miércoles, 12 de agosto de 2015

Un plan publicitario que dió resultados


El dueño de la empresa entro en la oficina del gerente sin anunciarse y elevando la voz, era elocuente que el Señor se encontraba muy molesto. El gerente cuando sintió como la puerta se azotó abusivamente quiso reaccionar, pero al ver el rostro de quien se trataba le tocó tragarse el orgullo, tras el Señor, la secretaria y otros personeros importantes de esa millonaria y legendaria empresa.

- ¡Rubencio!, ¿me quiere explicar que significa ésto? 
Dijo el señor arrojando sobre su lujoso escritorio unos documentos, los cuales Rubencio ni siquiera se molestó en levantarlos, mas bien tragó saliva y le pidió a su secretaria que se retirara y que cerrará la puerta. Ella, hizo lo que se le ordenó y salió de la enorme oficina, mientras ella cerraba la puerta, todos se dirigieron a una sala y se acomodaron, pero la tensión seguía ahí con ellos.
- ¡Estoy esperando Rubencio!, ¿qué explicación me tiene? ¡usted sabe que no podemos estar abajo de la competencia, nuestro producto deberá ser el mejor del mundo! ¡cómo lo ha sido desde que se lanzó al mercado! ¡y no me venga con babosadas respecto a la competencia, pues bien sabe que tenemos un convenio y nos ha funcionado muy bien, en dividirnos el mercado! ¡pero ésto es inconcebible! ¡jamás habíamos estado abajo de ellos, siempre arriba! ¡y así deberá seguir siendo!
- ¡Explíquese, que su puesto esta entre dicho Rubencio!

Rubencio pidió calma al propietario y accionista mayoritario de esa empresa de bebidas.

- ¡Señor ya había visto los resultados de los últimos meses y sabía que usted se molestaría, tal como lo estoy viendo, pero por más que hemos hecho no logramos levantar esos números!
- ¡Entonces usted ya no me sirve para nada!
- ¡No Señor, por favor deme un plazo para levantar esos números y de no ser así, tendrá mi renuncia en su escritorio; Señor!

El Señor se puso de pie y con él todos en la oficina, éste se dió la vuelta y mientras caminaba a la puerta le gritó a Rubencio. _ ¡Tiene un mes Rubencio, arregla lo que se le vino encima o su renuncia en mi escritorio! 

Y salio de ahí, detrás de él, todos los que lo acompañaban; al salir el ultimo, entró Rosita, la secretaria de años de Rubencio.

- ¡Don Rubencio en que le puedo ayudar!

Rosita temblaba al igual que su voz.

- ¡Rosita convoque a una reunión de emergencia, con los gerentes de las diferentes dependencias! ¡pero corra Rosita no se quede ahí parada!

Rosita salió corriendo a su escritorio, tomó su agenda y llamó a todos los gerentes a una reunión de ultimo momento y con carácter de urgente. Como a la hora de ello, el salón de reuniones se encontraba con todos los gerentes de la empresa de bebidas.
Después de varias horas de reunión, ninguno de los gerentes daba soluciones aceptables para solucionar el problema.  Un silencio provocado por el cansancio y la falta de ideas hizo que el gerente de mercadeo rompiera con el incomodo silencio.

- ¿Y si lanzamos una agresiva publicidad? 

Todos levantaron sus caras y lo vieron como diciendo ¡qué burro! pero el único que hablo fue Rubencio.

- ¡Carlos la publicidad no para las 24 horas en el mundo entero, tanto la nuestra como la de nuestra máxima competencia; póngase serio por favor! 

Y todos quedaron ahí, de nuevo callados, serios sin dar soluciones al tremendo problema. Rosita levantó su lápiz. pero nadie le puso atención y mucho menos la tomaron en cuenta, después de casi un minuto con la mano en alto y un poco más alto su lápiz de color amarillo, ella movió el lápiz amarillo para atraer la atención de los mejores gerentes que empresa mundial podría tener a sus servicios.

- ¡Si Rosita! 

Dijo Rubencio con la desilusión en su garganta.

