lunes, 6 de abril de 2015

Quien


Quien, salió de su casa en busca de aquella persona que le diera vida a su gran ilusión, una que tuvo desde la primera vez que escribió para alguien una carta que nunca le dió. Quien, soñaba en cumplir su gran sueño, su primera incursión en el arte el amar, Quien, conoció lo que era para Alguien encontrar el amor. Fué una noche siendo niño, cuando Alguien, quien llegó con su madre de visita a su casa; mientras ellas, la madre de Alguien y la madre de Quien se encontraron y se fueron a algún lugar a platicar. 
Quien y Alguien se vieron por largos minutos con mucha vergüenza, pero cada mirada producía cosas nuevas para ellos, pero más en Quien, un torbellino de pasiones, sin malicia en su joven estómago, después de varios minutos de miradas y sonrisas inocentes, Quien se aceró con mucha pena a Alguien y la invitó a jugar, ella de inmediato se puso de pié y con Quien se alejó del lugar en donde su madre la dejó. La niña y Quien jugaron por un buen rato, pero, Alguien, que seguía viendo con ojos picaros a Quien, lo tomo de la mano, y Quien casi se muere, Alguien, sintió que su cuerpo se desvaneció y la mano de Quien acarició, provocando en el pobre de Quien, un sin número de nuevas sensaciones. 
La madre de Alguien le grito y ella corrió hasta donde estaba ella, no sin antes besar la boca de Quien, y, luego se fueron para nunca más volver a encontrarse. 
Quien, quedó viendo al cielo estrellado y con luna llena. La madre de Quien, lo llamó para que se entrara pues, hacía mucho fresco en el jardín, Quien dijo _ ¡Ya voy! pero, Quien seguía tumbado sobre la fresca grama, viendo al cielo, sintiendo las sensaciones que Alguien a su cuerpo le dejó.
Eso era lo que Quien salió a buscar con mucha ilusión. Una vez, Quien creyó haber hallado a alguien y le escribió una hermosa carta de amor, una que ahora se moría en su bolsillo, pues, la chica de Quién se ilusionó a Quien lo despreció, el mismo día que Quien llevaba la carta para esa jovencita y que la había escrito con tanta ilusión, sintiendo las mismas cosquillas que de niño sintió, Quien abrió ese día su corazón y se dejó llevar por aquel recuerdo, Quien creyó que sería así de sencillo como lo fué, con aquella niña que jamás volvió a encontrar, que jamas volvió a ver.
Quien, sabia que tarde o temprano su sueño se cumpliría, eso le daba la razón para sentir en su corazón el amor, uno que seguía sin estrenar, pues él no sabía que lo había estrenado cuando era un niño, ahora quería encontrar a Alguien que le diera una nueva ilusión.
Quien, que ahora tendría unos diecisiete, sentía que el tiempo se le terminaba y que nunca podría de nuevo abrir su corazón para poder entregar todo ese amor, que Alguien le había dejado alborotado en su joven corazón.
Quien regresó ese día, triste pues, no había podido encontrar a su vieja ilusión, el verdadero amor, pero, él sabía que algún día éste llegaría, sabía que ese día su cielo jamas se nublaría.
Quien, seguía en busca de aquel amor, Quien cerraba sus ojos y en ellos aparecía el mismo cielo, lleno de estrellas con una luna grandotota y redondotota.

El tiempo pasó para Quien y nada, el amor no llegaba y su corazón se marchitaba cada día más y más.
Sus amigos le decían a Quien: _ ¡Tarde o temprano, tú sueño se hará realidad, tú ilusión abrirá de nuevo a tu corazón.
Pero Quien, moría, se carcomía por dentro y su corazón ya no soportaba tanto tiempo sin que Alguien llegará a complementar a su pobre corazón.

Quien, que ahora tendría unos veintitantos años, volvió a su casa a visitar a su madre; Quien llegó destrozado y en su semblante se evidenciaba la angustia del paso del tiempo, el paso de los días y su corazón seguía cerrado, con aquella ilusión.
Quien, tocó el timbre y por el altavoz se escuchó _ ¿Quién? _ ¡Si madre! Dijo Quien, su voz no tenía el mismo tono que un día alegró aquel hogar.
La madre de Quien, corrió y abrió la puerta, su pequeño Quien, quién un día salió en busca del amor, había regresado, vencido, acongojado, Quien abrazó a su madre con mucho amor, pero lo que su corazón sintió no era lo que él buscaba con ahínco. _ ¡Quien, que bueno que llegaste de tu largo viaje! _ Dime hijo, ¿encontraste lo que saliste a buscar? _ ¡No madre! mis sueños siguen sin cumplirse. _ ¿Creo que nunca encontraré esa ilusión y mis sueños por los que tanto de ti me alejé!
La madre de Quien se alegró tanto de escuchar las palabras tan funestas de su hijo amado, 
- ¡Pero madre! ¿cómo puedes alegrarte de mi desgracia? _ ¡Si!  ¡Claro que me alegro! _ ¡Porque desde que saliste en busca de tus sueños, Alguien ha venido todos los días en busca tuya, hijo!
Alguien, se acercó al umbral de la puerta de la casa de Quien, lugar donde un día lo conoció y vió a Quien, con la misma mirada que lo hizo de niña.
Quien, sintió como su corazón arrancó y como su cuerpo revivió, ¡sí! Quien había regresado a la vida pues, Alguien lo había estado esperando todo este tiempo.
- ¡Vez hijo, tarde o temprano los sueños se cumplen! Eso dijo la madre de Quien.
Alguien, salió y se dirigió hasta donde estaba Quien, su mano le tomó y Quien sintió como la energía del amor corría por sus huesos, músculos y nervios, hasta llegar a las puertas de su corazón, éstas se abrieron de par en par, para darle la bienvenida a la razón; Quien por fin abrió su corazón y Alguien entró en él para nunca más salir de ahí. 
Alguien besó los labios de Quien y desde ese momento los días de Quien y de Alguien, jamás se nublaron.






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