martes, 30 de diciembre de 2014

Fin de año de los compadres


- Compadre, ya se acaba el año.
- Si compadre, solo faltan unos pocos minutos.
- ¡Salud compadre!
- ¡Salud compadre! se tragaron el trago amargo, uno que ya no les lastimaba el gaznate, los compadres se abrazaban y se deseaban lo mejor, ese amor que te da el calor de los tragos en tu cuerpo.
- Compadre, yo lo quiero mucho, más que a mi vieja, ¡palabra de honor!
- ¡Yo si quiero más a su vieja compadre!
- ¿Qué? Dijo un compadre extrañado por la respuesta de su amado compadre.
- ¡Que tambien lo quiero compadre, mas que a mi vieja! _Deje terminar. Dijo el compadre, aunque a sus adentros tambien dijo.
- ¡Puta! casi la cago, ¿a qué horas se irá a emborrachar éste para ir darle su apapachón a su vieja? _Si que está buena la vieja de mi compadre. ¡Perdóneme compadre pero eso me dejó el año viejo!
- ¡Salud compadre! le interrumpió su pensamiento el compadre a su querido amigo.
- Compadre, ¿qué le dejó este año que ya se termina?
- Pues vea compadre, me dejó una deuda enorme, una vergueada que me puso mi vieja un día que llegue a verga. _Pero lo mejor, fue una vieja bien buena, compadre, esa lo compensa todo. Y, ¿a usted compadre que le dejó este año?
- ¿A mi compadre? me dejo una enfermedad venérea que me pegó la puta de mi mujer, la pinche vieja dice que me es fiel, pero creo que no compadre. Me dejó ¡su amistad mi hermano!, una vergueada en el metro, cuando me quisieron hueviar mi celular, ¡casi me mata el desgraciado ése!
- Espérese, compadre. _¡Dijo usted una enfermedad venérea que se la pegó su mujer?
- Si compadre, por ello ya no me acuesto con ella, ¡que siga pudriéndose el pendejo que la coge ahora!
- ¡Su madre compadre!
- ¿Quéee? Lo vió a la cara, con la misma extrañeza de hace un rato.
- Que a su madre ¿qué le dejó esté año compadre?.. _¡Cálmese, tómese otro trago! 
- ¡Salud!
- ¡Salud! compadre. _Pues a mi madrecita, qué le digo, tengo chingo de no verla.
- Y, la suya compadre. El Compadre sintió que lo estaba chingando su amigo.
- ¿Qué pasó compadrito? _Ya nos llevamos así, respete a mi viejita que ya se murió.
- ¡Perdón Compadre! _¡Salud!
- ¡Salud!
Siguieron emborrachándose los alegres compadres, Juancho Y Pancho. 
En la cantina en dónde estaban chupando, el cantinero gritó.
- ¡Ya falta un minuto mucha, para que se vaya a la mierda este pinche año!
- ¡Saluuuuud! Gritaron la retagila de bolos que se encontraban en la cantina. Unos llorando por una esquina, otros meando en los arbolitos de alrededor.
- Compadre ¡se acaba el pinche año!
- Y, ¡usted que no se duerme!
- ¿Quéee?
- Usted, que no se duerma, ¡que es un pinche huevudo y chispudo! _¡compadre, deje terminar la frase hombre! Entonces el cantinero empezó a contar.
- ¡¡10, 9, 8...!! Junto a él, todos al unisono, gritaban los números de la segundera del reloj, esperando que dieran las doce. 
- ¡¡5, 4, 3, 2, 1...!! Y un parroquiano sacó su pistola y empezó a disparar para el cielo, junto a los pepitazos, los cohetillos, todos se pusieron de pie y como pudieron se abrazaron. Un borracho, le dice a otro que iba muy seguro con los brazos abiertos a darle un cariñoso abrazo a su compadre, pero éste lo empujó por allá. Diciéndole.
- ¡Puta compadre! ¡guárdese esa su babosada! así no le doy su abrazo. El bolo regresaba de orinar y con la cohetiza y los plomazos, regreso de volada y por ello, se le olvidó guardar su hombría.
- ¡Feliz año compadrito! Le dijo Pancho a Juancho.
