lunes, 4 de mayo de 2015

La Pelea del Siglo


Se encontraron en un camino en el monte salvaje, uno muy espeso, con mucha vegetación, de donde no se veía nada a más de diez centímetros de sus hocicos, por naturaleza, eran enemigos mortales. Pero ése día sus olfatos los traicionaron, o fué el viento, quien estaba sin control debido a eso del cambio climático. Ellos mantuvieron su caminar sin enterarse de que a menos de unos pocos minutos estarían frente a frente en la verde vegetación campirana y salvaje; tambien ese momento lo compartían con ellos, otros seres que eran parte del monte por el que ahora estaban viajando esos enemigos naturales y, a punto de encontrarse. 
Todos los que se habían percatado de lo que estaba a punto de pasar trataron de hacer y deshacer para impedir sin que ellos se dieran cuenta de su inminente encuentro. Los que veían lo que sucedía estaban en los arboles, con la mejor de las vistas para deleitarse con: La pelea del siglo
Pero, como es sabido que, entre la civilización salvaje hay más conciencia que en una civilización de más de 21 siglos de historia, los ahí reunidos dispusieron intervenir para que aquellos colosos no tuvieran necesidad de lucha hasta morir, pues, como dijo uno de los curiosos: _ ¡Muchá, hagamos algo para evitar ese encuentro! Otros, siempre en los árboles, y que eran los más viejos,  supuestamente los sabios del lugar, pero que en sus corazones ya agotados y cansados, todo les venía del veinte y por ello se expresó así, uno de éstos, _ ¡Por mi que se maten esos malvados! _ ¡Alguna vez devoraron a uno de mis hijos! Y, si lo vez con sus ojos a éste se le otorga la razón pero, los más jóvenes y conocedores de lo que pasaba en la actualidad, no estuvieron de acuerdo con el anciano y otro de ellos dijo: _ ¡Te entiendo viejo y hasta te daría la razón!, pero ni tú, ni yo, ni el resto, sabemos si éstos majestuosos ejemplares están en vías de extensión. Y, agregó.  _ ¿Y, si solo éstos quedaran ya sobre la faz de la tierra? - ¿No sería penoso que se mataran y nosotros sin hacer nada al respecto? 
Ésto dió inicio a una confusa discusión, unos a favor, otros en contra. Mientras que los más vivos se alistaban a realizar las apuestas por la bestia vencedora.
Los jóvenes y conservadores, hicieron de lo suyo para evitar el encuentro, entonces el viejo amargado, dijo _ ¡A mi me vale madre, hagan lo que quieran yo, mejor me duermo! Mientras los más vivos, los de las apuestas, ahora gritaban que las apuestas iban para ver cuantos sobrevivirían por evitar la pelea del siglo. 
Éstos animales consientes descendieron de sus lugares seguros y bajaron como para hacer que cada una de las dos bestias los persiguieran para comerlos y con ello, poniendo su vida en peligro, evitar aquella mítica pelea. 
Pero como todos sabemos, que éstos animales carnívoros por naturaleza no matan sino es por hambre, considerable diferencia en una raza superior cuya única diferencia es que para llegar a ser el primer eslabón de la cadena alimenticia utiliza armas de destrucción masiva, jamas sus enclenques manos, pues, si no tuvieran ésta ventaja desigual, estarían con seguridad a la cola de esa cadena, casualmente hecha por ellos. 
Los dos enemigos vieron a los apetitosos, quienes les llamaban la atención, ésto los desoriento por un instante haciendo que su encuentro se tardara simplemente otro minuto. Pero siguieron firmes, sin claudicar por el camino que el destino les había preparado y, el encuentro por fin se dió. 
Allí, frente a frente, dos de los más grandes depredadores naturales, frente a frente, cosa que casi nunca sucede pues, éstos cada quien tiene sus espacios para sus cacerías y el resto respeta los dominios de cada quien; nada parecido a los inteligentes, que siempre andan metiendo sus narices en donde nadie los ha llamado, para proteger según ellos, a los indefensos pero que en realidad solo defienden sus propios intereses, y los pobladores de esos limites territoriales les valen madre si viven o mueren; ellos, solo desean los recurso de esa población para agotarlos y así mantener los propios intactos. 
Bueno, ellos ahí, frente a frente, todos los que conocían y sabían lo que pronto sucedería regresaron a las alturas en las copas de los arboles, para observar como terminaría esa inimaginable pelea entre esos dos colosos.  
- ¡¿Tú?! ¿Qué haces en mi territorio? dijo uno al otro, mientras el otro tambien veía a su enemigo fijamente y enseñándole sus enormes colmillos.
- ¿Tú? ¡eres quien está en el mío! Luego de ello, ambos aspiraban el aire, elevando sus enormes caras para recibir la información requerida, pero siempre atentos al enemigo, tratando con el olor saber quien era el que estaba violando el territorio ajeno. Pero, la naturaleza, quien tambien estaba turbada con tanta contaminación, y desmadres de una mal llamada: Humanidad, se sentía culpable de ese encuentro pues, no podía ser imparcial y enviar los datos solicitados pero, ella ya no tenía el control de todo, debido a lo dicho: El efecto invernadero, contaminaciones, etc. Entonces dijo: _ ¡Lo siento pero no puedo ayudarlos!
- ¿Bueno? dijeron ambos, la única solución será entonces luchar por éste territorio y que el ganador sea quien se quede con lo del otro, sin importar si estamos peleando algo nuestro o del otro. Dijeron convencidos de que no había manera de solucionar el problema como en otros tiempos, hace mucho tiempo ya olvidados.
Ambos caminaron en circulo y volvían luego de llegar a un lugar específico para volver al lugar inicial, ambos se veían con respeto, pues conocían de sus historias sobre el planeta. Sus pupilas muy dilatadas, sus dientes eran mostrados en cada gruñido y cuando ésto pasaba todos gritaban en lo alto de los arboles y los en tierra se tapaban los oídos, mientras que, otros corrían a esconderse. Las fauces de cada uno se encogían hasta sus ojos, dejando en vitrina sus enormes colmillos, amarillos y con trozos de carne, y en ellos tambien una gran historia de cacerías triunfantes, ¡pero solo por hambre!, de sus patas salían como navajas de algún X MEN,  las enormes y filosas garras dotadas por la misma naturaleza. 
El momento llegó y uno brincó hacia el otro, luego de varios minutos midiendo a su oponente, se lanzaron justo cuando la naturaleza interior les tocó la campana indicadora de que el primer round daba inicio.
En ese round, ambos se hicieron daño, mucho daño; zarpazos bien colocados y colmillos hendidos en lugares ya preestablecidos por la misma naturaleza, pues. ambos respetaban las reglas con las que habían crecido y las mismas que sus antepasados les habían enseñando. Se vieron fijamente, pero esta vez con las cabezas apuntando al suelo, pues, eran enormes y muy pesados.
Sonó el siguiente round y de nuevo envistieron uno contra el otro, ésta vez uno puso al otro sobre el suelo y al verlo ahí por unos segundos expuestos éste muy condescendiente y respetando a su oponente le permitió ponerse nuevamente en pie, cosa que el otro hizo con un movimiento magistral y luego en un lenguaje propio de ellos, lo agradeció, pero ambos sabían que solo uno saldría con vida ese día. 
La historia fue la misma por varios minutos, hasta que ambos escucharon surcar por los aires un sonido estruendoso, justo cuando estaban en plena faena y en uno de los últimos rounds, era evidente que uno estaba más agotado que el otro. 
Ésta vez nuevamente ni el aire de la naturaleza, por no llevar un solo y único rumbo les pudo avisar de la presencia de un tercer depredador, uno inmisericorde y sin contemplaciones, mucho menos caballeroso para dejar pasar una oportunidad como ésta. Fué entonces cuando de los aires sonó un enorme trueno que hizo que los que estaban en los arboles corrieran despavoridos quien sabe hacia donde, la consigna era huir por su vida, en primer termino el viejo, al cual le valió madre la pelea del siglo, huyendo por su vida, lo mismo los de a tierra, y entre estos los mismos gladiadores se dieron a la estampida; a la huida por su vida pues, ese trueno era mucho peor que el trueno natural y después del primero llegaron otros. 
Por fin, se silenciaron aquellos truenos pero nadie más que unos pocos, los apostadores, fueron los que se hicieron junto a su curiosidad a ver que había sucedido con los que a muerte peleaban dignamente. Sus ojos quedaron asombrados y perplejos al ver quien había sucumbido, no a su oponente, sino a los truenos de hace unos instantes. 
Escondido un poco más adelante ,el sobreviviente quien veía cuando se acercaban los hacedores de los truenos que le habían quitado la vida al dueño de aquel terreno, éste, mientras observaba no pudo evitar que de sus ojos unas lagrimas rodaran y bajo su cabeza en seña de respeto de su magnánimo oponente, quien lamentablemente habia muerto injustamente sin tener posibilidad alguna, luego de ello, dió la vuelta y siguió su camino y nunca más se supo que volviera por aquel camino hacia el lugar en donde casi pierde la vida.
Mientras él se marchaba, sus agudos oídos escucharon algo que lo entristeció mucho más.
- ¡Oye Juan!, le dimos al que está en extinción.
- ¡A vos que te valga madre! ¡saca el celular y tómame una foto para el fB!

