viernes, 8 de agosto de 2014

!!DUEÑO DE NADA¡¡

Esa tarde, la esperaba como todas las tardes, en medio de aquel parque, justo a la par nuestro árbol, el único testigo de nuestro amor, quien soporto el dolor y ver correr a su sangre por toda su piel, cuando tallamos nuestros nombres encerrados en un corazón atravesado por una flecha. Mientras esperaba, acariciaba a ese corazón y mis recuerdos viajaban por el tiempo. Tu, corriendo y yo persiguiéndote y al darte alcance caíamos sobre la grama de ese parque, en medio de risas; con un beso, terminabas nuestra pequeña batalla. Me creí tu dueño por varios meses, pues eso me hiciste creer y, te creí. 
Pero lo que realmente estaba pasando: Que yo era tu pasatiempo, un monigote para hacerle sentir celos al que por otra te habia cambiado. Si, que lograste enamorarme y yo incauto caí en tu maraña de mentiras. _¿Qué hago aquí? ¡Destrozando a mi pobre corazón, esperándote, aun sabiendo que no vendrás!
-No soy yo, el que ahora corre tras de ti... _No soy yo, el que te alcanza y te hace caer sobre la húmeda grama... _No soy yo, ese al que tu le dices te amo y entonces me besas. _¡Ése ya no soy yo!
El tiempo, seguía su andar inclemente y yo seguía en ese lugar, esperándote. El sol, continuaba su viaje por el horizonte, viéndome con sus ojos húmedos, compadeciéndose de mi dolor. Mientras, me sentaba sobre la grama que un día fue testigo de como nuestros cuerpos se acariciaban sobre ella; el árbol, _la única evidencia de que un día fuiste mía.. _De que un día tu dueño fui y ¿ahora qué?... _¡Dueño de nada!
El sol que se moría en el horizonte y el frío, lo sintió mi cuerpo, pues el frío de tu ausencia, hace horas que mi corazón lo habia sentido. Tome mi saco, lo coloque sobre mi hombre y empece a bajar la pequeña lomita, lugar del viejo árbol y de la húmeda grama; les dije: _¡Hasta mañana! Pues, mientras mi corazón siga latiendo, yo seguiré viniendo. Se que algún día volveré a ser tu dueño, justo cuando el que ahora esta contigo, encuentre a una nueva y te deje temblando de dolor, a tu piel sin alma, sin corazón; para compartir con otra que no seas tu. Cuando eso suceda, aquí estaré, para consolarte y entonces seguir siendo... ¡Dueño de nada!
-No soy  yo, quien siempre compartirá tu felicidad.. _No soy yo, con el que todas las noches sonarás contigo... _No soy yo, al que buscas cuando tu amor quieres compartir... No soy yo, el dueño de tu amor. Solo se que soy: ¡Dueño de nada!
Con estos pensamientos, me fui perdiendo entre las calles solitarias, rumbo a mi casa, sabiendo que mañana, aquí estaré, viviendo un día mas de los recuerdos y sintiéndome el dueño de alguien... _¡Que no me ama!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario