sábado, 6 de septiembre de 2014

El Caníbal

Dos amigos y vecinos, en la casa de uno de ellos, uno le decía al otro.
_¡Vamos a tomarnos una cerveza! La esposa de uno de ellos los escucho y les reprendió.
_¡Cómo van a salir a la calle con ese monstruo afuera comiéndose a sus victimas!
_¡Esas son puras babosadas mi amor!
_¡Debe de ser algún truco publicitario nada mas! Trataban, tanto Juancho como Pancho de convencer a la esposa de Pancho. Luego de varios minutos en esta tónica, la mujer se dió por vencida y se retiro a su recamara dándoles la bendición al par de insensatos amigos de infancia. Quienes a pesar de todas las advertencias, les valió madre cualquier lógica que las palabras de la señora de Pancho pudo haber tenido.
Ya afuera, en la calle, ambos se abrazaron y comenzaron a caminar hacia el lugar mas cercano a tomarse unas cervezas bien frías, mientras éstos subían con dirección al bar; la noche era la idónea para que aquel que comía personas hiciera de las suyas y como Juancho y Pancho muchos pensaban de la misma forma que ellos dos; que lo del Caníbal eran puras babosadas y cada cual, tenían la excusa perfecta para hacerse a la calle, en una noche como esa y mas si se trataba de un día viernes.
Ya con varias cuadras a pie, Juancho le dice a Pancho.
_¡Shhhhhh! ¡Silencio compadre! 
_¿Qué pasa? Le respondió Pancho, ya con el corazón latiéndole un poco mas rápido y con el rostro un poco pálido.
_¡Escucha! Le dijo Juancho, susurrando.
_Si, es por acá. ¡Vamos!
_¡No! ¡Estas loco! y, si es....
_¡Déjate de huecadas! ¡Mira! Le señalo uno de los compadres a su amigo, éste quedo helado al ver lo que sus ojos estaban observando. Mientras que al otro se le salían las pepitas de los ojos, del susto que tambien tenía.
_¡Llamemos a la policía! Le dijo un asustado Pancho a Juancho.
_¡Espérate primero verifiquemos si es o no! Sigilosamente y con el pecho en tierra se fueron acercando; como si aquello fuera un campo de batalla y ellos los vigillas de la patrulla. Cuando estuvieron en un lugar perfecto, desde ahí tenían una visibilidad inmejorable. 
_¡Puta amigo! ¡Es él! ¡Se esta hartando a es pobre mujer!
_¡Si! La escuchas como se lamenta y mira como estira las piernas... Y, ¡Que buena estaba la condenada!  _¿No?
Mientras ellos llamaban a la policía, se veía desde donde ellos estaban como aquel hombre se estaba comiendo a la mujer.
_¡Mira! El desgraciado empezó comiéndole la cara, la boca o la lengua, ¿verdad?
_¡Si ¿Eso creo yo tambien? 
En un termino de pocos minutos, la autoridad se hizo presente al lugar y en menos que canta un gallo, los tenían copados. 
_¡Manos arriba suéltela desgraciado! Le ordeno el capitán de la policía, al misterioso personaje quien parece solo estaba preparando a la victima. Pues, se los llevaron a ambos a la estación de policía para ser presentados ante el juez, para su interrogatorio.
Juancho y Pancho, mientras eran entrevistados pos los periodistas, como los héroes que eran, ellos muy orgullosos relataban los por menores. 
Luego del alboroto en el lugar, se dijeron los inseparables amigos.
_¡Vamos por nuestras cervezas!
_Pues vamos, nos merecemos esas cervezas amigo. Y abrazados se dirigieron al lugar inicial, el bar mas cercano.

Mientras, en la estación de la policía, el señor juez interrogaba al caníbal y a su victima, recien salvada por la autoridad.

_A ver señor Caníbal... Es usted acusado de la muerte de varias mujeres y de comérselas... ¿Cómo se declara?
Le pregunto el señor juez al caníbal. Éste, de pie, le respondió al señor juez, con una cínica sonrisa en sus labios.
_Señor juez, acepto ser el Caníbal; pero, no el que usted esta pensando. Y, claro que me declaro inocente de los cargos. 
El señor juez golpeo la mesa con su mazo, con una rabia que no podía disimular en su rostro, por el cinismo del acusado.
_Y. ¿Usted señorita que puede decirnos de ésto antes de que se la lleven al hospital para su revisión?...
_¿Conoce a este depredador? La muchacha, quien no se encontraba asustada, mas bien se encontraba preocupada al ver entre los testigos a su pobre marido muy angustiado por casi perder a su mujer.
_Pues, vera, señor juez, él si es el caníbal, pero no ese que usted piensa. Respondió la mujer tartamudeando. 
El juez volvió a somatar su mazo sobre la mesa, ahora mas encolerizado.
_¿Qué diantres sucede aquí? ¡Que alguien me explique! 
El acusado se puso de pie y pidió la palabra al señor juez y, ésto le dijo. 
_Señor juez, si me permite le explicare el porque de ésta confusion. El juez pidió silencio en la sala, para escuchar al Caníbal, dar su versión.
_Señor juez, a mi me conocen como el Caníbal, pero éste es un sobrenombre que me he ganado y una reputación que me ha costado; pero si soy un caníbal y es que así me dicen las damas, porque cuando las poseo casi que me las como, señor... Si las beso, no las beso... me las como literalmente y eso me ha hecho tener reputación, mucha fama y suerte con las damas.
_¡Silencio! Grito el señor juez y todos se callaron. 
_Explíqueme. ¿Porqué dice en el reporte judicial, que la joven lanzaba unos lamentos cuando usted empezaba a comérsela?
_Si me permite, señor juez. Dijo la mujer. 
_¡Hable señora por favor y aclare ésto!
_Esos sonidos eran porque el caníbal me estaba llevando a la gloria, señor juez. _¡Besa tan rico el condenado! 

Mientras que en la estación de policía todo se aclaraba, los compadres: Juancho y Pancho, salían de la cantina ya bien bolos, siempre abrazados, caminando en zigzag  pues, recto ya no podían hacerlo; camino abajo, de regreso a sus casa iban, cuando Pancho le dice a Juancho. 

_¡Shhhhh! _¿Escucho compadre?
_Si compadre, escuche. ¿Será qué se les escapo el condenado Caníbal a la policía?
_El ruido viene por allá, vamos a chequear compadre.
_¡Su madre compadre, yo ya me quiero ir a dormir! Y abrazados siguieron su camino. Pero el aire de la noche fresca se llevo los murmullos de los compadres con rumbo hacia donde una pareja estaban comiéndose a besos, cuando el sonido insidio en los oídos del hombre; éste se volteó de sopetón, reflejando en la oscuridad a un par de ojos rojos fosforescentes, con su boca completamente ensangrentada y con un trozo de carne humana. La victima con algunos lugares en su cuerpo ya sin carne solo el puro hueso, Éste, al haberse comido las partes que mas le gustaban dejo al cadaver de la victima allí tirado y en busca de los indiscretos y borrachos compadres se dirigió....  















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