viernes, 15 de mayo de 2015

Cherish for Love


 Las olas del mar bañaban mis pies, se sentía fresco pues, el calor era algo fuerte y yo recordé que no me había colocado bronceador, seguro ya me estaba quemando, me incorporé para regresar hasta donde mis cosas había dejado, me encaminé hasta ahí, mientras caminaba; boca a bajo te vi y con disimulo hacía los lados verifiqué, efectivamente la playa era nuestra, ella y yo, solos en ese paraíso con arena blanca y aguas turquesa. Ella estaba dormida, el calor y la brisa que del mar llegaba la habían relajado a tal grado de quedar en brazos de un dichoso Morfeo. Cómo no había nadie la vi desde todos los ángulos posibles y la chica no le podría desear nada a nadie de su sexo. 
Me dirigí hasta donde iba y estando ahí, me apliqué mi protector solar mientra lo hacía, mi vista no se quitaba del cuerpo de esa hermosa mujer. Supuse que nuestra soledad en ese lugar era porque yo llegaba ahí fuera de temporada con la misión de que estuviera como estaba, desolado, para poder encontrar en la tranquilidad de ese lugar paradisíaco la inspiración para mi próximo libro. 
Entonces ya con protección contra los que un día fueron fuente de vitamina D, algo bueno para nuestro organismo y que ahora lamentablemente era causante de cáncer, regresé a mi lugar, no sin antes hacer una parada obligatoria para verificar si la chica seguía en los brazos de Morfeo y sí, el suertudo de Morfeo la seguía poseyendo; cuando llegué a mi lugar coloqué una botella de vino en mi hielera, junto a mis cervezas pues, mi cabecita de escritor ya estaba maquinando algo, me coloqué con la visual en la mujer, ya no en el océano. 
Pasó el tiempo y justo cuando me empezaba a quedar dormido de mi guardia paciente vigilando el sueño de la chica de biquini blanco. Algo o alguien me sorprendió.
- ¿Disculpa tienes algo frío en tu hielera pues, muero de calor? Como soldado sorprendido en la hora de su guardia por su comandante de inmediato me puse de pié y le dije. _ ¡Claro! ¿Di que quieres tengo: cerveza, vino, agua pura? ¡Tú mandas! Ella vio hacia mi hielera y preguntó _ ¿No tienes champagne?
- ¡No! Luego pensé ¡Eres un bruto! y agregué _ ¿Si se te antoja voy al bar del hotel y pido una btella de la mejor champagne que hay en el lugar? Ella un poco como asustada dijo _¡¡No!! ¡El Vino está bien!
- ¿Segura, pues no  tengo problema en darte gusto?
- ¡Está perfecto! ¡Brindemos por nuestro encuentro! ¡Salud! Dijo chocando su vaso contra el mio.
Yo dije: _ ¡Cherish! Ella sonrió mientras bebió su vino yo la observe de pies a cabeza y era perfecta.
- ¿Te gusto? Me dijo. Yo sorprendido en la jugada no sabía que decir, al final dije lo que debía
- ¡Claro, eres perfecta! ¡Eres preciosa! ¡Eres una diosa! ¡Eres una......! Pero ella me interrumpió con ésto: _ ¿Eres una Sirena? Yo quedé mudo y luego dije como baboso _ ¡Eres una Sirena! lo dije muy lento. Ella pidió otro vaso de vino y se sentó sobre mi toalla que estaba sobre el manto blanco de arena. Me vió y me invitó a sentarme junto a ella, ni lento ni perezoso caí a la par de ella. Ella me vió y luego me sonrió, para terminar con esta frase: ¡¡Cherish for the love!! Se bebió su vino y con un poco de él en su boca se acercó a mi, colocó sus labios sobre los míos y me compartió el vino que tenía en su boca, jamás el vino supo mejor; después nuestras lenguas se encargaron de subir la temperatura y a nuestros cuerpos excitar; me acomode a su costado y mientras nos devorábamos con esos besos, mis manos entraron en acción recorriendo sus curvas: cóncavas y convexas, mis habilidosas manos recorrían todo lo que ellas deseaban, pues, nunca encontraron resistencia alguna, luego de sobarle su tersa piel mis manos desataron su top y salieron como si estuvieran apresadas dos abultados senos, deseosos de ser succionados y acariciados por un leve masaje con mi lengua, y tambien de tímidos mordiscos en un pezón moreno a punto de explotar. Fue entonces que mis oídos escucharon la musica para un amante, unos delicados gemidos acompañados de unos suspiros, ella me tomaba por mis cabellos como juego de guija me llevó por diferentes regiones de su contorneado