jueves, 18 de junio de 2015

El Infierno echa de menos a una Diablilla!!


Despues de una fuerte discusión en el infierno, ella estaba bien colorada de la cólera que sentía, estaba tan molesta que hasta le salía fuego por los ojos, salió de la habitación y a la puerta somató; el que ahí quedó, simplemente no para de reír y lo hacía de una manera endiablada. Ella caminó por los corredores bañados en azufre y al llegar a su cuarto, la calefacción subió para con ello, tratar de controlarse pero no podía lograr calmarse, se tiró sobre su cama la cual, al caer sobre ella, miles de insectos corrieron y a los agujeros de las paredes se metieron, mientras huían gritaban sálvese el que pueda, esta perra está como todos los diablos. 
Ya en la cama, tomó el control remoto y los noticieros terrestres sintonizó, pero ninguna de las catástrofes en la superficie le calmaban la ira que en ella en ese momento vivía. cambió de canales y al sintonizar un canal porno, se detuvo y vió como la pareja se daba placer, ella disfrutaba al escuchar de ella los sonidos de la excitación, mientras que por el hombre era poseída, luego vió el final de la función y lo que vió la indignó. Pero, para entonces se dió cuenta que ya de su cólera nada, entonces de las paredes los insectos horrendos y asquerosos a su cama regresaban, mientras avanzaban decían: _ ¡Ya se le salió el diablo que traía metido la pendeja ésta!
Pero la Diablilla se aprestaba a buscar ropa sensual en su closet, de él tomó las prendas más sensuales y en una maleta las metió, se dirigió hasta su espejo y ahí modelo por unos minutos, mientras lo hacía su cuerpo se modificó; me refiero que su cola perdió, sus cascos cambiaron por pies humanos y sus dos pequeños cuernos, fueron cubiertos por una hermosa melena y su color, a pálido se convirtió, salvo los lugares en donde las mortales suelen maquillar. 
Esperó a que todos se durmieran y se dirigió a la compuerta más cercana y por ella ascendió, en el ascensor se escuchaban melodías y  letras vulgares, las cuales ella disfrutaba y hasta tenía a sus interpretes preferidos, a quienes les daba el éxito total para que siguieran embruteciendo a los jóvenes que escuchan esa musica sobre la superficie terrestre. 
Luego de varios minutos ascendiendo, escuchó el sonido que le indicaba que había llegado; las compuertas del infierno se abrieron y cuando lo hicieron, todo lo que estaba a la redonda carbonizado quedó; árboles, animales, vegetación y algún desafortunado transeúnte que lastimosamente por ahí pasó.
Ella al ver lo que hizo, aplaudió como adolescente recien besada y su caminata inició, mientras caminaba pensó. _ ¡Seguramente la NASA creerá que una nave espacial descendió y sus motores causaron lo que ahí quedó! _ ¡jajaja, ingenuos! Ella se dirigía a la autopista más cercana y cuando en ella estuvo, paciente esperó, no paso mucho sin que un tipo al verla, sola, sentada sobre su maleta, derrapando su volkswagen del año se detuvo y retrocedió hasta quedar a la par de ella a quien invitó a llevar a donde ella quisiera. La Diablilla vió el vehículo y la espalda le dió al afortunado mortal, quien al irse de ahí no dejaba de ver por el retrovisor a tremendo ejemplar femenino, era tanta la atracción que la Diablilla dejó en el conductor de la cucarachita, que en la primera curva al vacío fué a dar y al llegar al fondo una llamarada de fuego, en eso se consumió, el carro ultimo modelo y el chico; mientras moría calcinado pensaba en la Diablilla.
Despues, pasaba por ahí otro carro ultimo modelo, esta vez, un Ferrari de color rojo, el cual se escuchaba con cien metros de anticipación y cuando apareció por donde ella esperaba, como bólido frente a ella alguien pasó; varios segundos después se escuchó como las llantas del Ferrari derrapaban con el afán de detenerse y luego de ese chirrido, se escuchó de nuevo al potente motor del auto que en reversa hacia donde ella estaba venía, parándose justo donde ella se encontraba con pierna cruzada y su faldita, una minifalda que no tapaba nada. 
El tipo desafortunado dijo con voz sensual y cara pizpireta. _¡Te llevo mamita! ella sin responder se puso de pie y le dió la espalda para que el chico le viera el hermoso capún que sobresalía de sus piernas largas y torneadas, la cuales parecían nunca acabar, como en cámara lenta se dió vuelta y su cabellera con el aire se agitó pero ella luego lo freezó, para evitar que por accidente se le viera alguno de sus pequeños cuernos; ella se agachó para acomodar sus zapatillas de cristal y levantó la cabeza con mirada fuerte y fija hacia el chico, que ya estaba con el diablo sexual metido en él; ella le mostraba un par de redondos y duros senos, de tamaños perfectos, después caminó hasta el auto rojo y en él entró, cerró la portezuela y volteó al chico que ya se sentía Robert Redford, ella con voz sensual le dijo: _ ¿Veamos qué puede hacer esta maquina? El chico puso en marcha al vehículo y apretó con su pie el acelerador y el auto casi volaba, el chico hacía los cambios en segundos mientras la veía de reojo, pero a la entrepierna, la cual quedaba al descubierto debido a lo chico de la minifalda y lo que él veía era algo increíble, él dijo al verse descubierto por la Diablilla.
- ¿Qué? ella simplemente con su dedo al frente le señaló, mientras el auto contra un árbol se estrellaba, pero ella impidió que el Ferrari se despedazara, haciendo que el auto se transfigurara junto con ella, no así el Sr. Redford, quien en el árbol como insecto sobre parabrisas ahí quedó; ella mientras se tele-transportaba en el lugar del piloto con el auto aun en marcha y ya puesto sobre la autopista, vió por el retrovisor y dijo: _ ¡Hombres! y sin pena, su camino siguió, en unas vueltas más adelante de la serpenteante carretera que en bajada quedaba, al fondo se vislumbraban las luces de la gran ciudad. 
- ¡Ahí está mi parque de diversiones! dijo y luego ella rió _ ¡jajajaja!

