jueves, 8 de mayo de 2014

LA EXTRAÑA HISTORIA DE CAROLINA Y FABIAN

Era medianoche, regresaba de una reunión con compañeros de la oficina; una fiesta con mucho alcohol, drogas, y mis hermosas compañeras de la oficina. Al introducir mi llave en el cerrojo de la puerta de mi apartamento, escuche en el cuarto de mi vecina, los sonidos del amor; casi siempre los escuchaba a la misma hora, si que tenia acción,  o por lo menos mas que yo, el colmo era que nunca la habia visto, solo la conocía por sus excitantes gemidos. Si que tenia placer esa mujer entre sus piernas. Al abrir y entrar, quise encender la luz pero los interruptores no servían.
-¿Me cortarían la luz? Pensé.
-Claro que no, si estoy al día en mis pagos. Adentro en mi cuarto se escuchaban unos sonidos como si alguien estuviera dando brincos sobre mi cama. Tome un bate y con el en mi mano me dirigí hacia mi recamara, para sorprender a quien habia irrumpido en mi habitación. Abrí con mucho sigilo, pero no se veía nada, pero si se escuchaba el sonido. Por allá, tire el bate cuando la luz retorno con apagones a intervalos mientras se restablecía por completo, pero cada apagón y luz me enseñaron a una hermosa mujer de espaldas, desnuda, como si estuviera subida en alguien, pero era solo ella, cuando la luz retorno y se restableció la normalidad... nada. Un grito de placer me hizo casi orinarme, se trataba del mayor orgasmo que mi vecina habría tenido.
-¡Que locura! Me dije, me tumbe sobre mi cama y quede sumergido entre los brazos de morfeo. Que bueno que era un domingo por la madrugada.
-¡Toc!, ¡Toc! Fue el sonido que me despertó, vi mi reloj y eran las nueve de la mañana.
-¿Quién diablos puede ser? Me levante, rascándome las bolas, ante la puerta un bostezo me detuvo antes de ver por la mirilla que esta justo en mi puerta.
-¡Wao! ¡Que cosita tan linda!.. ¿Quién será? Corrí hacia mi baño, mientras la puerta seguía sonando. Me arregle el cabello, me aplique un poco de loción y enjuague mi boca, ya nuevamente frente a la mirilla, observe por la espalda a aquella hermosa mujer quien ya se retiraba pensando que no habia nadie en casa.
-¡Si!. Le dije, como con desgano.
-¡Hola! pensé que no habia nadie. Me respondió, caminando hacia mi, la imagen era inmejorable, ella, metida en unos pants grises ajustados, hechos pantaloncitos mal cortados, dejando a mi vista su ombligo, descalza, con un top que no podía retener a sus pezones, punzantes como queriendo abrir un par de agujeros a su diminuto top, su cabellera negra le llegaba a media espalda y en su cara, un par de ojos azules que combinaban con una sonrisa, que por un momento hizo que me elevara unos centímetros sobre el piso. Con una voz indiferente le conteste.
-Hola! ¿te conozco? A esto, ya no me rascaba las bolas sino jugaba con mi cabellera como para no darle importancia a tremendo ejemplar femenino.
-Soy tu vecina, la del 502.
-¡Ah! la multiorgásmica. Pensé.
-Vaya, al fin la conozco, con razón tiene mas acción que yo si es una hermosura. Seguía pensando, hasta que ella me regreso.
-¡Hoolaaa! ¿Sigues durmiendo?
-¡Volveré mas tarde!
-¡No! Perdón, pasa. Ella entro dirigiéndose hacia mi sofá en la sala, su andar era una visión que me obligo a sentarme de inmediato y coloque un almohada sobre mi ingle.
-Y, ¿En qué te puedo servir?
-Me llamo, Carolina. Me extendió su mano. Sin soltar mi almohada protectora, le tome su mano y mientras la agitábamos como muestra de amistad; le dije mi nombre
-¡Yo soy Fabián! mucho gusto. Luego de un incomodo silencio y de verme mi almohada. Me dijo.
-Eres un chico afortunado, pues no me dejas dormir por las noches, parece que tienes mucha acción en tu cuarto. Yo me quede viéndola con cara de idiota, pensando.
-Se estará burlando de mi. Entonces le conteste.
-Pero, tu no te quedas atrás, ¿verdad? Ella, con cara de asombro y un poco indignada me respondió:
-No se de que me estas hablando.
-Lo que quiero pedirte es que trates de no traer amigas tan bulliciosas. Pues, uno es de carne y huesos y es como si le das a oler pan al hambriento. Me dijo, muy seria.
-¡De que diablos estará hablando esta loca!. Pensé y sin dar mi brazo a torcer le dije.
-Te prometo que de ahora en adelante trataré de traer a chicas tranquilas. Le sonreí sarcásticamente.
-Tampoco se trata de que no tengas vida social y.... sexo. Me dijo. Dirigiéndose hacia la puerta. Lo habia dicho en un tono de desconsuelo y envidia. Ya con la puerta abierta y parada de una forma que aun tengo en mi mente. Me dijo.
-Me dio gusto conocerte, Fabián. ¡Adiós!. Se retiro, hacia su apartamento. Yo que me encontraba hipnotizado con ella, cuando llego al umbral de su puerta regrese a mi y le dije.
-¡Oye!, no quiero ser descortés, pero me preguntaba si te gustaría que saliéramos a divertirnos un poco... hoy... mas tarde.
-¿Es una cita? Pregunto de una manera muy sensual
-¡Si!...¡digo, no!.... ¡como sea!... ¡lo que quieras!... Decía como tonto, en ese momento no daba una.
-¡No te pregunte!... ¡te afirme!... ¡es una cita!
Luego de esa mañana no dejamos de vernos y salir sin llegar a nada mas que tomarnos de las manos y algún besito, nada mas. Ya no volví a escuchar sus orgasmos espectaculares.
Una tarde, de vuelta a casa, vi que del apartamento de Carolina salia una pareja de jóvenes esposos. Me dirigí extrañado, hacia el encargado del edificio para preguntarle que significaba lo que acababa de presenciar. Éste, me informo que ese apartamento llevaba mas o menos 6 meses desocupado, pero que no lo alquilaban porque un señor pagaba el arriendo para no perderlo. Al interrogarlo mas al respecto éste me dio los datos de este individuo a quien, al día siguiente fui a buscarlo, para tratar de esclarecer que era toda esa bobada de la que recien me acababa de enterar.
-Pase adelante joven. Me invito el viejo a pasar a su hermosa y lujosa casa; me acomode en uno de sus lujosos sillones, él pidió un café para los dos a la servidumbre y empezó mi pesadilla.
-Verá Fabián. Mi hija. Carolina, hace mucho tiempo que padeció de cáncer, en uno de sus senos. Se le practicó una cirugía, lugar en donde le colocaron unas prótesis. Pero, no sirvió; la enfermedad estaba ya avanzada. Hace seis meses, entro en coma, del cual recien hará mas o menos un mes y medio...
-¡Ese es el tiempo que tengo de ver a su hija señor!. Le interrumpió Fabián, al viejo padre de Carolina.
-Eso es imposible Fabián, ella estaba postrada en una cama, en el que fue su cuarto desde niña.
-Pero, la semana recien pasada ella falleció. Fabián sintió que sus piernas flaquearon y la tasa con café se le cayo de sus manos.
-¡Señor, eso es imposible!
-Su hija y yo hemos tenido una relación hermosa en el último mes y medio.. fue hasta ahora, que vi a esa pareja salir de su apartamento que me hizo venir a encontrar respuestas... y usted me dice que mi relación con Carolina, no fue mas que mi imaginación.
-¡Esto es de locos!. Dijo Fabián, poniéndose de pie indignado. Entonces vio al fondo del pasillo la fotografía de su amada Carolina; una foto enorme en donde se encontraba sonriente, con una ilusionada y profunda mirada de sus ojos azules. Fabián, se sentó y escucho todo lo que el viejo le contó y luego él, le contó todo lo misteriosamente vivido con su difunta hija. Ese mismo día, Fabián se dirigió al cementerio, con un ramo de flores y lloro sobre su tumba, sin aun darse cuenta de lo bizarro vivido con alguien que ya habia muerto tiempo atrás. Se incorporo y retorno a su apartamento, no sin antes vagar por las calles, recordando todos los hermosos momentos vividos con la mujer mas hermosa que sus ojos jamas hayan visto. Al regresar a casa, cuando estaban por dar las doce de medianoche, con la vista perdida en la puerta de su vecina, abrió la puerta y quiso encender la luz, pero esta no prendió, lo que si paso, es que escucho venir desde su recamara los sonidos de su amada teniendo un orgasmo. Ya sin temor en su cuerpo y su mente se dirigió a su recamara y al abrir la puerta, con las centellas de  luz al volver, de esa manera como sacada de ultratumba, vio a su hermosa Carolina, como subida sobre alguien teniendo un orgasmo; su cabellera negra le llegaba hasta media cintura, bajo de ella se encontraba alguien a quien no le pudo ver su cara, pero Fabián sabia que ese no podía ser otro, mas que él. Cuando la luz se restableció todo se silencio y sobre su cama nada, ni nadie.
Fabián, se desnudo y se tumbo a media cama, sucumbiendo nuevamente en los brazos no de morfeo, sino de su hermosa Carolina, luego se durmió y soñó haciéndole el amor a Carolina. Esta vez, los sonidos del amor estaban mas amplificados y no eran solo los de ella, sino también los de él...
Pero... Fabián, nunca mas despertó. Se quedo en ese lugar, amándose con su hermosa Carolina... la multiorgásmica.















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