- ¡Señor mi sobrino se acaba de graduar con honores en la Universidad de Harvard en publicidad! ¿si gusta le pido una cita para que venga mañana, quien quita y nos ayuda a solucionar el problema?
- ¡Gracias Rosita! 

Dijo Rubencio con la voz casi muerta y levantó la sesión, todos se levantaron cabizbajos y meditabundos.

- ¡Mañana los espero aquí muy temprano, con soluciones o tendré que empezar a cortar cabezas, yo no saldré solo de aquí! 

Los amenazó Rubencio.
Esa noche todos en sus casas se rompían la cabeza, tratando de encontrar una solución a tremendo problema y la conclusión siempre la misma; tenían un producto que se vendía por si solo, pero necesitaban que pasara algo para regresar al lugar numero uno y lo más importante superar a la competencia como siempre lo habían hecho, aunque sea por un punto o medio punto, pero siempre, los numero uno, lo que pasaba en esos días era un fenómeno inexplicable, nadie entendía el porque de la rara situación.
Al día siguiente, a la hora puntual empezaron a llegar los gerentes a la sala de juntas y ésta se fue llenando y cuando fue la hora pactada por Rubencio, la reunión dio inicio una vez más. Y luego de cinco horas de dimes y diretes, de ideas sin fundamento, siempre llegaban a la misma conclusión; El producto era buenísimo y no necesitaba nada, para ser el numero uno, era un producto que se vendía por si solo y solo había que tener existencias suficientes para repartir el producto en todo el mundo. 
De nuevo todos en silencio con las corbatas desechas, el cabello despeinado, los anteojos en la frente, los lapices en los dientes, recostados en sus butacas leyendo papeles y al fondo nuevamente la mano de Rosita, al aire desde hace cinco minutos, esta vez movía el lápiz amarillo, pues ella recordó que al hacer ésto si le poían atención.

- ¿Si Rosita que desea?

 Dijo Rubencio casi sin muriendo.

- ¡Don Rubendio y señores gerentes, les quiero presentar a mi sobrino Carlitos.! 

Carlos se puso de pie y saludo a la concurrencia, la cual lo ignoró por completo, que Carlos mejor se sentó en el lugar que estuvo desde mucho antes de que llegara el primer gerente esa mañana.

- ¿Rosita qué hace tu sobrino en ésta reunión secreta? ¿te has vuelto loca? 

Le reclamó a todo pulmón Rubencio, mientras era casi acribillada por las miradas del resto de los gerentes.

- ¿Pero... Don Rubencio?... ¡Si usted clarito dijo ayer... Despues que le conté de mi sobrino!...
- ¿Qué dije Rosita? 

Grito  de nuevo Rubencio.

- ¡Usted dijo: Mañana los espero aquí muy temprano!... ¡Eso dijo y yo en ese momento cité a mi sobrino quien vino muy temprano y a estado aquí escuchando sus sugerencias y los problemas que tenemos!... ¡Señor!
- ¡Está bien Rosita fue el cansancio lo que te ha confundido, gracias cómo te llames lamento el mal entendido y te agradecemos que no comentes lo que aquí hoy se ha tratado o te demandaré de espionaje industrial! 

Dijo Rubencio a Carlos, quien se levantó, tomó sus cosas y comenzó a caminar al lado de una mesa que parecía no tener final. Justo antes de salir del salón, se detuvo y dijo.

- ¡Ojala y solucionen su problema, tan sencillo al cual yo le encontré la solución! ¡feliz día! 

Y se retiró.
No habían pasado ni cinco minutos cuando uno de los gerentes reaccionó y dijo

- ¡Escuché que el chico dijo que tenía la solución a nuestro grave problema! 

A lo que reaccionaron todos.

 - ¡¿Qué?! ¿y dónde está ese muchacho? ¡Rosiiitaaa! ¿dónde esta tu sobrino, como se llame?
- ¡Señor Hace cinco minutos que se fue!
- ¿Cómo qué se fue?, ¡llama a seguridad que no lo dejen abandonar el edificio y lo manden para acá de inmediato!
- ¡Si señor en el acto! 

