viernes, 16 de octubre de 2015

REGALÍAS POR $200 MILLONES. Primera parte


- ¡Acá tienes tus regalías amigo, como te lo prometí, tu historia ha sido todo un éxito, el film está nominado al Oscar!
El reo recibió un cheque con la suma de: $200 millones de dolares americanos, al ver la cantidad su cara entristeció, pensando en lo que pudo hacer con esta fortuna si estuviera en libertad, pero salir del penal donde cumpliría su condena de 300 años, eso no sería posible y, él bien que lo sabía, por un momento quiso romper el papel que lo elevaba al nivel de los millonarios de su país, pero cuando casi lo hizo, se detuvo y lo depositó por debajo de su almohada en medio de un libro: La Biblia.
- ¿Qué harás con tanto dinero amigo? Le preguntó el productor de cine que le compró hace meses los derechos de su horrible historia como asesino serial.
_ ¡Ya lárgate y déjame tranquilo! Le dijo ésto, con tanta rabia que sus ojos se incendiaron y se colorearon con una sangre roja, como la que derramó con sus victimas. El productor cogió sus cosas y se retiró, pues por un instante sintió que aquel asesino terminaría con su vida en ese instante.

Al día siguiente, en el patio tomando por una hora el sol del día junto a los más crueles asesinos en una de las cárceles de más alta seguridad se encontraba recostado con su cheque en mano; uno con vigencia de seis meses, pensando, ¿qué haría con él?
_ ¡Oye amigo, por que no compras a los guardias y les pides nos traigan unas nenas bien buenas, hacemos una fiesta y la pasamos como nunca! Eso dijo, otro asesino que se encontraba a unos metros de éste y lo dijo con cierto temor pues de todos los ahí presos, él era el peor de todos y su reputación le precedía, por lo que nadie se metía con él, los guardias también temían cuando se acercaban a él para realizar alguna maniobra de rutina con los reclusos.
Éste ignoró al que hace poco le habló y el otro mejor se retiró, sabiendo que si seguía molestando al hombre pensativo, podría ahí mismo morir en ese instante y nadie haría nada para salvarlo. 

Pasaron dos meses y el asesino seguía pensando que hacer con los $200 millones de dolares.
_ ¡Carcelero ven! Le ordenó a su celador, quien con un temblor interior se acercó al desalmado y fingiendo su voz, le preguntó.
_ ¿Qué quieres Arnold?
_ ¡Nada que te importe, simplemente anda y dile al alcaide que quiero hablar con mi abogado!
_ ¿Ya sabes qué hacer con tu fortuna verdad? Se animó a preguntar el carcelero, pero lo que recibió como respuesta lo dejó helado y corrió con el mensaje al alcaide, lo que lo heló, una mirada llena de odio y con ese raro color rojizo.
El guardia retornó y le confirmó que su petición era afirmativa. 
_ ¡Ya llevé tu mandado Arnold, ahora será de esperar a que tu abogado quiera venir, que seguro si sabe que eres dueño de una fortuna pronto vendrá para acabar con ella!, ¡jajaja!... 
_ ¡Ejem, bueno, servido, Arnold!
Y se retiró antes de morir con esa horrible forma de mirarlo del asesino.

