lunes, 14 de julio de 2014

LA FÁBULA: DE LA FLOR Y LA ABEJA

Una vecina de un barrio de clase media, tenia un jardín hermoso, era como un lunar en la cuadra, pues las demás casas carecían hasta de jardín y, los que aún tenían el espacio, parecían terrenos baldíos, llenos de chatarras. 
En el jardín, habían margaritas, azucenas, gladiolas, rosas, una grama muy bien cuidada, con arbolitos enanos y, caminitos. Los cuales te llevaban a los diferentes sitios del hermoso jardín. Pareciera como si el resto del vecindario estuviera en blanco y negro y la casa del jardín estuviera a colores. 
Este lugar, ademas de estar lleno de bellas flores y otras géneros pertenecientes a un jardín. También, era el lugar perfecto para encontrar ecosistemas conviviendo entre ellos. Al lugar lo frecuentaban los abejorros mas distinguidos del vecindario, abejas de alta alcurnia, colibrís con vuelos aeróbicos circenses, etc. 
Un día, pasaba desapercibido, una abeja pobre, pensando en sus deudas y problemas en su colonia, pues la fabricación de miel andaba muy baja y dicha colmena estaba reduciendo el personal y a esta abeja desalineada y despreocupada en su vestuario, estaba seguro que iba ser de los despedidos, así que debía de hacer algo lo mas pronto posible, para evitar estar entre los de la lista negra de dicha colmena. 
Volando por entre las casas del lugar, sin un rumbo previsto, iba nuestra pobre abeja, cuando a los metros sintió el agradable aroma de dicho jardín, cuando sus antenas detectaron el delicioso aroma se enfilo hacia el lugar, mientras se acercaba al hermoso y colorido jardín, su pecho se agitaba de emoción y sus ojos aventajaban al resto de su cuerpo; al fin llego y ya sumergido en ese hermoso lugar, se dió a la tarea de posarse sobre las flores mas cercanas a su vuelo, mientras reposaba sobre ellas y se alimentaba de sus deliciosas mieles, él, les contaba por el problema que estaba pasando y las diferentes clases de flores lo escuchaban y al verlo tan pobre y desalineado le permitían tomar lo mejor que les sobraba, él muy agradecido, vio en el centro del jardín a la flor mas hermosa que jamas sus ojos habían visto; que de inmediato se dirigió hacia ella, pensando: _Con esta hermosura podre solucionar mis problemas. La hermosa flor del centro del jardín, quien ya habia escuchado de sus problemas y al verlo todo desalineado y vulgar, le dijo cuando éste pensaba ubicarse sobre ella.
-Ni lo piense desarrapado y vulgar señor.  _Sobre mi, solo se han posado especies de gran linaje.
-Y, usted no pertenece a ellos... _Así que, siga su camino, todavía hay muchas otras que seguro le permitirán posarse sobre ellas y escuchar a sus aburridas historias.
-Disculpe hermosa flor. _Si me acerco a usted es porque con sus manjares podre solucionar mi problema. _Y, a mi familia alimentar, pues seguro asi mi empleo no perderé.
-A mi me tiene sin cuidado sus problemas harapiento señor. _Y. muévase porque por ahí viene un entrañable amigo, a posarse sobre mi.
La pobre abeja se sintió muy humillado y siguió su recorrido, posándose sobre las otras reinas del jardín; quienes, si se compadecieron de él y decidieron ayudarlo.
La abeja viajaba a diario hasta su colmena, lugar en donde lo observaban y anotaban la excelente calidad de materia prima que éste aportaba a la colmena, fue entonces que lo llamaron a la oficina, donde recibió una felicitación y un aumento de sueldo pues, paso de ser un simple obrero a un ejecutivo; debido a lo efectivo de su trabajo. 
Éste, ahora con tremendo puesto de ejecutivo, nunca dejo de visitar a sus amigas, las flores del hermoso jardín, quienes al principio ni le reconocieron. Todas las flores, eran felices con su visita pues, siempre llegaba con obsequios para ellas. La hermosa reina del centro del jardín se preguntaba. _¿Quién era tan respetable abeja? que no se molestaba en ningún momento en acercarse a ella.