- Dijo Rosita y corrió a cumplir la orden.
Mientras localizaban al chico recien graduado, la oficina parecía mercado, se lograba oír: _¡Si que estamos desesperados para escuchar a un culicagado sin experiencia!  _¡qué va a saber nada ese muchachito!  _¿y si tiene una solución viable? Cosas como éstas, eran los comentarios; cuando por fin la puerta del salón se abrió.

- ¡Por fin, entra muchacho!...
- ¡Gracias por el piropo, pero eso no detendrá que los mande mucho al diablo, si no han encontrado la solución al problema que tenemos! 

Se trataba del, Señor y dueño de la empresa de refrescos embotellados.

- ¿Tienen soluciones?

Pregunto, sentándose en el lugar que le correspondía como accionista mayoritario y dueño de la empresa internacional de bebidas gaseosas.
En eso, se abrió de nuevo la puerta del salón, pero esta vez se abría muy lentamente, con mucho respeto, algo que llamó la atención del Señor y vio con curiosidad quien entraba de esa manera al lugar más privado de la compañía. Era Carlos, quien metía su cabeza pidiendo disculpas.

- ¡Perdón, pero toqué y nada, que decidí abrir! ¿puedo pasar? 

Todos voltearon hacia donde se encontraba el Señor, quien dijo con tremendo vozarrón.

- ¿Quien diantres es éste abusivo que nos interrumpe en plena sesión?
- ¡Es mi sobrino Señor! }

Dijo toda temblorosa Rosita.

- ¿Y por qué es tu sobrino tiene la osadía de irrumpir así a una sesión tan importante? ¡sal y afuera solucionas tus problemas personales!
- ¡Perdón Señor! 

Dijo tímidamente Rubencio.
- ¡Pero el joven es nuestro invitado y dice tener la solución a nuestro grave problema!
- ¡¿Quéeee?! ¡¡Un extraño, un niño, viene con una solución a la que no han podido encontrar todos ustedes partida de babosos, con gran experiencia y sueldos que no merecen!!
- ¡Vera Señor! Dijo Rosita _ ¡Mi sobrino se acaba de graduar con honores en mercadotecnia y publicidad en la Universidad de Harvard y dice tener la solución  a nuestro problema!
- ¿Un recién graduado tiene una solución que no han logrado encontrar, esta partida de ineptos? _ ¡Increíble!
- ¡Mira Rosita voy a escuchar a tu sobrino solamente porque es graduado de mi alma mater y para ver con que estupidez nos sale y para darles un respiro a éstos, a ver si se les ocurre algo! _¡Yaaa! 

Grito el Señor, entonces Carlos entró y muy seguro se paró frente a la manada de tiburones viejos, expertos en los departamentos que ellos dirigían y que durante años lo habían hecho muy bien, quienes lo escucharon atentamente no porque pensaron que él tendría la solución al problema, sino por que el Señor le había dado la oportunidad de exponer sus ideas nuevas, aprendidas en la Universidad tan prestigiosa.
Después de varios minutos, ya casi 45, para ser más exacto, Rosita veía con admiración a su joven sobrino, quien abordaba con mucha seguridad y confianza el problema al cual él había llamado: "Un problema sencillo" y ahora precisamente lo repetía.

- ¡Bueno, si es tan sencillo quiero escucharlo! 

Dijo el Señor y en el salón se escucharon los murmullos: _ ¡Si que hable! ¡que diga! ¡que lo diga ya! etc.

- ¡Lo que necesitamos es una publicidad agresiva! 

Esa es la solución. Rápido dijo el gerente de la publicidad.

- ¡Eso lo dije yo el día de ayer! ¿recuerdan?
- ¡Cállese! 

Dijo el Señor y agregó luego de que el otro se cayó.

- ¡Tenemos la mejor publicidad del mundo, una muy agresiva y millonaria, jamás hemos escatimado un solo centavo en publicidad, que hasta se ha vuelto una especie de concurso con la competencia, para ver quien lanza el mejor comercial, el mas original, con artistas de Hollywood, cantantes famosos de la talla de éste... Jackson y aun así estamos jodidos! ¿Sabes qué? ¡muchas gracias por tu tiempo! ¿Rosita? ¡que le paguen su tiempo, feliz día!
- ¡Que desconsideración, quitarnos tan valioso tiempo. 

