jueves, 3 de julio de 2014

SUFRIR, ME TOCO A MI EN ESTA VIDA

...Ella, era una mujer muy hermosa y deseada en su pueblo, con un cuerpo de figurín, una piel morena, como el mejor de los bronceados hecho en Beverly Hill. Era una atracción verla caminar por las calles arenosas de su ciudad porteña. Madre soltera, de un pequeñito, del cual todos deseaban ser los padres, así era Petra. 
Con un novio, al que no sabia si amaba o solo lo tenía, para que los demás la respetaran. 
Así fue, cuando un fuereño recien llegado a ese pueblo del sur de mi país, la vio pasar y colocándosele en frente, le dijo.
-¡Preciosa!, ¡tu seras mi mujer! Ella, empujándolo por un lado siguió su camino, dejando ver toda la sensualidad de la que era poseedora. 
Con el pasar del tiempo, el fuereño cumplió su promesa, apartándose a vivir con la hermosa morena. Éste, reconoció al niño, quien no habia cumplido mas que un año de vida. Al poco tiempo la embarazó, el fuereño feliz con su primogénito, se la llevo para la capital, en dónde se establecieron. 
Con casa propia, disidieron traer otro bebe, pues el mayor de ellos ya tenia tres años. Fue una alegría para ellos, pues esta vez, les llego una hermosa niña. Lamentablemente para la hermosa morena; después del parto algo paso, que pronto se engordo, perdiendo su envidiable figura, llegando a volverse su gordura en mórbida. 
Ésto, no le gusto a su conviviente, que en poco tiempo la abandonó, dejándola con sus tres hijos y un cuerpo que sus piernas no podían soportar.
Sus hijos, al verse sin la figura paterna, pronto se dieron al abandono y a la vagancia. Ocasionando ésto, que a sus dos hijos, fruto del amor que alguna vez se tuvieron la morena y el fuereño, les quitaran la vida. 
Quedando, ella, nuevamente sola, con su hijo de juventud. Hoy día, ella se encuentra postrada en una silla de ruedas, debido a su sobre peso y junto a ella, su novio del pueblo, aquel a quien dejo por el fuereño. 
Éste, es su fiel acompañante en sus años otoñales; pues de su hijo, no volvió a saber nada. 
En una de mis visitas, ella me relato lo que les acabo de contar y siempre que me relata la historia de su triste vida, la remata con estas palabras.
"Sergio.... ¡Sufrir, me toco a mi en esta vida...!"   






    

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