lunes, 31 de agosto de 2015

Llegará el día en que se comerán unos a otros


Hace unos días me tocó que atravesar a la Central de Abastos, iba en mi vehículo, en busca de un producto para una de mis tiendas, ya me había entrado la tarde y por lo que ahí vi me tocó que pasar muy despacio, iba tan despacio, que mejor decidí detener mi auto y me baje de él para comprobar si lo que mis ojos veían era lo que realmente yo creí que pasaba ahí. Así que paquee mi auto y como quien no quiere nada caminé, pero por poco y caigo al suelo, sí, mis zapatos brillantes estaban embadurnados de lo que fue un tomate, el que casi me hace ir derechito al sucio suelo; me incorporé de inmediato para no hacer el ridículo, ni evidenciar mi presencia en el lugar, aunque los que se encontraban ahí cerrando sus negocios estaban tan ocupados que ni se percataron de mi presencia; ni de mi labor detectivesca que me había echado a la espalda, más por curiosidad, que por otra cosa. 
Mientras caminaba, esquivaba: Tomates, melones, aguacates, y demás verduras, claro tambien algunas frutas, etc. mientras toreaba con ellas, desde mi altura: uno con setenta y cinco, bueno menos pues, ni que mis ojos los tuviera en la mollera, (¡jejeje!) veía que lo que estaba en el suelo, las verduras y frutos, estaban en excelentes condiciones, seguramente residuos de lo que no se había vendido ese día, pero todo, al menos los que no se dañaron al caer estaban utilizables, comestibles. Por fin llegué a uno de los recipientes de la basura municipal y de mis ojos extraje mis lentes oscuros y los coloqué sobre mi cabeza y como todo un gran detective, hacia a dentro del recipiente municipal vi y claro, entre la basura natural del lugar, pude evidenciar que habían suficientes verduras, frutas y otros alimentos, más los que ya dije; que ese día ya no se vendieron, pero estaban todavía: "frescos"  
Al darme cuenta de la realidad diaria en ese lugar, y seguro, en los mercados cantonales tambien, el darme cuenta que los locatarios de ahí botaban en la calle lo que no lograron vender ese día para que los barrenderos municipales pasaran recogiendo esa "basura" mientras otros, la llevaban personalmente a los depósitos municipales de basura. 
Entristecí, claro que se mezclaron varios sentimientos; tristeza, cólera, impotencia; me sentí una golondrina solitaria en la Central de Abastos.

Cuando a mi carro volví, antes de entrar en él, eché un ultimo vistazo y lo que vi, fue lo mismo que al inicio, cuando aquí llegué, recordé las palabras de mi madre, hace mucho años atrás cuando todavía yo era un niño: "Llegará el día en que unos se comerán a otros"; sonreí pues, en ese instante mi cabecita de niño me trajo a la mente imágenes de personas comiéndose a otras, en otras palabras: Canibalismo. 

Pero hoy, muchos años después y con la madurez entre mis sien, sonreí con un dejo de desilusión y me repetí: ¡A ésto se refería mi madre!... ¡Somos tan inhumanos, tan insensibles! y lo digo, por los gobiernos y sus asesores y, tambien por éstos que trabajan acá, parte de la pobreza, de las mayorías en un país, ellos, prefieren tirar lo que no han vendido a regalarlo a personas o entidades, para que éstos utilicen esos alimentos con los menos privilegiados, esos que duermen en las calles y que una mañana amanecen muertos de frió o de hambre o por ambos. 

Mientras conducía de regreso a mi casa, pues a donde iba ya era tarde y seguro abrían cerrado, pensé; ¿porqué los gobiernos central o municipal no hace un acuerdo con éstos locatarios?, indicándoles en el trato, que ellos, los gobernantes les comprarán al costo o mitad del costo lo que en el día no logren vender o, simplemente colocar en lugares especiales recolectores especiales tal cual los que ponen para el reciclaje, para que los vendedores y trabajadores municipales u otras entidades recopilen lo que para ellos ya es considerado basura, pues para el día siguiente eso estará: "Chuco" dañado, pasado, agusanado, pero que en el momento y debidamente refrigerado o por otros procesos podrían palear el hambre de quien no le interesa que esos eran residuos, si al fin y al cabo eso pasa con todos, lo digo pues, por los alimentos considerados de primera, mejor serán alimento de exportación y para el consumo de los ciudadanos de economía media, media baja y baja nos venden en los supermercados lo que no se pudo exportar, y si queremos algo que se exportó de nuestras fronteras y han regresado, se les considera importados, por tanto son mucho más caros. 

Si lo analizamos, es lo mismo que dije antes, con ello, muchos niños, madres solteras y padres desempleados podrían sobrevivir y no morir de hambre. Pero ¡no! mejor arrojar a la basura y que los más pobres y desamparados se mueran de hambre. 
Casi estoy seguro que si me acerco a alguno de los locatarios y les digo: ¿ésto lo tirarás? Me contestaría que sí y si le digo: ¿Me lo regalas para alimentar a gente pobre? seguro me hubieran dicho: ¡Te los vendo, yo soy pobre y voy a perder dinero si no los vendo!... ¡Pero si de todas maneras los vas a tirar!... ¡No, si me los compras! 

Bueno, así es la gente en cualquier lugar, "solo ven el derecho de su nariz" (otro refrán de mi madre). 
Ojalá y ésto llegara a oídos de algún político y lo pusiera en practica; aunque seguro diría: ¡Eso ya lo tenemos contemplado en nuestros planes de gobierno! Y al rato, esa "comida basura" la terminarían vendiendo o serían suministros de hospitales.
Bueno, ésto es solo un pensamiento que seguro Dios puso en mi, para compartirlo con quienes disfrutan de mis artículos. 
Pido perdón al Creador, por ser uno más de los que solo observa y no hace nada, seguro yo soy, otro más de los caníbales que mi mente me mostró de niño. 

"Comerse unos a los otros": No es algo que deba verse literalmente, es algo como ésto: Me aprovecho de mi prójimo... Si lo puedo joder lo jodo... Si le puedo meter el huevo se lo meto (perdón, pero éstos son los que mejor se entienden)... Yo le cobro más caro y así me hago luego rico, etc."  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario