jueves, 24 de julio de 2014

EL CEPILLO

Esa tarde recibi a mi entrañable amigo de juventud, de kermeses, de bohemia; quien hacia cinco años que habia emigrado para el norte en busca del sueño americano. Ésta, era su primera visita desde el día que se marcho. Luego de una tarde de risas y recuerdos lo acompañe hasta su carro, en el que habia viajado desde los USA, con la idea de usarlo en su estadía por acá y luego venderlo y regresar a su vida engringada.
-¡Que bonito tu carro!. Le dije. En realidad estaba bien coqueto y moderno.
-Ya lo tengo vendido. _Cuando me vaya lo entregaré. 
Se dirigió hacia él para abordarlo, pero se detuvo y regreso, le quito los parabrisas a su vehículo y me los regalo.
-Toma, ponéselos al tuyo y dame los que tienes. 
-Pero, ¿no me dices que ya lo vendiste?. Le pregunte con mucha pena pero con ganas de quedármelos, pues eran algo novedoso y no habían llegado al país.
-Bueno... gracias y aquí están los míos.
-No te preocupes de todas formas el carro ya esta pagado, ¡Jajaja!. 
-¡Nos vemos al rato!
Se subió a su carro y se largo, yo me quede colocando mis nuevos parabrisas a mi pickup Pony. 
Al día siguiente, eran la novedad, a donde iba me paraban y preguntaban en donde los habia comprado y, yo todo creído les contaba, 
-Que los habia comprado en uno de mis viajes al norte. 
Una tarde, me encontraba preparándome para ver a mi novia y mientras buscaba mi cepillo para el cabello, me di cuenta cuando lo encontré, que ya era una pieza de museo, asi que decidí que compraría otro. En esos menesteres me encontraba, cuando ella llegó por mi. 
Ya, adentro de mi carro, le digo.
-Haremos una parada en un Mall, para comprar un cepillo para el cabello; pues el que tenía se me daño.
-Esta bien, no hay problema. Me respondió. Luego de conducir por cinco minutos, ella me hablo.
-¿Qué te pasa, que te quedaste callado?.
-¡Ah!.. nada, solo pensaba algo. Me quede nuevamente pensativo.
-Puedes compartir tu pensamiento conmigo. Me dijo ella un poco intrigada. A lo que le conteste.
-Pues, ¡sabes que si!... _Pensaba que esos, los dueños de estos lugares que tienen mucho dinero y que si les robo ese cepillo... ¡sera como quitarle un pelo a un gato!.
¡Bromeas! ¿verdad?. Me dijo ella, con vos y expresión de extrañeza.
-No, no bromeo y eso es lo que haré. _Total, tendrán algún seguro contra robos.
-¡No mi amor! ¡no lo permitiré!.. _Es mas, ¡yo te lo quiero comprar!... ¿te parece?
-¡No señorita, ya dije y eso haré!... _¡está disidido!
-Me parquearé aquí, porque no me tardare nada ya veras. Así que me parque en un lugar en donde no habia seguridad del centro comercial y nos dirigimos hacia los pasillos, en donde se encontraban los mencionados cepillos. Tome uno y como todo un profesional, lo extraje del lugar, la maldad estaba echa ya no me podía echar para atrás y ni quería, la verdad. 
De regreso en el parqueadero, justo en donde habia dejado a mi carro, me dirigí hacia la puerta. Cuando, ésto, me detuvo ipso facto
-¡Mi amor!... ¡mira!. Me grito ella, señalando hacia el windshield.
-¿Qué?. ¿Qué sucede? Le pregunte, a mi asustada acompañante.
-¡Mira! ¡Ya no están!... _¡Te los han robad!  Fue entonces que me di cuenta, que habia sido victima de un robo.
Algún despreciable ladron, habia hurtado a mis llamativos y exclusivos parabrisas.
-¡Que desgracia! Me dije, muy molesto conmigo mismo. 
Ya adentro del carro y en silencio sepulcral; le digo a mi novia
ste, ¡es el cepillo mas caro que he comprado! Entonces prorrumpimos en risas. Luego de reírnos de mi estupidez, le prometí que nunca mas haría de nuevo algo parecido. Pues, siempre que hagas algo malo, habrá otro que te la cobre.
Paso un tiempo y llego el día de nuestro viaje al interior del país; pues una prima se desposaría y estábamos invitados a la ceremonia y fiesta. Luego de conducir por cuatro horas, llegamos a la casa de mis tíos, lugar en donde se llevaría a cabo la ceremonia. En el lugar, todo era un caos, todos dándose los últimos detalles y retoques. Ente las locuras de todos y todas, salio de uno de los cuartos, una de las damas de honor, pidiendo desesperadamente que alguien le consiguiera un cepillo, para peinarse y yo todo un caballeo le preste el mio. Aquel que me habia salido carísimo. La chica, agradecida se encerró en el cuarto con mi afortunado cepillo y yo seguí con mis preparativos. 
La Ceremonia estuvo muy solemne y la fiesta fue algo increíble.
Al día siguiente, a eso del medio día, salimos todos los capitalinos de regreso a nuestros hogares y lo hicimos en caravana, entre todos venían los novios, quienes se dirigían al aeropuerto, para su viaje de bodas.
Ya en casa, muy cansado por el viaje, me di un baño, salí de él muy relajado, me cambie, me coloque una ropa muy despreocupada y luego me pare frente a mi espejo, tome la secadora y procedí a secar mi frondosa cabellera, al finalizar de sacarlo, me quise peinar, pero no encontraba a mi famoso cepillo. Entonces tome el teléfono para preguntarle a mi novia si no se habia venido entre sus cosas.
-¡Hola amor!. Estoy buscando mi cepillo y no lo encuentro de casualidad.. ¿no está entre tus cosas?.
-¡Mi amor!. Grito nuevamente mi novia, al otro lado de la linea.
-¿Qué?... _¿Qué sucede? Le pregunte alarmado.
-¡Te robaron tu cepillo! Y empezó a reír como loca. Yo me senté y en ese momento regreso a mi mente; como si se tratara de una película, en donde veía a la dama alocada encerrándose en aquella habitación, con mi carísimo cepillo de cabello.
Desde entonces, aprendí la lección que la vida me dió y nunca mas he vuelto a repetir mi estúpida experiencia como caco profesional. Pues las consecuencias son mucho mas graves. 
-Como recordarán, me quede sin: mis hermosas plumillas y sin el famoso cepillo.

"Espero que mi desagradable experiencia te sirva. Hasta la próxima..." 




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