martes, 7 de abril de 2015

Rapidos e Idiotas


Salieron, subieron al carro y se marcharon derrapando llantas; en el pavimento las manchas negras quedaron como presagio de algo malo. Mientras conducían escuchaban rolas de rock, la música del auto era tan fuerte que de él salían, molestando a los que lo veían pasar a una gran velocidad. Que todos al verlos pasar se santiguaban y pedían a Dios por ellos.
Las calles vacías de algunas avenidas y los semáforos en rojo, los invitaban a aumentar la velocidad; pareciera, que quisieran morir aquella noche. En las curvas se escuchaban chillar a los neumáticos, como gritando: _ ¡Basta ya! Pero los que en el auto iban, no les bastaba la velocidad en la que viajaban, ellos, querían más y más; el motor del auto rugía, dejando salir toda su cólera por el escape del auto. Las luces de sus silvines por ratos apagaban las luces del alumbrado de la vía pública, pues, la inestabilidad de algunos baches de las calles hacían que el auto se elevara unos centímetros por el aire y al caer lo hacían rebotar, ésto elevaba el angulo de las luces led de gran potencia, incidiendo en los automáticos de los postes del alumbrado, engañándolos, como si había amanecido y por ello las luces se apagaban dejando el lugar en la oscuridad; detrás de la estela roja que dejaban las luces del stop del auto en la calle brevemente oscura, luego parpadeaban los focos, cuando regresaban de su engaño y debían de alumbrar a la calle de nuevo. 
Los indigentes que se preparaban a pernoctar cubriendo sus harapientos cuerpos con cartones y periódicos llenos de noticias con guerras, de niños asustados cuando eran fotografiados; volaron por los aires dejando helados a los pobres desafortunados, que junto a sus venas etílicas como podían con el temblor implacable en sus cuerpos, corrían por sus cartones y periódicos, no sin antes, maldecir a los que hace minutos por ahí pasaron a más 160 km/h.
De una calle oscura, se vieron incendiar las luces rojas y azules de una auto-patrulla que se sacudió cuando éstos por el lugar pasaron, la sirena aulló y del callejón salió; por las radios de las demás patrullas se escuchó el mensaje de alerta.
- ¡Automóvil del año, color rojo a más de 120 km/h en calles de la ciudad! _ ¡Se dirige a la 14 y Bulevar los Próceres! las otras unidades que descansaban en otros callejones, despertaron al llamado de su compañero y empezó la caería por las calles vacías y brillantes por los rótulos y luces del alumbrado eléctrico, se escuchaban gritar a las  sirenas policíacas, éstas angustiadas parecieran gritar:
- ¡Deténganse por sus vidas!
Pero los que conducían el carro de lujo, ultimo modelo y de color rojo, no parecían tener la menor de las intenciones en detenerse. Por el contrario, el conductor destapó uno de sus interruptores sobre el tablero arreglado y lo conectó, pues, detrás de él a unas pocas cuadras se hacía presente uno de sus cazadores, cuando el interruptor sacó chispas en su interior, justo cuando los contactos del mismo rebotaban hasta quedar completamente pegados, enviando por los cables energía procedente de la batería la cual estaba conectada a unos capacitores que elevaban la tensión y la potencia de la batería, para tener más potencia en los amplificadores quienes hace horas habían encendido sus ventiladores para no quemar a los integrados de potencia que hacían su función, la de amplificar el sonido de la musica rock. 
La energía que unió el interruptor, llegó a una botella que dejó salir un liquido, el cual al mezclarse con la gasolina hizo que la auto-patrulla quedara tímidamente perdida por la ahora salida a El salvador. 
El oficial reportó: _ ¡El sospechoso tomó el trébol de la salida a El Salvador! _ ¿Creo que llevan cilindros prohibidos con ellos, pues de su escape salieron flamas de fuego y desaparecieron de mi vista!
Luego de varios minutos, quizás casi horas, sin saber nada del auto rojo y de que el sol amenazaba con llegar a la ciudad. Por fín, se supo del auto rojo, era un BMW, los que lo vieron bajaron la velocidad para ver lo que quedó del carro ultimo modelo; ¡una completa chatarra! Los samaritanos se detuvieron un poco más adelante para ver si habían sobrevivientes, uno de ellos extrajo su celular y después de tomar varias fotos y de compartirlas en las redes sociales, por fin, hizo la llamada de auxilio. 
De las estaciones más cercanas salieron como locos los bomberos, mientras conducían sus vehículos de colores. rojos y verdes por las calles que se empezaban a llenar de gentes trabajadoras, comentaban: _ ¡Estos deben de ser los de la madrugada; los que reportaron los oficiales de la policía! 
Ambulancias de San José Pínula y de Fraijanes, junto a los  de la capital, corrían con la esperanza de encontrar sobrevivientes. Mientras tanto, los noticieros se hicieron a la cacería del pan diario, en busca de una excelente noticia y con la esperanza de encontrarse con un escenario nefasto, las policías municipales de transito se encargaban de lo suyo, hacer largas filas y unos enormes atolladeros. 
Cuando por fin llegaron los primeros socorristas, sacaron extintores y los hidráulicos, llamados quijadas de la vida, para extraer de los hierros retorcidos lo que quedaba de sus ocupantes pues, ellos, se habían fundido con los hierros del auto, volviendose uno mismo; hombre y maquina, uno solo, tal cuales, las futuristas profecías apocalípticas. En el lugar todos: Bomberos, ambulancias, policías de transito y policías nacionales civiles, periodistas y los que nunca faltan, los mirones, esos que se tapaban la boca para no dejar ver sus dentadura maltrecha ante lo que era un escenario digno de una película gringa, extraída del ultimo estreno de: "Rápidos y Furiosos 7" 
Luego de horas de trabajo de los socorristas, las camillas y las mantas de los bomberos tapaban a los jóvenes cadáveres, para luego entonces, ser identificados.
En algunas de la casas de la zona catorce y de otras residenciales de personas acomodadas, las llamadas de los agentes del ministerio publico, despertaban a los ricachones, quienes dormían aún sin ninguna pena plácidamente.
- ¿Quién putas llamará a estas horas de la madrugada? Dijo el marido de la señora quien contestó el llamado telefónico.
- ¡Noooooooooo.... mi bebe........! ¡Dios mio! ¿Por qué?
- ¿Que pasa mujer, por qué tanto escándalo? Repetía el proveedor de dicha maquina infernal a sus muchachos de edades, apenas comprendidas entre 15 y 16 años que yacían en el monte de la carretera con rumbo a El Salvador.
Los análisis dieron la lógica a dicha actitud en los jóvenes, que ahora descansan sobre una fría cama de concreto, mientras los forenses de la morgue analizaban la sangre de los jóvenes. Una que escaseaban pues, casi toda había quedado en el pavimento y las cunetas donde se empotraron.
- ¿Cocaína?... ¡Positivo! ¿Anfetaminas?... ¡Positivo! ¿Licor?... ¡Positivo! ¿Mariguana?... ¡Positivo!
Los caza-noticias daban su reporte: _ ¡El hijo del industrial...! ¡La hija del candidato.....! El hijo del millonario.....!
Lo extraño era, por increíble que parezca, que la radio del auto hecho chatarra, seguía sonando con tremenda potencia y de los parlantes salían las notas de una canción de rock pesado, con estrofas satánicas. Nadie, ni los expertos supieron explicar el por qué de este raro fenómeno... 
Pero, ¿saben una cosa?... ¡Yo sí sé, el por qué de aquel fenomeno!  ¿Y?.... Tú.  




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