Cuando en la ciudad entró, bajó un poco la velocidad para observar las maravillas que el lugar de diversiones le ofrecía al nomas entrar en ella. Mientras viajaba por las calles llenas de luces de neón, musica con gran volumen, alcohol y drogas, ella dijo. 
- ¡Éste será el lugar para esta noche! y en el parqueadero entró, el valet corrió para abrir la puerta a quien en el Ferrari rojo viajara, cuando abrió la puerta, no pudo evitar sentir una corriente eléctrica en todo su cuerpo, cuyo epicentro fué su entrepierna, ella al ver como se le movió el pantalon, una sonrisa picara le dió al joven avergonzado. 
Diablilla descendió del coche y hacía el club con paso sensual se dirigió, cuando en él entró, ella fuerte aspiró y de aquel lugar ella sintió los aromas a drogas, alcohol y sexo. Diablilla pensó _ ¡Aquí es! y al lugar entró; las miradas de todos, chicas y chicos se posaron sobre ella y ella los veía a todos y de ellos podía ver que tan desalmados o depravados éstos serían y cuando vió el medidor de uno, se dijo: 
- ¡Ese es el elegido para hoy!
Caminó hasta pararse frente al chico elegido, los guardaespaldas se pararon frente a ella, pero el chico les ordenó: _ ¡Déjenla yo me encargo! él se puso de pie y le dijo al oído: _ ¡Esta vez seré yo quien te revise! ella respondió: _ Hazlo pronto, pues eso me calienta! y el chico pasó sus manos por sus largas piernas hasta llegar al vértice, ese punto que uno al par de piernas, él, en ese momento sublime sintió que el lugar estaba que quemaba, sacó las manos de ahí y su cuerpo siguió recorriendo, pasó por un abdomen plano, firme y delgado y siguió hasta que con dos enormes bultos se encontró, duros como rocas y redondos como el planeta y sobre ellos sintió dos guindas hinchadas de placer, las cuales casi le habrían un agujero al diminuto vestido. 
Entonces, el chico a su lado la sentó, sintiendo la envidia de todos en el club. Despues de varias horas bebiendo y drogándose, llegó el momento de retirarse.
- ¿Quieres acompañarme? dijo el chico, ella con sonrisa erótica en sus labios, los cuales humedecía con una inquieta lengua, le dice: _ ¡Es lo que más deseo!
Y se marcharon hasta el apartamento del chico. _ ¿Quieres beber algo? le pregunto a la hermosa Diablilla, pero ella se estaba sirviendo ya, frente a él se encontraba hincada, abriéndole la bragueta; él sintió que las piernas le temblaron y cuando su virilidad quedó expuesta, él con mucho orgullo le dijo.  _ ¿Nunca pensaste que fuera tan enorme verdad? pero ella solo dijo: _ ¡mmjúu! Él no pudo sostenerse más en pie y al sofá cayó y mientras la otra parecía vampiro sobre cuello de su presa, éste gemía como chica, orgasmo tras orgasmo. A la Diablilla ya nada la detenía y luego de varios deliciosos orgasmos, al chico deshidratado y como calavera envuelta en piel lo dejó. 
Ella se levantó, pasó su mano sobre sus carnosos y sensuales labios, limpiándolos y dijo. 
- ¡Créeme, he visto mejores! y del lugar se largó en su Ferrari rojo, hasta llegar al departamento que ellos suelen usar cuando visitan la superficie terrestre, un piso completo, un penthouse de lujo, inimaginable por terrestre millonario. Ahí descansó esa noche, hasta casi la tarde del día siguiente.
Durante un mes, noche tras noche, lo mismo. Con chicos, viejos, mujeres, gays, transexuales y el resultado el mismo; calaveras forradas con piel.
