jueves, 4 de diciembre de 2014

EL ABORTO


- ¡Estoy listo Señor! Le dijo el niño a su amado Padre Celestial.
- ¡Bien hijo! Estoy muy orgulloso de tí. _¿Recuerdas muy bien, a lo que hoy te envío a la tierra mi amado hijo? Le decía el Padre de los Cielos, con mucho amor a su hijo, quien traería una misión muy importante a la tierra.
- Padre, ¿hay alguien qué me espera halla en la tierra? _Pues, tengo miedo de estar solo y no poder hacer lo que tu me has pedido. Le decía el niño, con mucha preocupación en su corazón, pues no quería fallar en tan loable misión.
- ¡Claro que si, mi amado hijo! _¡Te espera el mejor de todos los seres que he colocado sobre la faz de la tierra! Le sonrió el Padre, al niño, para tranquilizarlo y añadió ésto.
- Ése maravilloso ser, es como si Yo fuera quien te reciba en la tierra. _Es mi representante, la persona idónea para que te cuide mientras llegas a una edad, en donde ya puedas valerte por si mismo, mi pequeño y amado hijo. 
- Y, ¿cómo sabre quién es? _Entre tanta gente, Padre. Preguntó el pequeño con mucho entusiasmo.
- No te preocupes, al verla... ¡sabrás que ella es! _Y, ¡la llamaras mamá!
- ¿Mamá?... ¡¡Qué nombre tan hermoso!! Repitió el niño, ahora mucho más entusiasmado que antes.
- ¿Tienes más dudas hijo mio? Le preguntó, El Padre.
- Por ahora no, Padre. Le respondió un ya envalentonado niño. Y, agregó.
- Padre y una vez instalado en la tierra si quiero hablar contigo, ¿cómo lo haré? El Padre, con mucho amor le sonrió. Luego dijo.
- Cuando llegues allá, la manera de comunicarnos, será por medio de la oración mi pequeño.
- ¡Ah bueno!...
- Pero te digo algo. Le interrumpió El Padre.
- Si me tardo un poco en responderte, no te enojes conmigo, ni te perturbes, pues como sabes, tengo a tantos hijos míos, hermanos tuyos, allá abajo, que debo atenderlos tambien; no se te olvide que por tarde que te parezca y te responda, siempre resolveré tus problemas mi amado hijo.
- Esta bien Padre, ¿cuándo me marcho? 
- ¡Pronto hijo mio! ¡Prepárate, que será my pronto!

Mientras, en la tierra, una pareja de jóvenes se comían a besos y uno, los llevó a otro y ése otro, a hacerse el amor. Cuando la faena terminó, el niño arribó a la tierra y su vida terrestre empezó a gestarse en el vientre de la joven. 
Mientras éste crecía en el vientre de la que sería su protectora y amada madre, él seguía preparándose para la hermosa tarea que El Padre le había enviado.
Mientras tanto, los jóvenes seguían con su lujuriosa forma de vida moderna.

- Padre, ¿me escuchas, soy yo? Le dijo el pequeño, quien seguía su formación adentro de la joven.
- ¡Si hijo! Le respondió El Padre.
- Nada importante Padre, solo quería decirte que me siento muy cómodo y protegido aquí.
- ¡Te lo he dicho! ésta mujer, la que será tu madre, no permitirá que nada malo te suceda hijo mio.
- Recuerda que ella ahí, es como si fuera Yo aquí en los cielos. ¡Quédate tranquilo y sigue tu viaje con rumbo a la vida mi amado hijo!

