jueves, 11 de junio de 2015

¿Hacerme ésto una vez más?


Era la graduación de un amigo, quien me recomendó tanto que no faltara a su reunión familiar, que podía faltar al acto de graduación más no a su fiesta, que era importante para él verme en su reunión; la reunión familiar.   Bueno, sin muchas ganas me bañe y luego me arreglé para la ocasión, mientras ésto hacía pensaba:  _ ¡Reunión familiar! ¡Qué aburrido! no tenía mucho interés en asistir pero, nuestra amistad era mayor a una reunión de esa índole. 

Salí de mi casa y a mi carro subí y por las calles húmedas conduje hasta la casa de aquel. Quedaba algo lejos. Por fin llegué, y me estacioné, con el motor aun encendido antes de bajarme lo pensé,  _ ¡Un viernes por la noche y yo en una reunión de familia! ¡debo de estar loco! Decidí retirarme, pero justo cuando coloque mi auto en reversa el vidrio de mi ventana sonó, era Jimena la prima de Sergio, mi amigo, qué agradable sorpresa me dije al ver ese ejemplar de mujer; luego de mi coche bajé y le pregunté.
- ¿Qué no estabas fuera, en el extranjero? ella me sonrió y mi mejía besó.
- ¡Hola Miguel! ¡Si estoy muy bien gracias por preguntar! y luego de ello, su brazo en el mio metió y me invitó a seguir.
- ¡Claro! Perdón, ¿cómo estás? ¿cuándo llegaste? Ella sonriendo me respondió.
- ¡Ya habrá tiempo para responder a todas estas preguntas, camina que Sergio te espera y yo, ya le eche a perder su sorpresa!
- ¡Ah! ¿por ti insistió tanto en que viniera a su reunión familiar? 
- ¡Camina curioso! y a propósito ¡felicitaciones por tu graduación, la que no me has invitado! 
- ¿Cómo iba a hacerlo? ¡si no estabas, al menos eso creía yo! Ella sonrió de nuevo y me dijo con mucho cariño.
- ¡Tonto, solo bromeaba! 
A esto nos encontrábamos justo en la puerta de la casa de Sergio, lugar en donde sería su reunión familiar.
Ella tocó a la puerta y en ella apareció mi amigo Sergio.  _ ¡Jajaja!  ¡cuando no, si que eres bueno, ya la encontraste, dañaste mi sorpresa! ¡mira el sorprendido como siempre soy yo, eres único amigo! ¡pero pasa!

Siempre me intereso Jimena y como no si era una preciosa mujer, un año menor que nosotros, con un cuerpo de figurín y cara de estrella de cine y de su interior, ni hablar, eso era lo mejor; pero nunca se pudo tener una relación con ella, debido a que siempre sucedía algo que se entrometía y todo se dañaba; esa era nuestra historia y eso lo sabía muy bien Sergio, por ello, la insistencia de que yo debía de estar presente en su reunión familiar, a pesar de que él sabia bien que esas reuniones no eran para alguien como yo. 
Cuando entré, la emoción por verme ahí, los padres de Sergio, hermanos y amistades en común, todos se alegraron mucho por tenerme ahí, en su reunión familiar. Muy quedito Sergio  me dijo al oído sin que nadie se percatara, mucho menos Jimena, quienes, los tres esperábamos que ésta vez si sucediera lo que nunca antes se pudo y que tanto ella como yo lo deseábamos y de lo que Sergio, era nuestro celestino.
- ¡Te portas juicioso, nada de clavos eh!