cuerpo, hubo lugares en donde sacie mi sed, mientras que en otros deposite toda mi pasión, ella ahora se encontraba agitada; su pecho se elevaba y luego descansaba, sus palpitaciones las escuchaba por donde yo me encontrara explorando ese hermoso cuerpo lleno de finas y bien estudiadas curvas. Cuando ella me sintió en su ser, un tímido grito se escapo de sus sensuales labios, mientras su cabeza la tiraba para atrás, nuestros cuerpos compartiendo el calor del sexo, nuestras piernas como serpientes en pleno éxtasis enrolladas y haciendo presión contra la pelvis, luego de varios largos gemidos y de que su pecho de agitara mucho más, ella me hizo a un lado y empezó su faena, pasando su lengua húmeda por mi cuerpo, tratando de devolverme un poco del placer que le había entregado durante casi 15 minutos, sin esperar nada a cambio, entonces después de a mi cuerpo beber como jugo de frutas con pajilla, se colocó arriba de mi y ella tomo todo el control de la situación y yo me deje llevar por los vaivenes de su perfecto cuerpo y observaba como sus senos vibraban al ritmo que ella llevaba y en un instante, ella su cuerpo echó para atrás dejándome escuchar un orgasmo de sus labios; yo quede extasiado y relajado pues, jamás ninguna mujer me habia amado con tanta pasión, deseo y locura, como si ella supiera que nunca más iba a amar a otro hombre en su vida. 
Mientras yo, ahí sobre la húmeda toalla y por que no, la húmeda arena blanca, con el atardecer y la musica de los pájaros multicolores regresando a sus hogares mientras el sol moría con gesto de envidia en el horizontal del océano yo desperté y la busqué con estas palabras en mi boca.
- ¡A todo ésto!, ¿cómo te llamas? Pero heme ahí, sobre la arena blanca saliendo de mi letargo, ni señales de ella, me senté vi para los costados y puesto que la playa no era tan grande pues, era privada del hotel que siempre me acogía buscando inspiración, yo la conocía perfectamente, me paré y con mi mano sobre mis ojos tal cual una visera alcance a ver después de la reventación en el mar, un brazo que me decía adiós, se agitaba para asegurarse de que yo la veía. 
Pensé: _¿Será ella? ¿Pero que diantres hace ahí? ¡Se ahogará! Y cuando quise correr en busca de sus brazos para continuar amándola por toda la noche, justo ahí mismo en la playa, sobre esa arena que ahora se pintaba de un gris debido a que el sol estaba falleciendo en el horizonte, creo que se negaba a morir pues, la chica seguía ahí agitando su brazo despidiéndose de mi; cuando mis pies tocaron el agua salada vi como las olas no me permitían entrar al mar, como si recibieran orden de no dejarme entrar a él y cuando el sol ya no tuvo fuerzas y por fin murió, ella tambien..... 
- ¡Pero esperen!, ¿Qué es eso? no puede ser, debo de estar alucinando, pues, simplemente ellas no existen?.... 
Lo que mis incrédulos ojos veían, era una enorme cola de pez. Pero lo que en realidad era, era ella, que por fin se había transformado en lo que era, ¡una Sirena!
Yo me dije: ¡¡Adiós mi bella Sirena, ahora entiendo el porque de tú pasión al hacer el amor!!

Coloque las palabras:   _ ¡El Fin!   
Mi novela había terminado y me dije, _ ¡Seguramente otro Best Sellers! Apague mi computadora con todos los archivos copiados en mi memoria USB, listo para llevársela a mi editor.

A la mañana siguiente la recepcionista me decía: 
- ¿Encontró la inspiración que buscaba señor Raga? Yo voltee hacia el mar y dije _ ¡Si señorita, muchas gracias por todo! devolví las llaves y a mi vehículo me retiré siempre con la vista en el océano.

La recepcionista pensó y al hacerlo suspiró: _ ¡Ojalá yo fuera la Sirena! ¿Tal vez para la próxima visita, señor Raga? 

Lo que sucedió es que, ella leyó el final de mi obra sin yo darme cuenta, en mi computadora mientras pasaba los archivos a la memoria y me preparaba para salir de mi cuarto.

Me marché esperando regresar muy pronto, por una nueva musa, nueva inspiración para otro de mis libros, y de pronto, esta vez, quien: ¡Cherish for love! sea la recepcionista.





Inspirada en la canción: "Cherish the Love" de Kool and the Gang  





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