El carcelero tenía rezón pues, en la ciudad y el mundo entero, en revistas y noticieros la publicidad de la película; indicaban que estaba basada en la vida del mayor de los asesinos modernos y al que la productora de cine, "RAGA", le había pagado la suma de $200 millones de dolares americanos por derechos.
A los tres días de que el abogado se enteró de que su cliente lo necesitaba, éste se hizo presente ante él. 
_ ¿Por qué tardaste tanto en venir? Preguntó el asesino del momento.
_ ¡Discúlpame Arnold, pero tengo otros clientes que me necesitan tambien, mas bien di, ¿para qué soy bueno?
_ ¡Es evidente que para nada, pues no pudiste sacarme de este agujero!
_ ¡Bueno, tú no ayudaste mucho, mataste mucha gente, jajaja!
_ ¡Bueno, mira y escucha bien lo que te digo, porque yo si sé como salir de aquí!
Le mostró el cheque con la cantidad ya conocida y entonces al ver tanto dinero escuchó muy atentamente. 
_ ¿Dí qué tienes en mente Arnold?
_ ¡Ofrezco toda ésta fortuna para que me saquen de aquí, para obtener mi libertad!
_ ¡Es mucho dinero, pero las leyes son las leyes y eso no es posible, creo que ni el estado se atreva a recibir esa fortuna!
_ ¡Mírame bien, no has comprendido, busca a un juez corrupto y ambicioso y dile que le daré $200 millones por mi libertad!, ¿entiendes eso? 
_ ¡Esta bien Arnold, lo haré, pero no prometo nada, así que no te hagas ilusiones! 
El abogado tomo su portafolios y salió de la prisión de alta seguridad, la cual quedaba en medio del desierto; que si alguien logrará escapar, caminando no lograría salir del desierto con vida.

Pasaron otros meses y un día llegó el abogado a visitar a Arnold.
_ ¡Arnold, tienes visita! 
_ ¿Quién es?
_ ¡El abogado del diablo amigo, jajaja!
_ ¡Llévame con él, pero yá! Le ordenó Arnold al carcelero, quien de inmediato lo condujo hasta la sala de visitas, lugar en donde le esperaba su abogado.
_ ¡Hola Arnold!
_ ¿Dime, a que has venido?  ¡deja la pendejada!
_ ¡Quiero el cheque endosado para cobrarlo y pagar en efectivo al juez que firmará tu libertad!
_ ¡Te advierto que si ésto es una trampa y me robas mi dinero te mataré! ¿entiendes? Le dijo Arnold a su abogado tomándolo de la corbata y casi dejándolo  sin aliento.
_ ¡Cálmate! ¡cof, cof! ¡eres una bestia, jamás te robaría amigo, solo entiende que el juez no quiere evidencias de haber recibido tanto dinero, además debo cobrar mis honorarios! 
- ¡Está bien! ¿y cuando salgo de aquí?
_ ¡Eso es un tramite largo, pero mucho más corto que los 300 años de tu condena, así que ten paciencia que para cuando te des cuenta, serás un hombre libre!
Arnold respiró hondo y sonrió complacido, luego de eso, somato la mesa y rió como en años no lo había hecho. 
_ ¡¡Wajajajajajajajajaja!!

Como poco más de un año después de aquel encuentro y con una rabia en su ser, Arnold fue llamado a la oficina del alcaide.
_ ¡Adelante Arnold, no cabe duda que el dinero corrompe a cualquiera y el diablo ayuda a sus hijos! 
_ ¡No entiendo lo que pasó, pero tampoco me importa, solo espero que aproveches ésta oportunidad que hoy se te está dando! 
_ ¡¡Soy hombre libre!!  ¡¿verdad alcaide?!  ¡¡wajajajajajaja!!
_ ¡No Arnold, tú nunca serás un hombre libre!, ¡eso nunca! ¡sí saldrás de este agujero a la calle, pero como medida sustitutiva, tu fianza te costó $200 millones de dolares! El alcaide prosiguió indicándole a Arnold.
_ ¡Y se supone que eres un preso modelo, y que se ha reformado, y otra serie de mentiras más que tu sucio dinero compró, así que deberás de ir cada semana y luego cada mes y así sucesivamente a firmar el libro de libertad condicional y además llevarás en tus tobillos un aparato localizador!  ¿entiendes lo que hablo?
_ ¡Si alcaide! ¿me puedo ir ya?
El alcaide se quedó en silencio, viendo al desierto por una de sus ventanas y dejó escapar un suspiro, luego se volteó y vio a los ojos de Arnold y le extendió su boleta de salida a la libertad, pero antes dijo.
_ ¡Dios no libre de lo que nos espera ahora que eres libre de nuevo!

Arnold arrebató de las manos del alcaide la boleta y salió de la oficina, directamente a la puerta que da al bus que lo conduciría hasta la ciudad, no pidió nada, solamente salió de aquel infierno el que era su hogar. 

CONTINUARÁ









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