Cuando la cena finalizó, que por cierto estuvo de lujo; a mi lado, mejor dicho en medio de Jimena y  de Sergio, yo, como cuidando de que todo saliera bien y claro policías vigilantes para que todo estuviera en orden, refiriéndose a mi. Yo, que ya me había dado cuenta les dije. 
- ¡Tranquilos! ¿qué podría hacer, si es tu casa? ¡nada podría sacarme de control! 
- ¡Mejor pon musica y bailemos! dije en voz alta para que todos escucharan y de una se levantaron de la mesa dispuestos a bailar toda la noche. Se hicieron a un lado sillas, mesas de centro y todo lo que nos estorbara y así formar una pista de baile improvisada en el hogar de Sergio; Jimena de inmediato su brazo metió en el mio y luego se deslizaron nuestras manos y se encontraron para con los dedos entrelazarse; sus ojos brillaron y una sonrisa que anunciaba que por fin lo nuestro se consumaría, ¿creo que lo mismo sucedió en mi? 
Sonó la musica y a bailar se dijo, cuando llevabamos como quince minutos bailando y todo iba sobre ruedas, tanto Jimena como yo, pensábamos: _ ¡Hoy es la noche, por fin lo que se vino postergando por años, sin nosotros quererlo hoy será! 
Pero el destino no compartía aquella ilusión; mía, de Jimena y de Sergio . 
Pues en ese momento se escuchó. 
- ¡Hola amiga! ¡pensé que no vendrías, ya estaba molesta y casi lograste que ya no te hablara! dijo la mamá de Sergio en la puerta, recibiendo a unos invitados que llegaron tarde por lo visto. Eso a quien le importaba si conmigo Jimena muy acaramelada conmigo y claro yo con ella. ¡Si que era hermosa Jimena! 
Pero cuando los saludos se disiparon y los invitados rezagados por fin entraron. 
- ¡Familia, les presento a Maggy mi compañera de trabajo! Cuando ésto escuche pensé en otra señora como la madre de Sergio; pero al ver la cara angustiada de Jimena, pensé: _ ¿Qué pasará? por los ojos muy abiertos de Jimena alcance a ver y en ellos se reflejaba una silueta femenina muy, pero muy, pero muy atractiva, tomada de la mano de su esposo.
- ¡Vengan a cenar! dijo la madre de Sergio a lo que ella respondió.
- ¿Comer? ¡por Dios! ¿quien quiere comer con esta musica? ¡vamos a bailar mi amor!  le dijo a su joven esposo pues, él era menor que ella eso era evidente y se unieron a nuestra pista de baile improvisada a bailar y ahí justo a mi lado la tremenda mujer, con una ropa tan sugestiva muy ceñida a su piel, algo que no dejaba nada a la imaginación, se trataba de Maggy, una rubia despampanante a quien le fascinaba llamar la atención y como de la mitad de años de la mamá de Sergio, una hembra que en figura dejaba a Jimena somatando el suelo a pesar de que ya tendría como treinta años, mientras que, su esposo y nosotros recien graduados, andábamos como en los diecinueve y Jimena en dieciocho. 

Bueno, seguimos bailando y ella bailaba de una manera tan sensual que era imposible no verla, en una mano el cigarrillo y en la otra la copa de licor. 
Fué ahí cuando nuestras miradas se chocaron yo que no era nada tímido le sonreí pero aun hasta ahí permanecía como Sergio quería, juicioso, mientras que Maggy me recorría de pies a cabeza y luego creo que suspiro, su esposo, quien tambien tendría nuestra edad se veía que era un trofeo para lucir nada más; luego de escanearme muy bien y con algunos tragos encima, tomo de la mano a su joven marido y se acercó conmigo y Jimena mientras bailábamos; diciendo.
- ¡Mira mi amor que chica mas bella! ¿quieres bailar con ella, mientras yo bailo con éste joven? Maggy, tomó mi mano y me jaló topándome contra su hermoso cuerpo, uno muy, pero muy, muy sexy, cuando el mio topó contra el de ella, en mi cuerpo sentí un corrientazo que me hizo pensar: _ ¿Y, ésto que fué? entonces vi a Sergio y en silencio le dije: _ ¡Lo siento amigo, pero juicioso no más! Sergio, me sonrió y creo que me entendió, luego vi a mi Jimena y a su rostro triste una vez más, luego vi la cara de Maggy y en ella lo que vi, fue la lujuria al máximo, eso fue lo que en ella, mientras que el esposo de Maggy pensó
_ ¡Por lo menos hoy me tocó una chica hermosa, una muy bella! pero cuando la mirada de Maggy coincidió con la de su joven esposo creo que leí la mente del chico enamorado de aquella bella, pero muy bella y sensual mujer y ésto seguro estoy que dijo.
- ¡Una vez más harás ésto conmigo! con los ojos de alguien muy enamorado y ya a eso acostumbrado.
A lo que ella, Maggy, solamente bajo la vista...


- ¡¡Ah!! Y por cierto, esa noche ya no pasó nada con Jimena y después de esa noche nunca más la volví a ver. Lo que si supe y me lo dijo Sergio, fue lo que ella le confesó esa noche....

-  ¡¡Hacerme ésto una vez más!!  _ ¡¡Sergio; Una vez más me lo hizo!! _ ¡¡no más!! 
- ¡¡ya no más!! 
También me enteré, de que había vuelto del extranjero solo para verme y concretar algo que nunca se logró. 

... "Para Jimena, donde quiera que estés, mi bella y eterna enamorada..."  
... "Y para Maggy, más bien, para su joven y enamorado esposo... ¡¡Ojalá y la hallas domado men!!







De mi libro: "Historias de un adolescente tímido"






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