miércoles, 16 de diciembre de 2015

El Regalo Deseado


Dos jóvenes que se conocieron en su lugar de trabajo y desde que se vieron se enamoraron, no pasó mucho tiempo sin que se lo confesaran, se dijeran lo que sentía uno por el otro, y desde ese momento mucho más se amaron, los chicos salieron por meses y los momentos juntos ya no les era suficiente que decidieron casarse y así lo hicieron a pesar de que sus familiares se opusieron pues ambos eran muy pobres, nadie podía ver que los dos eran millonarios pero en amor y eso era suficiente para ambos. Alquilaron un cuarto pequeño, lugar en donde acomodaron lo poco que consiguieron y fueron felices juntos y por las noches jamás sintieron frío, abrazados dormían pues carecían de ponchos calientes, pero sus pieles eran más que suficientes para compartir del calor humano, ese que se hace grande cuando se esta enamorado. 
Se amaban tanto que no se tenían secretos y un día ambos se contaron de los mayores tesoros que ambos poseían y de los cuales por nadie se desharían, ambos estuvieron de acuerdo que respetarían sus decisiones, pues sus invaluables tesoros no tenían precio alguno.
Ella, quien era dueña de una bella y enorme cabellera, la cual antes de dormir cepillaba durante horas para mantenerla así de hermosa, su cabellera de color miel, era lacia y voluminosa, le encuadraba perfectamente con su rostro redondo y angelical, que su ahora esposo comprendió que su hermosa cabellera sería casi un sacrilegio si se la cortara; ella tranquila quedó al ver que su amado esposo la había comprendido y que su cabellera podrá mantener por siempre, era una cabellera tan bella que los fabricantes de pelucas y peluquines le ofrecían buena fortuna (para ella que era tan pobre) por esas hebras que en conjunto le daban forma a su hermoso pelaje. Por el otro lado, el joven era propietario de un reloj muy fino y muy caro, el cual le heredó su padre cuando él tenía solo siete años y a su padre le juró que jamás se desharía de esa joya por nada de este mundo y así fue durante todos esos años. 
El tiempo provocó que un día sin él darse cuenta la cuerda que ataba el caro reloj al pantalón se le rompiera y él por ser tan pobre nunca pudo repararla y la guardo, pero su madre un día que la encontró, la tomó y la vendió sin su consentimiento para alimentar a sus hermanos, él con mucho dolor perdonó a su madre, pues la comprendió y desde entonces ha cuidado con la vida propia el recuerdo de su padre.
El tiempo transcurrió y la situación de la pareja no mejoraba, por el contrario, era más precaria, pero ellos aun con esas limitaciones y penurias vivían muy felices.

Diciembre llegó y su primera navidad juntos se acercaba cada día más y más, ella por su lado hacía y deshacía por agenciarse de unos cuantos dolares más, para dar a su amado esposo un modesto regalo, por el lado del joven, él hacía lo suyo, pues deseaba mucho obsequiar a su querida y amada esposa el regalo idóneo para ella, el cual ya lo tenía visto en uno de los almacenes del pueblo, fue tanta la ilusión que sintió al verlo en el aparador que se atrevió a pedirle al dueño de la tienda que por favor se lo apartara, que hasta dejó un dolar como prenda del compromiso adquirido. 
Pero la navidad cada día se acercaba más y ni él ni ella lograban solucionar el problema económico que como meta se habían puesto para poder ofrecerle a la persona amada el regalo idóneo que ambos ya habían encontrado y que sabían harían feliz a su ser amado. Sin esperar recibir nada del otro, pues ambos conocían de las privaciones que como pareja ellos tenían y que no recibirían un regalo navideño de parte de su pareja, pero si era importante para ellos entregar a su pareja ese regalo que vieron y que desde que lo vieron se entusiasmaron y juraron que harían lo posible para poder adquirirlo y hacerle una feliz navidad a su amada esposa, en el caso de él y a su amado esposo en el caso de ella.

