viernes, 31 de octubre de 2014

HALLOWEEN

Regresaba de una magnifica fiesta de Halloween, a pesar de no haber conectado ni una gripe, regresaba con un tremendo gozo. Mientras, caminaba por las calles la gente le veía y en sus rostros, diferentes expresiones: Unas de asco, otras de asombro, otras de horror; que importaba, era la noche de Halloween; él, se animaba mentalmente.
_¡Quisiera que fuera ya, 31 de octubre del próximo año! 
_¡Que buenísima estuvo la fiesta! 
_¡Lastima que ya no me invitarán...! 
_¡No! ¡Claro que sí! 
_¡Me considero el alma de esa fiesta! 
_¡jajajajaja! Se ría el solo, algunos cerraban a sus ojos, mientras que el resto le gritaba.
_¡Que buenísimo disfraz!
_¡Gracias! Les respondía él, muy orgulloso.
Luego de caminar y de ser acompañado por aquellas calles, por una hermosa luna, que le permitía lucir a su disfraz. 
Llego a su casa, quitó llave y entró. Cerrando la puerta se encontraba, cuando sonó el timbre de su puerta; él la abrió y muy atentamente, los atendió. Se trataba de unos adolescentes trasnochadores, que en el momento de pedirle al dueño de la casa ¡dulces o travesuras! Éstos, al verlo, sintieron en su ser un frío tan helado, que casi no pudieron moverse; pero de inmediato el miedo que éste les causó, les provoco que corrieran; como en estampida, perseguida por león hambriento. 
Todos, gritando por sus vidas, brincando cercas y botes de basura. El individuo, cerro la puerta de nuevo y entró a su casa y, se dijo.
_¡Muchachos! 
Estaba claro que nada le dañaría esa maravillosa noche que había vivido en esa fiesta, a unos pocas cuadras de ahí. Subió a su habitación y se vio en el espejo, un espejo tipo luna que había en la puerta de su clóset, por un rato; él, modelo su disfraz, haciéndose él mismo, muecas de horror y lanzando eventualmente un grito aterrador, parecía como si quisiera autosugestionarse y con ello, provocarse tremendo susto; luego de ello, se detuvo y se quedo parado frente al espejo. Repitiéndose.
_No me puedo sacar de la mente ¡lo buena que estuvo la fiesta!
_¡Esas caras de miedo en las chicas y las caras de dolor de los muchachos! 
_¡Que bien lo hicieron! _Y, yo no me medí ¡que bárbaro!
Él se vió y dijo. 
_Bueno, hora de limpiarme, con un baño sera suficiente y luego, _¡A descansar! 
Se alejo del espejo, para de inmediato regresar a pararse frente a él. 
_¡Hijue´ no quisiera quitarlo de mi cuerpo!
A éste, su atuendo, le escurrían unas ligas de color carmín, un rojo coagulado; pedazos de carne por un costado; un hueso por el otro; el cabello se le veía aplastado, sin nada de volumen y sobre su cabello, un baño de sangre que le escurría por la frente y mejías; en uno de sus bolsillos, para ser mas exacto, en mi narrativa, en el bolsillo de la camisa se le notaba un bulto, cuando lo extrajo... ¡un ojo completo! hasta con el nervio óptico. Él lo vió y se extasió, expresando.
_¡Qué maravilla! 
En fin, el atuendo de aquel extraño, era como si viéramos a uno de los zombies mas descompuestos. Por fin, se quitó su ropa, la cual desechó de inmediato y se metió en la tina con agua tibia, la cual, al él entrar, de inmediato se tiño de rojo y a la vez, flotaron: porciones de pelo, pellejos; en fin, el disfraz continuaba despegándose del cuerpo de ese desconocido. Mientras esto pasaba, él se sobaba un estropajo y tarareaba una melodía, seguramente una que el Dj había colocado en esa fiesta. 
Se quedo dormido, por el termino de una media hora, cuando se despertó, en su mente aparecían las imágenes de horror de la mencionada fiesta. Salió de la tina, una que ahora estaba completamente roja y con restos flotando y otros en el fondo de la misma; se dirigió hacia la ducha y termino de bañarse; por los dedos de sus pies, aun corría agua de un color rojizo, menos colorido que el de la tina, mezclándose con el jabón.
Se colocó una pijama de muñequitos: conejitos, lunitas, estrellitas, y otras boberías dignas de un niño de cinco años; se metió entre sus sabanas y ahí quedo profundamente dormido.
Al día siguiente, a eso de las nueve de la mañana, luego de que el despertador había sonado insistentemente varias veces, por fin, cedió y se levantó, rascándose la cabeza y otras partes mas nobles de su cuerpo, se dirigió hasta su cocina, mientras se preparaba su desayuno, prendió la tele y empezó a cambiar canales, no había nada importante para él, por lo que seguía cambiando canales; por fin, se levantó, llamado por el silbato de la cafetera y el delicioso aroma de su café, dejando, sin él querer, un canal, el cual en ese instante que regresaba de los comerciales, el periodista daba la noticia de un macabro hallazgo. 
Él regreso con su taza de café al desayunador, pensando.
_Éstos noticieros siguen con lo del Halloween. Y, eso le hizo repetirse 
_¡Que buena estuvo la fiesta de anoche, fue algo inolvidable! 
Mientras se decía ésto, vio detenidamente la imagen que aparecía en la pantalla del tv.
_¿Esa es (...) se quedo por un rato callado, luego prosiguió. _¿Esa es mi calle? _¿Dónde será? Se pregunto, se asomo a la ventana que da a la calle y ahí afuera veía pasar a personas con la cara horrorizada.
Salio a la calle y al fondo se veían las luces de las patrullas y cintas amarillas, algo que le llamó mucho la atención. Entró en su casa, tomo un suéter con cachucha, se cubrió la cabeza y se dirigió hacia el lugar. Cuando llego ahí, escuchó atentamente los comentarios de los curiosos, las palabras de los periodistas frente a sus cámaras, madres, hermanos y vecinos llorando desconsolados y asombrados de la masacre que ahí se había llevado a cabo, ¡ni un solo sobreviviente!, ¡cadáveres desparramados por toda la casa!, ¡cadáveres sin algunas partes de sus cuerpos!, a algunos les hacía falta sus ojos a otros sus dedos, otros, pedazos de cabelleras, arrancadas o cortadas a lo apaches de tiempos del viejo oeste.
Éste, al ver lo que veía, y escuchar los lamentos y la indignación de todos y las lagrimas desconsoladoras de los familiares, se dió la vuelta con rumbo a su casa, diciendo.
_¡Tanto alboroto! 
_¡Les dije, que la fiesta estuvo buenísima!
_¡Ya verán la del año próximo..!
_Sí ésta los dejo como están..! 
_¡Les prometo que la del próximo año, será mejor! ¡será insuperable!
_¡De eso me encargo yo!
_¡Vaya! ¡que buenísima estuvo la fiesta de anoche!
_¡Esa fiesta dará de que hablar por meses!
Se alejo de ahí, con rumbo a su casa, silbando la melodía, esa que seguramente había puesto el Dj en esa casa la noche anterior, tal vez, en el momento en el que éste... ¡realizo esa masacre!... ¡La noche de Halloween!








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