Más tarde, al hacerse viral la fotografía de Juan en las redes sociales, los noticieros daban la noticia de que Juan había dado muerte al último de su especie, y que como muchas otras especies, éste felino, pasaba a ser parte de las estadísticas y que las futuras generaciones lo conocerían solo por una fotografía o una litografía....... 

Muchas veces nos damos cuenta de que por personas que desean su segundo de gloria en las redes sociales, fotografiándose con los cadáveres de éstos animales, cuyo único delito es cohabitar un planeta con uno de los seres más inescrupulosos, egoístas y crueles; quienes han cerrado ya un circulo, el cual consiste en empezar en un punto, el cual te lleva hasta otro que es lo máximo en inteligencia y que luego de ese punto el que sigue para cerrar el circulo es el inicio del mismo: La ignorancia y la estupidez. Mientras tanto, ésto le sucede al ser mayormente inteligente sobre el planeta, vemos con admiración y asombro la evolución animal y la inteligencia que de ellos nos sorprende cada vez más, pues aunque muy lento en ellos, tambien tienen un circulo por recorrer y seguramente están llegando a un punto en el cual nosotros ya lo pasamos hace centurias, pero como estamos desfasados cuando ellos, el reino animal, logre la cresta máxima de su inteligencia nosotros que estaremos cruzando la frontera de dicho circulo, y  que ahora dependemos de uno tercer apéndice, llamado: Tecnología. Ellos entonces podrían ser los futuros gobernantes de nuestro planeta.
¿Crees que ésto sería o será posible o, simplemente es solo ficción y una mala jugarreta de mi corta imaginación...? La respuesta la tienes tú. ¿Estamos llegando al ultimo punto del circulo y pronto empezaremos con el siguiente, que es el principio, el mismo de hace millones de años? 
Lo dejo a tú criterio, caso contrario, has caso omiso a lo acá expuesto y simplemente espero que la historia de arriba, sea de tú agrado.   












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