Al mes, de que la muchacha seguía con su vida sexual desenfrenada; ella, notó que su menstruación no le llegó cuando tuvo que llegar a lo cual, no le tomó importancia, pensando que ella era muy irregular y entonces, prosiguió su vida tal cual, hacia unos meses con su novio.
- ¡Pablo, tengo un retraso! pero creo que es normal, no es para preocuparse.
- ¡Si! muchas chavas tienen ese problema mi amor, no te preocupes. La consolaba un ansioso muchacho, con ganas de acostarse con ella.
- ¡Espera un momento Pablo! Lo detuvo cuando éste quiso tocarla.
- ¿Qué te sucede Marlen? Le reclamó Pablo a la chica, por detenerlo tan abruptamente.
- Nada, quiero preguntarte algo.
- Está bien, ¿dí qué quieres? Le dijo Pablo de muy mala gana.
- ¿Qué pasaría, si estuviera embarazada? Le preguntó Marlen, preocupada.
- Tranquila mi amor, tu no estás embarazada, y se tiró nuevamente sobre Marlen.
- ¡No Pablo! responde mi pregunta, por favor. Le insistió Marlen. Pablo, con tal de hacerle el amor una vez más, pues ya no se aguantaba las ganas le contestó.
- Mi amor, si eso pasara, me casaría contigo. Y luego de ello hicieron lo suyo.
Al siguiente mes; Marlen no recibió a su amiga la menstruación y sentía molestias. Le contó a su novio y ambos, decidieron comprarse una prueba de embarazo en la farmacia y luego de varios minutos, el aparato dió positivo. 
Ella se alarmó cuando vió el resultado. Salió del baño muy preocupada y al ella contarle su estado a Pablo; éste se asustó mas que ella. Ambos, quedaron mudos por un largo rato. Luego de ese momento, meditando, cada quien por su lado. Pablo le habla a su novia Marlen. 
- ¡Ya lo pensé bien y tendrás que abortar! Ella, lo vió en silencio con cara de amargura y soledad.
- Pero Pablo, ¡tú me prometiste que te casarías conmigo si ésto pasaba! Le expresó su cólera, con esas palabras.
- Lo se mi amor, pero estamos muy jóvenes y no querrás que nos atemos a criar un niño en lugar de seguir divirtiéndonos ¿verdad?
La platica se mantuvo en ésta tónica, y luego de varias discusiones entre los dos, Marlen aceptó lo que su novio, muy convincente le propuso por varias horas. 
Al final, ella, por miedo aceptó y en cosa de varios días, se dió el asesinato. El asesinato de un ser humano, en manos de: Un colegiado, estudiado, preparado, señor de edad, con un criterio bien formado, todo un clérigo y, quien también era padre de cinco niñas. Les hizo el trabajo, el médico, fué: el sicario, un asesino más de la sociedad, que mataba por dinero, de una manera inmisericorde a víctimas indefensas. El niño, quien vino confiado a la tierra, pues, un ser maravilloso, muy parecido a Dios, lo esperaba para protegerlo con su propia vida si era necesario; una, a la que llamaría madre y después con mas cariño, mamá. 

Éste, al cielo regresó y cuando se presentó frente a su Padre, quien lo esperaba con lágrimas en sus ojos, muy apenado con su pequeño, avergonzado, porque las "Madres Modernas" le habían fallado en su proyecto de vida, en un proyecto diseñado para ellas; para lo que ellas, habían sido puestas en éste lugar. El niño, muy preocupado a su Padre preguntó.
- ¿Qué pasó Padre? _¡Si supieras cuanto sufrí! _¡Si supieras cuanto me dolió! _¡Fué un dolor y horror espantoso!
- ¡Créeme que lo sé hijo y te pido perdón!  _Pero allá han cambiado mucho hijo mio.
- Sé lo que sentiste, pues, lo mismo me pasó cuando por ahí estuve, aunque lo que tu sentiste yo lo viví hasta que tuve 33 años. 
- Pero, te entiendo mi pequeño y amado hijo. Le dijo, El Padre, con lágrimas en sus ojos. Luego de que ambos lloraran amargamente y de permanecer por un buen rato abrazados; el niño le pidió perdón al Padre, por no haber podido llevar a cabo el encargo que Él, le había dado. Un encargo muy importante.
- Padre, ¡perdón por no haber podido llevar a cabo tu encargo!
- No te preocupes, mi hijo, no ha sido tuya la culpa. _La culpa es de ellos, quienes aún no están preparados para recibir lo que con tanto amor les envié contigo mi pequeño. 
- ¡Será mucho más después, cuando te lo encargue de nuevo! _¡Ve y descansa mi pequeño! 
El niño no nato, se retiró. Pero antes de abandonar la habitación, se detuvo, se volteó y al Padre con cara de duda, preguntó.
- ¿Padre en qué consistía tu encargo? _¡Ése, que yo llevaba para la humanidad!
- ¡Tú mi pequeño héroe, ibas a ser, quien descubriera la cura contra el CÁNCER! 
- Ésa espantosa enfermedad que a tantos a matado allá en la tierra; pero como ya te dije, será en otra oportunidad.
El niño, salió de la habitación y cerró la puerta. Diciendo.
- ¡Feliz noche Papi!..... _¡Feliz noche, mi amado hijito, descansa!

 DÍ... ¡¡¡¡NO AL ABORTO!!!!.... ¡¡¡ROMPE EL CIRCULO!!!... ¡¡¡BASTA DE ASESINATOS!! 




 








No hay comentarios.:

Publicar un comentario