viernes, 17 de abril de 2015

Loco Amor


La chica se arreglaba como loca y a gran velocidad, luego se paraba en su balcón cuando ella sabía que el chico que a ella le gustaba pasaría por ahí. El joven pasaba justo a la hora exacta con rumbo a casa de su novia y de la chica, la cual, se habia hecho maravillas en ella para a traerlo; él ni en cuenta, la chica simplemente no existía para él. 
Ella al verlo pasar le decía: ¡Te amo! Éste murmullo no se alejaba más de un metro de sus labios y  justo a los cien centímetros, la exclamación moría. Día tras día, lo mismo y al metro de sus labios a diario aquella exclamación moría, sin recibir la respuesta añorada por ella y que le diera vida al ¡Te amo!

Mientras, en la casa de enfrente alguien hacía lo mismo todas las tardes, un chico que vigilaba celosamente los movimientos de la chica, salía muy puntual a la hora en que ella se acomodaba sobre su balcón y desde la ventana de su habitación, el chico bien perfumado y peinado, por ella suspiraba y él, al verla sentándose en aquel balcón con el pensamiento le gritaba a todo pulmón ¡Te amo! Éste te amo, nacía en el pecho del joven y moría en su cabeza, añorando que un día, él tuviera el valor para decirle en su cara ¡Te amo!

La madre de la chica, quien conocía perfectamente a su hija, cuando el chico que viajaba con rumbo a casa de su novia se perdía por la calle y ya no se veía más; ella, la chica, entraba en su casa dando de suspiros y girando sobre sus pies como bailarina Rusa. Su madre simplemente sonreía y en sus ojos se reflejaba una chica muy enamorada, un amor que no le permitía ver mas allá de su balcón. _ Hija, ¡ese chico ni se fija en tí y según sé tiene novia! Dijo la madre, muy sutilmente pues, no deseaba causar la tercera guerra mundial en su sala. _Madre ¡tú eres de otra onda, otros tiempos! ¿No sabes nada de éstos tiempos modernos? La madre la veía con mucha ternura, recordando su primera ilusión.
_ ¿Qué opinas del chico de enfrente? es de tu misma edad, y de él que estas ilusionada es mucho mayor y no creo que se fije en tí. Lo digo, no por qué seas fea, ¡eres preciosa mi niña! ¡pero eres una niña para él! Se animó la madre a querer abrirle los ojos a su hija, que estaba cegada por aquel chico. 
La niña encendió la radio y junto a él cantó las canciones románticas del momento y de ves en cuando alguna vieja, pero buena.

En la casa de enfrente, el joven bajaba de su cuarto, lugar desde donde veía al amor de su vida y luego ya en la sala con la vista perdida en el cielo, se colocaba los audífonos en sus oídos  y sintonizaba la misma radio que su vecina de enfrente y suspiraba con las mismas canciones que ella. Sin duda, ambos tenían una química que un tercero no les permitía ver. _¿Hijo creo qué estas enamorado? 
Le dijo su madre, que estaba sentada frente a él y éste ni cuenta se dió. Como la madre del chico no recibió respuesta de su hijo, le golpeó el pié. _¡Ah! ¿Qué pasa madre? dijo un chico atolondrado y completamente desconectado de la realidad. 
_ ¿Qué si estás enamorado? dijo la madre del chico, éste se molesto y sin contestarle, solo se volteó y luego se acomodó en su sofá. 

_ ¡Ya vengo! dijeron las madres de los chicos y salieron a la calle, las dos. _ ¡Hola Regina!  _¡Ah! ¡Hola Rufina! ¡Disculpa! dijo ésta última, la madre del chico. _ ¡Estoy preocupada, pues creo que mi niño está enamorado! Y suspiró Rufina y agregó _ ¡La primera ilusión de mi muchachito! Entonces, Regina tambien confeso el secreto de su casa. _ ¡La mía está completamente enamorada del hijo de Chupina! Dijo Regina resignada. _ Pero ¿ese muchacho ya esta grande para la nena? _ ¡Lo sé amiga pero ella esta completamente enamorada de él! 
Continuaron caminando por el vecindario hasta que llegaron a la tienda de la esquina, hicieron sus compras y salieron de la tienda con sus compras, de regreso a la casa de cada una. _ ¿Sabes que me gustaría? dijo Rufina. _ ¿Qué amiga? Entonces Rufina dijo: _ ¡Qué mi bebe se enamorara de tú nena! pero, ¿a saber, quién lo tiene como bobo? Regina luego de pensar en la propuesta; dijo: _ ¡Eso sería genial son de la misma edad y mi nena se olvidaría del tipo ése! 
Luego llegaron a sus casas, que quedaban una frente a la otra. Entraron cada quien a la casa y de una se dirigieron con sus respectivos hijos enamorados. Regina fué la primera.  _ ¿Nena, qué te parece el chico de enfrente? ¡yo lo veo guapito! La chica la vió con una cara de completo desagrado. _¡Madre que tonterías dices! ¿Como me fijaría yo en ese ridículo?  ¡además es muy feo! 
_¡Bueno! dijo la madre y cuando se dirigía a la cocina dijo: _ ¡La que está haciendo el ridículo es otra! la jovencita respondió completamente irritada _ ¡Te oí madre!
Mientras en la casa de enfrente, Rufina hacia lo suyo. _ ¡Hijo, hijo, quita esas cosas de tus orejas y escúchame!  El otro, de mala gana hizo lo que su madre le pidió 
_ ¿Qué quieres madre? la madre sonrió y le dijo: _ ¿Qué te parece la niña de enfrente? ¿ No está bellísima? El joven se sintió descubierto y avergonzado se colocó los audífonos nuevamente y subió a su cuarto, mientras subía le contestó a su madre. _ ¡Estas loca, esa chava no me gusta! 
- ¡Bueno! dijeron ambas madres y agregaron _ ¡Qué no se diga que lo intenté!
Ambos chicos se asomaron a sus ventanas al mismo tiempo y vieron justo hacia el cuarto de cada uno, topándose sus miradas justo cuando uno expiaba al otro. 
Uno pensó: ¡Es bellísima! mientras la otra tambien pensó: ¡No está nada mal el chico! Ambos al verse descubiertos, sonrieron entre sí y con sus manos se dijeron ¡Hola! 

Luego, de inmediato se metieron en sus camas. Él, seguía soñando con ella, mientras que ella, ahora se fijaba en su vecino  y no le había desagradado nada. 
Sus pensamientos, eran siempre para el chico mayor; pero de ves en cuando se asomaba en sus pensamientos el chico de enfrente y ella sonreía. 
El chico de enfrente, soñaba con ella y tambien reía.


Tomado del libro: "Historias de un adolescente tímido"  de Sergio raga




No hay comentarios.:

Publicar un comentario