Ella se dijo: _ ¡Ya el enojo que me trajo se termino, me pasó por completo, es hora de volver, pero esta noche será la ultima, no quiero quedar en numero par, pues eso sería de mala suerte! y al pensar en el 666, un escalofrío en el cuerpo le recorrió. 
- ¡Uy! ¿Wao que horrible sensación! se dijo. 
Esa noche se colocó lo más sexy que a la superficie llevó y a su presa salió a buscar, ésta vez se dirigió a otro parte de la ciudad y en un club nuevo para ella, entró. 
Ahí adentro sonaba la canción: "Suelta el listón de tu pelo"  _ ¿Qué hago aquí? con indignación se dijo, pero de todos modos vió a los presentes, buscando entre ellos al más malvado y su vista escaneaba a la concurrencia, pero ésta vez algo le llamó la atención pues, al escanear a un tipo, nada se registraba. _  ¿Qué raro? se dijo, se sobó sus ojos y nada, luego a sus cuernitos acarició para afinar la frecuencia y aun así, nada. Eso la atrajo hacia el chico que en la barra se encontraba, mientras hacia él avanzaba, todos se derretían por ella, tratando de llamar su atención, pero el chico de la barra nada a pesar de que ya la había divisado por el espejo de enfrente a él y nada. Diablilla se sentó al lado de él y desplegó sus bellos encantos, los cuales si causaron efecto en él, pero no era algo como lo que le sucedía al resto. _ ¡Hola! dijo la Diablilla y él respondió con otro _ ¡Hola! ésto desconcertaba a Diablilla y por ello, ella fue directa.
- ¿Eres gay? ¡Pues si lo eres no tengo problema con eso! El chico, quien ya se había interesado en ella al escuchar eso, le dijo. _ ¡Permiso, no eres lo que busco! Y del club salió, ella pensó. _ ¿Qué raro? ¡ésto no me lo pierdo! y detrás de él corrió, mientras corría; afeminados, lesbianas, heterosexuales y de todo se le abalanzaban, pero ella los echaba de lado con su poder. Por fin al chico le dió alcance.
- ¡Oye! no quise ofenderte, _ ¡quieres que te lleve a algún lugar? ¡éste es mi auto! señalo el lindo Ferrari rojo. Él lo vió y de nuevo, algo que a ella más confundió. Le dijo.
- No has entendido ¿verdad? y su camino siguió.
- ¡Espera! ¿qué es lo que no he entendido? insistió ella.
- ¡Ven te invito una hamburguesa y un café! ella con desagrado le dice.
- ¿Sí? a lo que él le responde.
- ¡Bueno, si no quieres que tengas buena noche!
- ¡No! ¡Esta bien, vamos! mientras se dirigían al lugar de las hamburguesas él se quitó el saco y a ella la cubrió, para que los niños del lugar no se fijaran en lo que la chica hermosa tenía.
- ¿Qué haces? ¿Por qué me tapas, mientras qué los otros solo quieren desnudarme?
- ¡Exacto! ¡yo no busco aventura, yo busco encontrar al verdadero amor! Ella al escuchar eso se sorprendió.
Despues de estar tranquilos, salieron del lugar y el chico se despidió de ella con un beso en la mejía, ella regresó por su Ferrari y a su penthouse se fué. Esa noche no pudo dormir pensando en lo que el chico le dijo. _ ¿Qué será eso de estar enamorado? se preguntaba y tomó su celular y al infierno llamó; y con su mejor amiga platicó, luego Diablilla le preguntó, ¿qué era eso de estar enamorada? y su amiga simplemente se carcajeo y le colgó. Ésto la inquietó más, tanto que al día siguiente al chico buscó.
- ¡Hola! dijo Diablilla.
- ¿Cómo me encontraste? Dijo el chico extrañado; ella le respondió.
- ¡Créeme, no querrás saberlo!

