martes, 19 de agosto de 2014

EL ADOLESCENTE

_¡Levántate y arregla tu cuarto! _¡Pero a que huele aquí! _¡Saca esos calcetines tiesos! _¡Agww!
_¡Ya voy ma! _¡Que exagerada eres! _¡Mañana te prometo que arreglare el cuarto!
La madre salio del cuarto hasta con nauseas. Mientras, el joven sigue aún desparramado sobre las sabanas, pues en su vientre bajo siente una serie de cosquillas. Luego de una media hora mas tarde a la visita de su madre; se levanto, se quito la pijama y con el calzoncillo roto y amarillento se dirigió al baño, mientras caminaba rumbo al baño a su trasero rascaba. Entro en el baño y orina por casi tres minutos un gran chorro de orina, la cual se escucha en toda la casa. Ya metido en el baño y bajo la regadera, abrió la llave de y se colocó bajo la ducha a recibir el agua tibia, paso ahí metido por una media hora, hasta que por fin tomo el jabón y se lo paso en lugares estratégicos: el sobaco, el trasero y sus bolas, luego de estar jugueteando esa parte con el jabón, éste se le resbalo y ahí tirado lo dejo. Tomo el shampoo y a sus manos embadurno, luego de colocarlo en su cabellera, otro poco tomo, porque la primera aplicación ni espuma le hizo, en la segunda aplicación, lo movió suavemente entre sus cabellos por varios minutos, hasta que una gran espuma formo en su cabeza, todo ésto sin abandonar a la rica agua tibia, pues desde hace media hora que a la ducha encendió y nunca la apago, después de enjuagar el shampoo, coloco el bote en el piso y al acondicionador tomo, luego de aplicárselo se dejo la espuma en su cabeza y por un rato con sus partes intimas jugo; luego se enjuago el acondicionador, cerro la llave de la regadera y de ella salio con la toalla rodeando a su cintura, se dirigió frente al espejo, tomo el rastrillo de su papá y a los únicos tres pelos, que él llama barba rasuro. Luego de ello, observó que un nuevo amigo le adornaba su linda cara adolescente.
_¡A la mierda otro horrible barro!
Se aplico la loción de su padre, aunque hizo una expresión de ardor por los tres pelos antes sacrificados, ningún dolor le causo. Luego se vació la loción por todo su cuerpo; que si alguien hubiera entrado en ese momento, de una mascarilla habría necesitado.
Tomo a la secadora de pelo y del mueble saco una revista, la abrió en la pagina que ya tenia separada y empezó a darle a la secadora y al cepillo, ésto duró casi una hora, pues el objetivo era quedar lo mas idéntico al artista de la revista, que según él, son idénticos.
Su cabellera es tan sagrada que nadie puede tocarla una vez, según él, quedo igual al de la revista. Se dirigió a su recamara y abrió el closet, el cual esta completamente lleno de ropa nueva, pero él, comienza a tirar toda la ropa por el aire, hasta casi vaciar el closet, para ponerse nuevamente la playera que su madre acaba de entrar y él se pone todos los días; ademas, se coloca unos viejos jeans, rotos, los que en sus mangas dejan ver unas costuras echas a mano, que él mismo coció para dejarlos lo mas apretado posible. Vuelve a pararse enfrente del espejo y observa si su cabellera sigue intacta o si ya algún pelo se le movió, pero eso es imposible, pues si ha esa frondosa cabellera llegara una mosca, quedaría pegada y ahí moriría, por tanto gel fijador que se ha aplicado para darle forma a su cabello. Luego, aún parado frente al espejo, hace las muecas que su artista preferido; el que de la revista hace naturalmente, él quiere imitarle... La mueca de la sonrisa, el ritmo del caminar, la manera de pararse, los pasos de baile... En fin, todo un papel carbón del artista.
Por fin, sale de su cuarto y baja al comedor, ahí se encuentran sus hermanos y padres desayunando, se sienta pero antes molesta a sus hermanos menores y no se detiene hasta hacer un caos en la mesa, el padre sigue leyendo el periódico y le toca a su madre ponerlo en cintura, se le ocurre tirarle un trapo para hacerlo volver a la cordura, pero éste se enoja, se levanta y sale de su casa asotano a la puerta. Mientras se dirige a la puerta va gritando que en esa casa nadie lo quiere, que nadie lo entiende, que todos están en contra de él, que solo sus amigos lo entienden y lo quieren.
Al estar en la calle, se encuentra con su vecino y amigo y a pesar de que es temprano, sacan un cigarrillo para fumarlo en la esquina, exhibiéndose, para que todo el vecindario vean lo machos que son. Ahí, pasan toda la mañana, solo regresan a su casa a almorzar y luego sin lavarse los dientes salen de nuevo, al mismo lugar a fumar otro cigarrillo. Se la pasan piropeando a las chicas que por allí deambulan y a darse de golpes entre ellos; parecen un par de gallitos con sus inmóviles copetes en su abundante cabellera, la cual hasta ese momento sigue inmóvil. Así, transcurre el día, al anochecer regresa a sus casa a cenar y luego de hacerlo se lava sus dientes, se retocan la cabellera aplicándose otro poco de gel, se inundan de loción todos los rincones del cuerpo y sale a la calle de nuevo, esta ves se dirige a la casa de su novia adolescente, quien lleva horas arreglándose echa un manojo de nervios, para impactarlo cuando éste llegue a su casa. Mientras, camina hacia la casa de la señorita afortunada, se fuma otro cigarrillo.
Ya frente a la casa de la jovencita, la llama por su celular para indicarle que ya llego; ella lo invita a que toque a la puerta, para que cuando éste lo haga, ella bajara como loca de sus habitación, lo vera por la mirilla de la puerta y luego de hacerlo esperar un poco, éste aprovecha para acomodarse el cabello, soplar la palma de su mano para inspeccionar si le ruge el aliento, se rasca ahí abajo. 
Entonces, ella le abre la puerta y éste la ve con cara de extrañeza, al darse cuenta que su adorada novia, lo recibe con una parte de su cabellera lisa y la otra ondulada, que un ojo lleva una pestaña larga y postiza y, el otro al natural, que sus uñas son un desastre; pero a él no le importa. 
Entonces, ella lo jala hacia adentro de su casa, lo abraza y al oído le susurra:
_¡Tu eres lo que yo mas quiero!...



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