La Hermosa flor del centro del jardín, durante éstos días habia sido abusada por los elegantes abejorros, avispas, mariposas y abejas de la alta sociedad, quienes solo le explotaban y la adulaban luego le extraían sus dulces jugos. Mientras que la abeja, que ahora era una ejecutiva, nunca habia abusado de las flores que le habían ayudado cuando éste lo necesito y por el contrario ahora él les llevaba dádivas, las cuales las mantenían joviales y coloridas.
El tiempo paso y la abeja dejo de llegar, en ese lapso por lo ocupado de su trabajo actual. Un día que salio temprano de su oficina se dirigió a visitar a sus entrañables amigas, ellas al verlo se alegraron  y lo recibieron con gran algarabía dándole las gracias, pues por él aun se veían hermosas y relucientes.
La abeja les pregunto a sus amigas:
-Y, ¿dónde esta la hermosa flor del centro del jardín? _Pues, ahora solo veo a esa marchita flor de pálidos colores y a la cual se le ve tan solitaria.
-¡Es ella!. Le contestaron sus amigas. _Pues, de tanta gente fufurufa que la visito asi la dejaron y ahora nadie la visita, ni siquiera la voltean a ver. _Parece que mañana la cortaran, para darle cabida a otra hermosa flor. La abeja, se sintió conmovido por ella y tímidamente se le acerco.
-¡Hola hermosa flor!. _¿Me recuerdas?
-Entiendo, que vengas burlarte de mi. Le contesto la marchita y solitaria flor.
-¡No he venido a burlarme de ti!. Le contestó la ahora rica y presentable abeja.
-Al contrario, me he acercado a ti par ofrecerte mi humilde amistad y si me lo permites poder posarme sobre ti y obsequiarte un día mas de vida.
-¿Porqué harías eso por mi después de que yo te desprecie?. _¡No entiendo!. Le contesto la marchita flor, a quien casi se le despegaban sus pétalos.
-Quiero hacerlo, porque yo pase por lo que tu estas viviendo hoy y se lo dificil que es cuando todos tus amigos te han abandonado y están a punto de echarte de tu lugar. Le respondió la abeja, con la vos entrecortada. La que un día fue la flor mas hermosa y acosada del jardín no pudo contestar, simplemente se echo a llorar y como pudo abrió sus pétalos cuidando de que con el esfuerzo, no se le fueran a caer y dentro de ella unos débiles pistilos quisieron erguirse. 
La abeja, se poso sobre ella con mucho cuidado y le entrego de la mas cara y rica miel, echa en su colmena y de la cual eran proveedoras sus vecinas. Con esto, le dió un día mas de vida, pues con esa dotación de miel emergió no con tanta belleza, pues el tiempo ya no se puede echar para atrás. Pero paso un día mas en medio de aquel jardín sin ser podada, junto a sus vecinas. 
Las que al igual que ella a diario recibían la visita de la abeja, que alguna vez necesito de ellas para sobrevivir y que con la miel que le dieron, él pudo resurgir y llegar a ser lo que ahora era. 
El jardín, siguió siendo lo que siempre fué, un lunar lleno de alegría y de color en aquel alejado sector. La señora dueña del jardín, no se explicaba porque razón sus flores seguían vivas y sin marchitarse, pues su tiempo de vida era muy corto, pero ellas milagrosamente seguían erguidas y con sus colores, no tan brillantes pero allí estaban presentes, junto al la hermosa flor del centro del jardín.
Muchas veces, nos burlamos y desconfiamos de los que se quieren acercar a nosotros, pidiendo un poco de lo mucho que nos sobra, pero como la sociedad actual; siempre fijándose en como vistes para permitirte acercarte o no. Sin saber que en la actualidad, el mejor vestido puede esconder al peor criminal. 
Mientras que, a los bancos entran personas humildes con costales al hombro, llenos de dinero honesto y honrado y con olor a sudor de trabajo. 
No permitas que las apariencias te engañen. Pues la desgracia te puede llegar vestida de seda.



















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