madre.
-¡Dame, te dije! Entonces ella le entrego a su madre, aquella carta amarillenta, por el tiempo transcurrido. Vera, quien era una mujer que vivía con su hija; abandonadas por su esposo, quien ahora tenía a una pareja como de la edad de su hija y que jamas habia sido con ellas, lo que Vera había esperado de un hombre.
-Mami. ¡ya léela! Le insistía la señorita a su madre.
-Sabes hija. Le dijo Vera a su adolescente hija... 
-¡Tengo miedo de leerla!
-Y, ¿eso porqué mami?... Se nota que es una carta viejísima. Le alentaba la joven a su angustiada madre; quien creía saber el contenido de esa carta, que nunca se animo a leer.
-No se hija, ¡comprenderme por favor!
-Nada, rompela y la lees. ¡ya! Le hablo fuertemente a su madre, quien al fin tomo fuerzas y rompió el amarillo sobre, de allá por los 80´s. Los ojos de Vera se abrieron y se vidriaron al empezar a leer el misterioso contenido de la carta; por un instante, sintió que no pudo mas y cayó sentada sobre su sillón con la carta arrugada entre sus temblorosas manos.
-¡Qué dice mami? Le preguntaba ansiosa la jovencita a su adolorida madre.
-Es la carta de alguien a quien desprecié e ignoré por casarme con tu padre... 
-La carta dice lo que me sospeche, pero no quise reconocer en su momento hija... 
Luego de un suspiro y de limpiar sus mojados ojos, continuo leyendo la carta. Mientras mas leía, mas era su sufrimiento, hasta que no pudo mas y salio del cuarto directo al baño, lugar en donde se encerró por un buen rato, dejando la carta amarilla tirada sobre el sillón. Entonces, la hija de Vera, la tomo y luego de unos instantes en decidir si la leía o no, tomo la decision de hacerlo y ésto encontró, en su contenido:

             "lejos de ti me alejé sin que supieras que yo te ame,
            acaso nunca supiste, ni entendiste que en el amor todo debe de ser sincero, 
            sé, que te quise y comprendo que no te fijaras en mi,
            Lo nuestro fue como un sueño... el que quise vivir, sin entender,
            que no me quieres, 
            que tu prefieres que me olvide que ti, 
            no necesitas decirme porque, pues yo lo se bien. 
            Pero, quiero que sepas, que recordaré éste cariño, sincero, 
            al que hoy renuncias. 
            Guardaré esos gratos recuerdos, dentro de mi corazón, para siempre. 
            Sé, que preferiste que me olvidara de ti, 
            pero, aun hoy estoy pendiente de ti.
            Con amor, sincero: Antony"

La niña, irrumpió en llanto, al igual que su madre, pues conocía perfectamente el infierno que su padre les habia echo vivir, hasta la fecha presente. Ella pensaba 
-Que diferente hubiera sido nuestras vidas; si mi madre hubiera leído esta carta cuando le fue entregada... 
-Y, si no se hubiese negado al verdadero amor... por seguir, posiblemente a una cara bonita. Esos eran los pensamientos de ella, cuando su madre se animo a salir del baño y al darse cuenta que su hija tenia entre sus manos pegada al pecho aquella hoja amarillenta llorando, corrió al lado de su hija y la tomo entre sus brazos. Así, permanecieron durante un buen rato. Para entonces, decirle a su hija...

-Mi amor.. debes de saber encontrar ese amor sincero, ese que solo puede subsistir dentro del corazón de un ser humano, y que lo puedes ver, a través de sus ojos. 
-Si madrecita, así lo haré, te lo prometo.
-Sabes, tengo un disco que me regalo Tony. Te lo pondré, pues el mensaje es muy parecido al de tu carta. Corrió al tocadiscos  y saco un disco de acetato, viejo, lo coloco en la torna-mesa y empezó a sonar la canción.
-¡Es casi idéntica, hija! 
-¿Quiénes son los que la cantan?
-Son, unos que se llaman: "LOS MITOS".
Se abrazaron y enjugaron sus ojos, escuchando las notas de aquella vieja canción, posiblemente inspirada en la carta amarillenta que habia guardado por tanto tiempo y que hasta ahora, por las casualidades de la vida habia podido leer....



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