lunes, 6 de octubre de 2014

EL HONGO Parte 1

_¡Rayos! Saque mi celular, pero no había señal y yo en medio de la nada, espere por un breve rato, quiza media hora y nadie pasaba por ahí. La carretera recta de norte a sur, en sus extremos una vegetación muy verde, debido a que el invierno había hecho su trabajo, el de alimentar la tierra con el sagrado liquido; el cielo se veía gélido y apenas eran como las dos de la tarde, mi jaguar de color rojo jamas me había dado un problema, era algo viejo, pero lo mantenía en excelente estado. _Además antes de hacer este viaje, sabiendo que era tan largo lo lleve al taller para una revisión y su servicio. _Le compre el juego de llantas. _Le compre la batería y se vino a detener justo aquí, en medio de la nada. _Y, éste celular tan caro; me fallo la manzanita o esa empresa de mierda con su cara publicidad, pero justo aquí no tiene señal. 
La carretera seguía desierta y el viento movía a los altos arboles montañosos. Al convencerme de que nadie pasaría por ahí, busque un lugar en donde pudiera encontrar señal, caminé camino abajo y me encontré un paraje que conducía hacia el bosque, como pude me brinque un cerco de púas y me dirigí hacia adentro del bosque, con celular en mano, buscando la bendita señal, pero nada y la batería del celular estaba abajo de la mitad como un tercio, antes de quedarme sin él. Seguí caminando con rumbo hacia arriba de la montaña, sin dejar de ver a mi celular; pero el indicador de señal desaparecido de la pantalla. ¡Nada! 
Seguí caminando y de pronto directo al suelo, luego de unos minutos recobre el sentido. _¡Diablos! Me repetí postrado sobre el suelo y  mi mano sin el celular y un tremendo dolor de cabeza. Aun tirado sobre el suelo húmedo, justo frente a mi, como a unos veinticinco centímetros, un extraño hongo silvestre que se erguía de entre las raíces de un hermoso y frondoso árbol gigantesco que se perdía entre el resto de arboles. _Seguro que los supera. Me dije; luego volví la vista hacia el hongo de color amarillo y tallo blanco con puntitos negros, no se si era suciedad o eran parte de él; entonces mi mente me dió la idea de una pequeña casa con ese árbol como antena. 
_¡Seguro que tu si tienes señal amigo! Le dije: Al hongo o los enanitos,  mas bien a los hombrecitos o mejor, a los duendes que viven adentro de ti, _¡Seguro si tienen señal!
_¡Mi celular! ¿Por dónde caería? Me repetí. Entonces me senté y desde ese ángulo busque a mi celular, pero nada. 
¡Entonces sucedió....!
_¡No hay nada ya! _¡No hay nada, aquí, ya! _¡El aire, ya no es como antes! Y, ¡los vientos son tremendos! 
Yo me asuste y vi para todos lados y realmente no había nada, ni nadie.
_¿Quién me habla? Pregunte asustado.
_¡No te asustes! Me dijo de nuevo la misma voz. Yo le exigí que se dejara ver, que me estaba asustando y del hongo se escucho de nuevo la misma voz.
_¡Prometes no asustarte! 
_¡Lo prometo! ¡Pues mas asustado ya no mas! El hongo se movió, como cuando recibes un golpe en la cabeza y te vuelve la mirada todo borrosa, se agito como en cámara lenta y de la nada fue apareciendo una hermosa mujer, no mayor de cinco centímetros, como si fuera de la serie de viaje a las estrellas apareció tele transportada, con un traje, no espacial, sino mas  bien vegetal. Me sobe los ojos, pensando que seguramente del golpe del tropezón, me estaba causando alucinaciones: tanto visibles como auditivas, por instinto mi cuerpo se tiro hacia atrás para protegerme. Ella me dijo.
_¡Prometiste no asustarte! Ajuste el foco de mi visión y ella seguía ahí, justo al lado del hongo amarillo.
_¿Eres real? Le pregunte.
_¡Claro! ¡Lo somos! _¡Mira a tu alrededor! 
Obedecí y al pie de todos los arboles de aquel paraje montañoso, un hongo idéntico al de la chica y de pronto, lo mismo, de ellos aparecieron cientos de pequeños como la chica con quien hablaba, me saludaron y siguieron con sus asuntos.
Ella me dijo.
_¡Llevamos siglos conviviendo con ustedes! _Pero ya no hay nada por el que quedarnos, por ello nos vamos y tu deberías de hacer lo mismo. Éste maravilloso planeta ya está desahuciado, le queda poco tiempo de vida, deberías de volver a tu hogar. Yo le respondí. _¡Eso quiero! _Pero mi jaguar se descompuso y a mi bendito celular no lo encuentro.
_¿Tienes un felino y un celular? Me pregunto extrañada.
_¡No! Sonreí. 
_Jaguar es la marca de mi auto.
_¡Ah! te refieres a la marca de tu nave. Y, tu celular es tu medio de comunicación ¿verdad?
_¡si!
_¡Humanos vanidosos! _¡Todos esos artefactos son nuestros! _¡Nada de la tecnología sobre este planeta es de ustedes! 
_Hace miles de años, nosotros llegamos a este hermoso planeta azul, lo encontramos con aire y aguas puras y nos asentamos, conviviendo con ustedes y otras especies en armonía, pero con forme el tiempo avanzaba ustedes nos fueron traicionando y nos robaron nuestras tecnologías y con ellas lograron al fin, destruir a este planeta el cual tampoco les pertenece, pero lo hicieron suyo. _Y, ahora lo han terminado, como lo hicieron de donde vienen; de éste planeta azul, eran propietarios: la fauna y la flora y era hermoso. _Entonces llegaron ustedes y lo poblaron, luego llegamos nosotros y nos hicieron creer que eran los pobladores y dueños del planeta y nosotros confiamos en ustedes. _Les entregamos todo lo que tienen y cuando lo tuvieron, nos quisieron extinguirnos  _Como lo han hecho con tantas especies.
_Les hicimos creer que nos marchamos, que éramos los últimos sobrevivientes. 
_Pero utilizamos lo que no les habíamos entregado y así logramos sobrevivir, luchamos contra ustedes de miles de maneras incógnitas: contaminándolos con enfermedades incurables, pero les habíamos dado mucha información y su inteligencia nos ha dado la lucha, logrando erradicar algunas de nuestras bacterias y virus mortales. 
 _Pero ahora que ya no hay nada y es por ello nos vamos. Pues los continentes mueren, se nos escapan las posibilidades de ayudar al planeta azul. 
_¡No hay nada ya. _¡Ya no hay ideas! Se nos ha escapado sin querer de nuestras manos el poder ayudar a este hermoso planeta.
Yo veía y escuchaba muy asustado, pidiendo, sin querer, un SOS....




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