domingo, 21 de diciembre de 2014

Mujeres engañadas. La Traición

Cualquier similitud con la vida real, es pura coincidencia. O, ¿tal vez no?.... ¡A lo mejor, me lo contaron!

Eran la pareja perfecta, con años de matrimonio, con dos hijos ya mayores, vivían su vida cómodamente y se comprendían perfectamente. 
Hasta un día que, un amigo le invitó a un lugar muy especial solo para caballeros, éste aceptó y a su amigo acompañó, no sin antes, advertir que él solo iría a ver, mas bien a curiosar. El otro aceptó pues, esa noche su cómplice de siempre andaba de viaje y a él no le gustaba visitar esos lugares en solitario.
Por fin, llegaron al lugar; fueron recibidos por una señora muy educada y bien vestida, quien de inmediato reconoció al asiduo de ese lugar. Ella, hizo sonar una especie de timbre y en ese instante, salieron las jovencitas, como en un desfile de modas, todas eran unas muñecas, mujeres muy jóvenes y con unos cuerpazos increibles. Al termino de unos minutos, el amigo y cliente del lugar eligió a una de las chicas y se retiró a hacer lo suyo; mientras, la señora, supongo que la encargada de aquel lugar, le pidió a una de las señoritas que por favor le hiciera compañía al señor, amigo de su cliente, mientras él salía.
- ¡Quieres tomar algo? ¿una cerveza, alguna gaseosa? Le preguntó la desinhibida joven.
- Gracias, me gustaría una cerveza, siempre y cuando me acompañes con una. Le dijo muy educadamente a la joven.
- ¡Claro, gracias! lo importante es que estés cómodo.
Pasaron alrededor de 45 minutos y su amigo estaba de regreso y junto a él, la otra chica. Se acomodaron y los cuatro bebieron esa noche.
- ¡Bueno, nos vamos!
- Yo digo, ya es algo tarde. Le responde el amigo que solo era acompañante.
Se retiraron cada quien para su casa. El esposo de la señora, esa noche, llegó muy excitado y deseó hacer el amor con su esposa, pero a ella ya no le gustaba tener relaciones y para ella, eso fue algo raro e incomodo, pues hacía mucho que él tampoco la tocaba.
Con el correr de los días, el esposo no dejaba de pensar en la joven con la que había tomado cerveza y platicado muy agusto, mientras que su amigo estaba ocupado en el cuarto con la otra señorita.
Una tarde, tomó valor y se dirigió al lugar; al llegar, lo atiende la misma señora, él, solicita la presencia de la joven y ella al salir lo reconoce y lo atiende como rey. Esa noche, solo tomaron cerveza y platicaron.
A su tercera vez, él quiso tener relaciones con la joven y ella aceptó, pasaron un rato muy placentero, la chica era una experta en el arte del placer.
Con los meses éste se empezó a enamorar de la joven y acordaron ya no verse más en ese lugar, así que lo hacían afuera, en los días de descanso de la muchacha. Éste, quien ya estaba completamente enamorado de ella y ella que se sentía muy agusto con él, tomaron la decisión de que, ella dejara su trabajo y de apartarse a vivir con él y él abandonó a su mujer de años. Así fué. 
Él se fué de su hogar de años y se traslado a vivir con su ahora conviviente, ella, durante varios meses era una mujer muy juiciosa y señora de su casa. Un día, ella espera con ansías y nerviosismo a su conviviente.
- ¡Ya llegue amor! Ella corrió y sobre sus brazos se refugió, éste le pregunta. 
- ¿Qué es lo que sucede, por qué tanto amor y ternura?
- Amor, ¡te tengo una noticia y no sé como lo tomarás! Él se preocupó un poco, se acomodaron en el sofá y, él la escuchó.
- Amor, ¡estoy embarazada! ¡tengo tres meses! El hombre enmudeció por un breve momento, luego, éste explotó con tanta alegría y emoción completa; tomándola en sus brazos y así la llevó hasta la alcoba y le hizo el amor.
Seis meses después, ella daba a luz a un varoncito, algo que a él lo llenó de mucha alegría. 
Tres años después, ella cambió radicalmente y sucedió lo que él temía en todo éste tiempo; ella, regresó a su antigua vida y de nuevo se prostituyó; abandonándolo poco tiempo después, dejándole al niño.