- ¡Feliz año nuevo mi compadrito! Le respondió Juancho a Pancho y se  fundieron en un abrazo muy querido, uno pensaba: _que buena onda mi compadre, ¡como lo quiero! y el otro pensaba: ¿a qué hora cae este pinche compadre? ya me anda por llegar con su mujer, ¡aunque este podrida! ¡después me pongo penicilina y ya!
- ¡Nos echamos otra compadre!
- ¡Echémosla compadre, comencemos el año nuevo bien a pija!
Ya en la madrugada del año nuevo, muchos bolos estaban parqueados sobre las mesas, otros tirados sobre sus meadas. Por fin el compadre se había fondeado.
- ¡Ya cayó el compadre! voy y vengo, seguro ni se da cuenta. 
Salió con rumbo a la casa de su compadre, a buscar a la mujer de su compadre. Cuando éste llegó a la covacha de su compadre, éste escuchó como la mujer de su compadre estaba gozando de un inicio de año nuevo.
- ¡Pinche vieja! ¿con quién estará? se preguntó el desilusionado del compadre. 
- Ni modo, éste pendejo debe de ser el que la tiene podrida, ¡chingue su madre! y se dirigió para su casa el compadre muy desilusionado. 
Cuando llegó a su covacha, metió la llave en la cerradura de la puerta de su casa, Pero tambien escuchó como los resortes de su cama chillaban al igual que su mujer.
- ¡Pinche vieja! ¿con quién estará poniéndome los cuernos? Pensó el indignado compadre y prendió la luz.
-¡¡Compadre!!! ¿Usted? gritó uno de los compadres, mientras que su compadre se agasajaba a su vieja.
- ¡¡Sorpresa compadre!! Dijo el Juancho en pelota, encaramado en la mujer de su compadre Pancho.
- ¿Cómo qué sorpresa?
- Pues si usted dijo, ya deje a pija al Juancho, ahora me voy a darle a su vieja, pero mientras le dan a mi vieja yo le doy a la suya compadre. _¡¡Sorpresa!! gritó de nuevo. Pancho salió del cuarto y de la covacha.
-¡Vaya! ya tengo algo para olvidar a fin de año. Se fue dando de tumbos por la calle de regresó a la cantina a seguir emborrachándose, cuando entró en la cantina vió a su compadre aún dormido sobre la mesa. 
- ¿Que putas? A un lado de su compadre estaba él, chorreando sangre por una bala perdida que le había caído en una pata; por lo cual quedó desmayado. 
Cuando volvió de su desmayo, se encontraba el cantinero junto a él, curándole la pata herida.
- ¡Apúrele cantinero, antes que se despierte mi compadre! _¡Que tengo algo importante que hacer!
Cuando terminó el cantinero de curarlo, se dirigió de nuevo a casa de Juancho chénqueando. 
Escuchó atentamente y nada, todo estaba en silencio.
- ¡Comadre! ¿está ahí? susurró el Pancho a la mujer de Juancho. Se escuchó cuando la vieja despertó.
- ¿Que haces aquí vos? le cuestionó la señora al Pancho, con el camison agujereado.
- Tranquila, que el Juancho esta bien a pija en la cantina. _¿Puedo entrar? Y así lo hizo. Cuando el Pancho entró, el Juancho gritó. 
- ¡¡Sorpresa!!
- ¿Qué putas? dijo el Juancho, cuando vió a su compadre en la casa.
- Aquí, esperándolo compadre para ver como se chinga a mi mujer. Le dijo el Juancho a Pancho, con pistola en mano.
- ¡Tranquilo compadre! ¡guarde esa babosada, que se le puede disparar, yo solo venía a avisarle a su mujer que usted estaba borracho en la cantina!
- ¡Déjese de babosadas!, pues el cantinero me contó lo que usted hablaba cuando estaba desmayado y luego lo confirmó cuando apresuró al cantinero a curarlo. 
El Pancho, salió huyendo de la casa de su amigo. El Pancho y se dirigió a su casa. Cuando éste llegó, escuchó el ruido de los resortes de su cama, chillando, casi reventándose. Encendió la luz y ahí estaba su mujer con el cantinero disfrutando del año nuevo.
- ¡¡Sorpresa!! gritó el cantinero..... ¿Qué no te quebró el Juancho?... 













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