La navidad por fin llegó y ese 24 todavía trabajaron medio día, al recibir su aguinaldo y con lo que tenían ahorrado por sus labores extras corrieron a comprar el regalo deseado para quien amaban con todo su corazón. Primero regreso ella a su humilde casa y en un lugar secreto guardo su obsequió, un poco después llegó a la casa él y en un descuido de la joven esposa hizo lo mismo con su regalo, al rato de estar ocupados, pues llegarían a visitarlos sus familiares por ser su primera navidad como esposos, se despreocuparon de los obsequios y tanto ella como él se esmeraron en colocar a su hogar lo más bello que se pudo. 
Sus parientes llegaron y llevaron comida y bebida, para compensar lo poco que ellos tenían y juntos así lograr una cena de navidad muy bella e inolvidable.

Las doce campanadas se escucharon y los abrazos no se hicieron esperar, ellos recibieron regalos de sus parientes, quienes estaban un poco mejor que ellos, por su lado ellos se disculparon por no poder corresponderles pues pidieron la comprensión del caso, algo que todos entendieron. Luego de la cena de media noche, los familiares se  fueron y por fin quedaron solos. 
Ya listos para ir a la cama, ella le dijo a su esposo. 
_¡Tengo algo para ti! Y corrió  hasta el lugar en donde escondía el obsequio para su amado esposo, mientras ella iba por el obsequio él tambien hizo lo mismo; para cuando ella volvió con su regalo y las manos en la espalda, aun escondiéndolo, ambos se sentaron en su cama y ella, le dice a su esposo.
 _¡Éste regalo es con mucho amor y sacrificio para ti mi amor! Y lo colocó entre sus manos y luego dijo emocionada.
_¡Ábrelo! Pero él dijo, yo tengo un presente para ti tambien mi amor y es este, él tambien lo coloco entre las manos de la chica quien se veía entusiasmada, no por lo que recibiría sino por lo que ella obsequiaba, la verdad ambos esperaban que el otro abriera el regalo para ver la expresión en los rostros de cada quien. 
_¿Sabes? ¡abre el tuyo y yo abro el mio! ¿te parece? Sugirió la chica, a lo que el muchacho estuvo de acuerdo, y al tiempo ambos abrieron sus obsequios, regalos con tanto esfuerzo y amor para el otro; pero cuando ambos abrieron sus regalos, sus ojos entristecieron pues lo que en ellas encontraron los llenó de una enorme tristeza. 
_¿Qué te pasa amor? ésto dijeron casi al tiempo. 
_¿No te gusta? Dijo ella, él sonrió y dijo.
_¡Es hermoso amor pero...! Extrajo su obsequio y se trataba de la cadena que le hacía falta a su bello reloj, a su hermoso tesoro heredado por su padre muerto, él vió la cadena con mucha pena y le respondió a la chica.
_¡Es bellísimo, pero no podre usarlo pues ya no tengo el reloj!
_¡¿Qué?! Dijo ella.
_¡Pero si juraste no deshacerte de él! ¿qué pasó, te lo robaron, que hiciste con él? 
_¡Lo vendí para poder comprar tu regalo mi amor! Le dijo el chico con la cara llena de ilusión. _Y, ¡por el reloj no te preocupes, sé que mi padre entenderá pues es un regalo de amor! 
Ella sonrió, entonces él le dijo.
 _¿Te gusta el mio? ¡permite que sea yo quien te lo coloque, quita eso que cubre tu cabeza! 
Ella tímidamente le sonrió y le dijo.
_¡Es el mejor regalo que nunca recibí, es hermoso! Se trataba de una tiara que embellecería la preciosa cabellera que ella tanto cuidaba; el quitó lo que le cubría su cabeza y al hacerlo, él se asombro al darse cuenta de que en la cabeza de la joven ya no existía la hermosa y muy bien cuidada cabellera, ahora, ella lucía un corte de pelo el cual apenas le cubría las orejas. 

Luego de un breve silencio, cada quien con sus obsequios en sus manos, los dos rieron y se abrazaron, luego se besaron y a la vez se prometieron que ella dejaría crecer su cabellera y que nunca la cortaría y acordaron que juntos recuperarían el reloj que su padre le heredó y que con tanto empeño y amor todo este tiempo lo tuvo con él. 
_¡¡Feliz navidad mi amor!! Se dijeron y se durmieron en los brazos, uno y del otro.



Historia basada en: El Regalo de los Reyes Magos, de  O. Henry 

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