jueves, 5 de marzo de 2015

La Lotería 2


...También, obtener una enfermedad terminal, es como sacarse la Lotería. Lo importante de éstas historias, basadas en la vida real de muchos de nosotros; es qué, podríamos evitar comprar números de lotería, para no sacarnos nunca ésta "Lotería de la vida".

Cuando recibes de manos de tú médico, la noticia de que tienes una enfermedad terminal, de inmediato te preguntas; ¿Por qué a mí? Cómo si el galeno supiera la respuesta. No hay más que ver en retrospectiva y encontrarás una serie de eventos, de los cuales, tú y solo tú, has sido el artífice de tu actual situación, pues, has pasado toda tu vida comprando números de lotería y por fín; ¡le pegaste al premio gordo! 

Veámos:

Sales con rumbo al trabajo, y en el camino, en la mera mañana, por el frío de dicha mañana sacas de tu bolsillo un cigarrillo, lo enciendes y te lo disfrutas. Has comprado un cachito de lotería.
Más tarde, ya en la oficina, te levantas de tu cubículo, con sed, caminas por el pasillo e ignoras el oasis de agua pura que en el lugar hay, sigues directo al fondo del pasillo, te paras frente a un expendedor automático, sacas un billete, lo introduces y marcas, la maquina te expende una bebida de cola, la cual la bebes con desespero y la saboreas como si degustaras lo más exquisito y prohibido jamás probado. Has comprado otro numero de lotería.
Llegó la hora del almuerzo. _¿Qué trajiste de almuerzo? _Hoy, nada ¿comemos en el comedor de la esquina? 
Caminan y se dirigen a comer comida de los tres amigos, comida chatarra. Compraste otro número.
Estás cerca, pues a mayor números comprados, mayor las posibilidades de sacarte el premio de mayor de la lotería.
Por la noche, luego de salir de la oficina. _¿Vas para tu casa? _¡Sí! ¿por qué, hay algo para el pecho?
Y, se dirigen al bar que les queda a la vuelta y piden licor y toman hasta embriagarse. Has comprado un numero entero de la lotería.
Y, ahora tienes el descaro de preguntarle al médico, ¿Por qué yo? ¿Qué hice para merecer esta enfermedad tan terrible? Pues, nada, simplemente que te has sacado la lotería, porque has comprado tantos números, que por fin le pegaste al gordo. 

Pero, están tambien los casos de aquellos que son lo contrario al ejemplo anterior, personas consientes, acomedidas en sus actividades diarias, que se ejercitan, unos que carecen de todos los vicios que le llevaron a sacarse la lotería al de la historia anterior.

- ¡Siento ser portador de tan malas noticias! pero, ¡usted está muy enfermo y no le queda mucho tiempo!
- Pero Dr. Marroquín, ¿por qué, si usted me conoce y sabe que llevo una vida muy controlada?

Éste caso, es como la historia, de aquel que siempre se negó a comprar números de lotería, una vida completamente diferente a la del anterior. Pero un día, va por la calle y se dice a sí mismo. _¿Nunca he probado y, no creo que con una vez que lo pruebe me haga daño? 
Eres un individuo que no compró el billete de lotería, simplemente que la suerte te llegó. 
He aquí un ejemplo, o mejor una analogía de éste caso.

Vean:

Caminaba por la calle, para hacer ejercicio, siempre caminaba con rumbo a mi trabajo, aprovechaba ésto, tambien para hacer una buena digestión a mi saludable desayuno. De pronto, ahí, frente a mi, una billetera, ví para todos lados, antes de cogerla, al percatarme de que nadie me veía la tomé y la guardé, seguí mi camino hacía mi negocio y una vez ahí, con ansiedad abrí la fina billetera. _ ¡Caramba!, tarjetas de crédito, documentos personales del pobre que perdió la billetera; en el compartimiento del dinero, una pequeña fortuna, extraje el efectivo y me lo quedé, como pago por devolverle los documentos y tarjetas de crédito, éstos los metí en un sobre y los envié por correo a su propietario, la billetera la arrojé a la basura para evitar evidencia y me embolsé el efectivo. 
Días después, mi esposa entró gritando como loca al cuarto. _ ¡Mi amor le pegaste al gordo!
- ¿Pero? ¿Cómo si yo nunca he comprado ni un cachito de lotería? 
- ¡Lo se mi amor! pero, ¿recuerdas el dinero que te encontraste la otra vez y me lo diste para que lo guardara?
- ¡Claro que lo recuerdo! Pero, ¿eso qué tiene que ver con ganarme la lotería?
- Pues, resulta que entre el dinero que de la billetera sacaste y te apropiaste, entre ellos, venía un numero entero de la lotería. Lo guarde y hoy se jugó y ¿qué crees? _¡Te ganaste la lotería!

Otro de éste mismo ejemplo:

Llegó Juancho, a la visita en la sala de infectología, a visitar a su entrañable amigo de infancia Pancho, quien se encontraba grave en una de las salas del Hospital General, en la sala de Infectología.
Sala con pacientes de SIDA (Premio Mayor)
- ¿Qué hace el Pancho en ésta sala de enfermos con Sida? se preguntaba Juancho.
- ¡Ahí esta! ¡hola amigo! 
- ¡Hola Juancho! que bueno que me visitas pues, ¡nadie me viene a ver!
- Pero, ¿Pancho que putas haces aquí, cómo te contagiaste de esa mierda?
- ¿Te acordás de la Mirinda?
- ¿Cómo no recordar a ese bomboncito. Dijo un lujurioso Juancho.
- Pues, fíjate que me la encontré la otra noche en una discoteca y desde que la ví, me dije, ¡ahora o nunca!, la abordé y la invité a bailar, a beber unos tragos y entre baile y tragos, nos calentamos vos Juancho y cuando sentí estábamos en un motel dándole, ¡cinco a la pianola!
- ¡Pero vos si sos bruto! y ¿tanta era tu calentura qué no pudiste comprar un condongo Pancho?
- ¡No hombre, si llevaba uno conmigo!, ¡aquel que me regalaste hace un año te acordás!
- Si Pancho y ¿entónces qué putas paso, estaría roto, o ya se había vencido? ¿no entiendo?
- ¡No vos Juancho, lo que pasa es que la Mirinda estaba tan apretadita que no le entraba y yo que ya no aguantaba! Entonces me dije. _¡Qué putas! me quite el condón y lo arrojé a la chingada y ahí, ¡Sí se pudo!
- ¡Fue increíble Juancho, fue increíble! El problema fué, ¡qué me saqué el premio mayor!
- ¿El premio mayor vos Pancho?
- ¡Sí, vos!, ¡compre mi numero y me saque la lotería!
- En la otra sala, está la Mirinda, ¡por si la queres ir a saludar!
- ¡Tu madre Pancho!, ¡vos porque sos mi hermano, mi amigo de infancia!

...Por esta vez, te dejo con éstos ejemplos de como te podrías sacar la lotería, en cuanto a una enfermedad terminal se refiere, pues, como ven nadie esta exento a sacarse el premio mayor. Dependiendo del ritmo de vida al que estés acostumbrado a vivir. 
Debo aclarar que hay quienes compran números a diario, a cada instante, pero, están "tan salados que nunca le pegan la gordo"
Ojalá que si un día te sacas la lotería, sea la buena y no una de éstas o, la del amigo que ansiaba tanto sacarse la lotería, que se la sacó ¡con el accidente aéreo!

.....¡Hasta el próximo cachito de la lotería!....








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