Dijeron algunos gerentes, pero el gerente de publicidad fue el único que lo defendió.

- ¡Perdón Señor, pero estoy de acuerdo con el joven!
- ¡Claro que estas de acuerdo con él, si es el departamento que justificas para los millones que te damos para la publicidad!
- ¡Perdón que me meta, si ya me han despedido! 

Dijo el muchacho. _ ¡Pero al decir publicidad agresiva, no me refiero a lo que ustedes entienden por ello, yo me refiero, a otro tipo de publicidad cuando la tildo de agresiva y ciertamente creo que es la única opción que tienen, si quieren retomar el lugar que ya perdieron! 

Ésto, le llamó la atención al Señor, quien le dió una nueva oportunidad.

- ¡A ver dí tus ideas modernas! 

Todos lo vieron nuevamente y le colocaron su atención  Rosuita sintió nuevamente orgullo por su sobrino.

- ¡Gracias Señor, en la publicidad el objetivo primordial es convencer al publico que compre lo que estamos anunciando, para ello, se ha utilizado: El sexo, figuras políticas, de cine, cantantes, también se puede recurrir a la lastima. La técnica a usarse no tiene importancia, ésto es, como la política y los sucios políticos, el objetivo es llegar al poder, ¿cómo? ¡no importa! 

Ésto les llamó la atención y pensaron que el chico sabía de lo que hablaba. Él continuó con su disertación.

- ¡Ahora, cuando les digo que tenemos que hacer una campaña publicitaria muy agresiva, no me refiero a lo convencional, sino a algo novedoso y nunca usado, por temor a su metodología poco convencional! 

El lugar permanecía en silencio total, el chico continuó y dijo. 

- ¡La publicidad que haremos para retomar el control y los primeros lugares y, les prometo que durante años no bajaremos de la palestra dónde los colocaré! ¡ya nada ni nadie nos bajara de ese lugar adonde ella nos llevará muy pronto!
- ¿Pero de que se trata? 

Pregunto muy intrigado el gerente de publicidad.

- ¡Si muchacho ya mucha palabrería, dí ya en qué consiste esa maravilla que tratas de vendernos!

El chico respiró profundo y dijo.

- ¡Esta es la publicidad que haremos...
¡Diremos que nuestro producto es dañino para la salud, que provoca adicción, que si lo toman podrían morir, llevaremos nuestro producto al suelo, lugar de donde se levantará como el ave fénix y con el tiempo, los mismos consumidores dirán que se enfermaron por consumirlo y le harán mala publicidad y barrerán con ella, y la competencia se encargará de elevar más esa mala publicidad que sin ellos darse cuenta, nos harán publicidad gratuita y la denigraran tanto que hasta le darán otro usos, para asustar a nuestros consumidores, pero para entonces ya seremos los únicos, los incomparables, los inmejorables, los adictivos, los mejores de lo mejor!

Luego de un breve silencio, todos rompieron en risas y burlas, quien más se burlaba del joven publicista era el gerente de esa cartera; hasta que el Señor habló y todos callados de nuevo quedaron.

- ¡Me parece una gran campaña muchacho, me gusta, me suena, es lo que necesitamos! 

Ésto lo decía mientras se ponía de pie aplaudiendo al muchacho y se encaminaba hacia él, de a poco, todos empezaron a aplaudir, la primera fue Rosita, el segundo fue Rubencio, quien le dijo muy feliz.

- ¡Rosita te amo, me has salvado el pellejo! ¡recuérdame que te aumente el sueldo! 
¡tu sobrino es un genio!

Y el resto es historia....

¿La conoces?... ¿Te suena?... ¡Quién sabe y a lo mejor así fue! ¿no creen?... ¡Cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia! 
¡¡Jajaja!! Me recordé de un diplomado en Publicidad que hace años obtuve...
Y, en cuanto a la publicidad se refiere, no hay nada escrito. 
¡Hasta la próxima! 







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