Despues de esa cita, tuvieron muchas más, el chico le compró ropa más discreta. Hasta que llegó el día en el que, el chico a su lugar la llevó, al entrar en el lugar de él, ella lo vió con desagrado, pero no era así con el chico.
- ¿Quieres algo de tom......? ¡oye! ¿Qué crees que haces? le dijo a Diablilla, quien se encontraba hincada bajándole la bragueta. _ ¿No quieres?  le dijo ella con voz inocente, él la tomo por los hombros y con mucho cuidado la puso de pie.
- ¡Todavía no! le dijo el chico, mientras la tomaba por las mejías, lo cual le causó un cosquilleo en su abdomen y en las mejías, algo que le agradó; luego él la besó, primero un beso tierno y luego otro con mucho amor, el amor que él hace mucho tiempo buscaba. 
Para Diablilla, eso era una experiencia nueva y era algo agradable, luego de beso tras beso, él al tomó entre sus brazos y hasta su cama la llevó y ahí como a una flor la deposito, ella no salía de sus asombro, luego de ella quedar impactada sobre la cama él se le acercó a ella y de nuevo la besó, ella quería tomar las riendas de la situación en sus manos, pero éste no se lo permitió y mientras estuvieron juntos, el chico realmente la amó y cuando Diablilla cayó en cuenta, era ella quien gritaba de placer y ella sentía unas cosquillas que jamás antes sintió y sin darse cuenta ella en voz alta dijo _ ¿Qué es ésto Dios mio! Expresión para ella prohibida, el chico le dijo a la hermosa mujer con cuerpo de mujer endemoniada. 
- ¡Eso querida!, se llama: ¡Amor! Ella se acostó sobre su pecho y él su cabeza con mucha ternura y amor le acarició; al sentir ésto Diablilla, se sentó asustada pues, recordó a sus pequeños cuernos escondidos en su cabellera. Él le preguntó: _ ¿Qué te pasa? ¡no tengas miedo, ven junto a mi! Ella, ya asustada se dió cuenta que ya no tenía los cuernos en su cabeza y repitió en voz alta una vez más, pero esta vez más asustada: _ ¡Dios mio que me pasó! él simplemente le sonrió y cariñosamente le dijo.
- ¡Simplemente que te llegó el amor! _ Y, ¿sabes algo? 
- ¿Qué? dijo ella aun asustada, él le dice, con voz dulce.
- ¡Te amo, Diablilla! 
Diablilla sintió que de sus ojos grandes y bellos, lagrimas le salían; se acurrucó a la par de su novio y sin miedo al oído le dijo.
- ¡Yo tambien te amo!


                                            FIN

No hay comentarios.:

Publicar un comentario