El hombre, ahora solo y con un niño de tres años, regresó a su casa y le pidió perdón a su ex mujer. Ella lo perdonó y lo aceptó de regreso en su antiguo hogar y tambien al niño.
La señorita, un día, contactó al señor, su ex pareja, le pidió una fuerte cantidad de dinero, pues se regresaría a su país natal y con esa cantidad de dinero, ella estaría dispuesta a renunciar al niño y según ella, ya no la volvería a ver jamás. Éste, quien amaba a su hijo, lo mismo que su esposa, aceptó y le dió todo el dinero que ella le pidió.
Transcurrieron cinco años y efectivamente, de la señorita, nada, si viva o estaría muerta, él lo ignoraba y la verdad, no le interesaba pues, su hogar ahora era igual que antes o mejor, pues tanto sus hijos como su esposa amaban al muchachito; él los veía como hermanos y madre natural a la esposa de su padre. Ella lo estaba educando con mucho amor y dignidad, como lo habia hecho antes con los propios.
Un día apareció la señorita, ahora con más años, pero siempre muy sensual.
- ¡Hola!
- ¡¡Hola!! Le respondió él muy extrañado por su presencia. Y agrega.
- ¿Creí que habíamos acordado en que no te volvería a ver nunca más? Ella, con lagrimas en sus ojos, aceptó el reclamo. Y dijo.
- Lo sé y te pido que me perdones. Ella lloraba como una Magdalena.
- Solo quiero me permitas ver a mi hijo. _No vengo a reclamarlo, solo necesito verlo y saber como está.
Al principio el señor se negó rotundamente y le dijo. 
- Creo que no es buena idea, pues mi esposa es ahora su madre. _Le hemos contado la verdad hace poco y él dijo que no le importaba, pues él no conocía otra madre que no fuera mi esposa.
- Por lo que no creo que sea correcto. Ella lloraba ahora más e insistía en ver a su hijo.
El señor, quien la había amado tanto se conmovió de ella y aceptó llevar al niño a un lugar para que lo reconociera y viera lo bien que éste estaba. 
Sin decirle nada a su mujer, sacó al niño y lo llevó al zoológico, lugar en donde se encontrarían. Ella, al verlos llegar no pudo evitar correr hacia el niño y tomarlo entre sus brazos.
- ¡¡Mi amor soy yo!!... ¡¡Tu mami!! Le dijo ella con mucha emoción y un brillo especial en sus ojos.
Ésto conmovió mucho al padre del niño, que no pudo desmentirla y les permitió esa tarde estar como una verdadera familia; según él se lo merecían ambos.
Así pasó casi un mes, viéndose clandestinamente. Una tarde de tantas, ella le pide a su ex conviviente.
- ¿Me permitirías llevármelo a mi país? _Para que lo conozcan mis padres. 
- Sabes que soy hija única y el niño es su único nieto.
- Prometo traerlo de vuelta, solo serán unos cinco días. _¡Por favor, te lo suplico!
Al principio, él se negó y entonces decidió contárselo todo a su esposa, todo lo que había pasado en el ultimo mes, como era de esperarse, ella se enojo mucho con su marido, con quien habían logrado olvidar su desliz y ahora vivían muy felices con el niño.
El hombre, decidió y autorizó la salida del país al niño, la aun joven mujer pero más madura se llevó al niño, con la promesa de regresar en cinco días. 
Algo, que le causó muchos problemas con su esposa, ésto los llevó a tener muchos conflictos de nuevo, al extremo de que ella, su esposa, le pidió que se fuera de la casa y que cuando le regresaran al niño, a él lo recibiría de nuevo permitiéndole a él verlo solo los fines de semana, pues ya no quería nada con él. 
Aduciendo que él, le había causado ya muchas penas y dolores en el corazón, y más ahora, robándole de su lado al niño, a quien lo amaba como suyo.
Al final se divorciaron, se alejaron el uno del otro. Y la joven extranjera, jamás volvió con el niño.
La ex esposa del señor, ahora casi muere, sola en su casa, llorando a un niño que no era suyo, pero al que amaba como si lo hubiera parido. Vaya daño que le había causado su ex marido a su vida tranquila y armoniosa que un día tuvo y que pensó sería hasta que la muerte los separará, pero no fue así, fue el hijo de una trabajadora sexual, la que junto a su marido terminaron con su deseo de volver a vivir.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario