lunes, 28 de diciembre de 2015

Hongos Gigantescos y Mortales


Sentados en medio de un enorme bosque, sobre una loma que da a un claro, justo en medio de dicho bosque lugar en donde nunca seríamos encontrados, ahí observando la majestuosidad de un cielo con una claridad que le permitía a nuestros ojos pardos ver mucho más adentro de lo que la naturaleza le permitiría a humano ver y en el centro del inmenso e interminable firmamento, la luna, una blanca como hostia de misa de domingo, enorme irradiando su luz color de plata que se reflejaba sobre la helada tierra de las elevadas montañas, ella particularmente se veía tan cerca de nosotros, nuestra privilegiada visión nos permitía ver con lujo de detalles sus enormes cráter, hasta nos parecía ver ondear la bandera norteamericana esa que un día mancilló a hermoso satélite natural y que con seguridad algún día pretenderán hacer de ella un lugar de veraneo, pues habré oído alguna vez que ya vendían parcelas a incautos millonarios comprando tierras que no pertenecen a nadie, pero esa es otra historia.
A mi lado, mi inseparable amigo un joven lobo a quien me tocaba entrenar en las artes de cacería y sobre vivencia, cómo escabullirse del malvado humano que mata por deporte. 
Por ratos simplemente oíamos, por otras solamente veíamos y en otras no podíamos soportar la necesidad de aullar a nuestra hermosa y majestuosa reina la luna, el pequeño lobo me preguntaba, cómo había llegado hasta ese lugar y cómo era posible que un bípedo sería quien me entrenaría en todo lo que animal salvaje se refiere y debiera de saber, yo le dije; soy uno de ustedes aunque me veas diferente, hijo de la naturaleza como tú y toda criatura que habitaba este planeta, además le dije, que llevaba en el lugar cientos de años y que tenía mucha experiencia, pero que lamentablemente muchos de mis hermanos atraídos por la ambición y la vida de los humanos nos habían traicionado y se habían mezclado entre ellos, debido a nuestra similitud tan exacta, y que a cambio de ser aceptados entre ellos como uno más de esa raza les habían contado todos los secretos de nuestras diferentes razas que alguna vez habitaron el planeta y otras que seguían en pie, mientras que otras estaban por sucumbir y ser parte de la historia natural y perderse en el exterminio. 
Humanos idiotas, no saben que ellos, los que un día fueron mis hermanos están intentando acabar con su especie y con los secretos develados simplemente han logrado erradicar los ingredientes indispensables para la cura de miles de enfermedades que ahora eran imposibles de ser tratadas y mucho menos curadas, enfermedades de las cuales nosotros eramos inmunes. Debes de saber que así como un día los dinosaurios fueron extintos según el humano por un meteorito gigante, eso era mentira, eso era parte de un plan bien planeado, pero fui interrumpido por mi pequeño aprendiz con otra pregunta.
_¿Por qué son idénticos a ellos? Yo sonreí y le dije. 
_¡Inteligente pregunta! ¿te das cuenta que para ser un simple animal piensas cosas interesantes?, te dije que somos hijos de la madre naturaleza y ella también tiene un plan, pero ese plan nadie lo conoce, imagínate que sería de nuestro planeta si ese plan lo conociera hombre malvado, el lobezno respondió a su maestro cuasi humano.
_¿Ese sería el fin del planeta?
_¡Exacto amigo, exacto! ¡Sabemos lo que debemos y nada más!
_¿Hermosa noche no te parece? El lobezno asintió con la cabeza y luego de nuevo aulló a la hermosa luna, en algún lugar, otro le respondió y más allá otro y así se corrió la vos canina de animales salvajes; eso me intranquilizó pues yo sabía que era lo que le acontecía a aquella cadena de aullidos espontáneos, no dije nada para no alarmar a mi pequeño alumno que en esos momentos simplemente nos encontrábamos sentados, apreciando las maravillas naturales, un momento se solas esparcimiento diría yo. 
Al escuchar que los aullidos no se detenían por el contrario seguían y además de ellos mis agudos sentidos auditivos me permitían escuchar a otras especies en plena agonía por lo que se avecinaba, de pronto mi alumno se calló y la cola metió entre sus patas y me preguntó.
_¿Qué es ese sordo y horrible sonido? Yo le respondí viendo al cielo. 
_¡Eso mi querido hijo es una nave que el humano utiliza para transportarse, cómo si fuera una ave!
_¿Es eso posible?
_¡Si es posible, par que veas los alcances del humano?
_Pero ¿cómo aprendieron a volar? Yo lo vi y comprendí que era un simple aprendiz y le dije.
_¡Nuestros hermanos traidores que han revelado secretos que nunca debieron ser revelados a nadie, mucho menos a humanos!
En ese instante pasó sobre nosotros tremendo artefacto con varios motores que hacían mucho ruido pero que conforme se alejaban de nuestro lugar, ellos iban ganando altura para no ser escuchados por oídos humanos, no así por los nuestros y nuestra vista los siguió por muchos minutos hasta que se perdió en la oscura noche, pero yo seguía intranquilo, sabía que algo terrible estaba a punto de suceder pero no entendía ni sabía que era, pero mi séptimo sentido me indicaba que algo imborrable, tanto para animal como para humano y para la historia del planeta estaba a punto de suceder. Lo que era una apacible y hermosa noche no era otra cosa que el preludio de algo funesto y horrible, le dije a mi alumno.
_¡Es mejor que nos retiremos!
_Pero, ¿por qué? ¡quedémonos otro poco!
_¡No, presiento algo terrible y es por tu seguridad y la mía! ¡Vámonos! 
A todo esto, la bulla de la naturaleza había terminado, pareciera que todos se habían retirado a resguardarse de lo que yo presentía sería algo horrible, me apresuré y me puse en pie, mi amigo hizo lo mismo y corrimos hacia nuestro bosque, yo corría en busca de un lugar secreto donde podríamos protegernos de cualquier catástrofe natural, más nunca imaginé que lo que pronto pasaría pudiera suceder y mucho menos que alguno de mis hermanos traicioneros pudiera dar la formula para la creación de algo tan terrible, por fin llegamos a esos lugares que solo nosotros conocemos, hice que mi protegido entrara en él, yo me quede al umbral de la entrada con la curiosidad en mi mente y fue ahí cuando pasó...
 El sonido fue increíblemente estruendoso, la tierra tembló como nunca y el cielo se iluminó de una manera jamás antes vista y detrás de lo dicho vi como se formó el hongo más enorme que la naturaleza haya parido, éste se levantó hasta los cielos y luego vi como después de la formación de ese enorme hongo, una enfurecida hola se dirigió a los cuatro puntos cardinales causando destrozos y muertes a su paso; por donde pasó nada dejó en pie y mucho menos con vida, yo me encontraba a miles de metros de ahí pero mis sentidos me permitieron sentir en mis dedos de los pies un pequeño golpe el cual ya no podría causarme ningún daño, mis ojos llenos de lagrimas los cerré, pero la imagen seguía en mi mente, me introduje a nuestro lugar secreto que nos protege de todo, hasta de esas tonterías creadas por humanos y una vez adentro por muchos días me negué a salir de ahí y se lo prohibí a los que ahí se encontraban conmigo, yo pensaba que le dieron a cambio a mis hermanos para entregar la formula que la naturaleza utiliza para dejar escapar sus enormes fuerzas que encierran en sus entrañas, las cuales los humanos llaman terremotos, no entendía como o por qué lo harían, por un momento pensé será parte del plan que ellos tienen de acabar con la humanidad.
Pasaron días y nosotros ahí, cuando decidí salir de nuestro protegido lugar, les dije.
_¡Qué nadie se mueva, veré si podemos salir! Me dirigí a la entrada de nuestro lugar secreto y cuando estuve ahí afine mis sentidos, los cuales son muchos, especialmente el auditivo y de nuevo escuché: La nada, ni un solo sonido, eso hizo que mi cuerpo se helara y mi piel se enchinara, fue entonces cuando al momento sucedió otra vez lo mismo; otro enorme hongo hizo su aparición en los cielos y se repitió la misma escena, yo sentí que moría y en mi cuerpo miles de sensaciones horribles, mientras mis ojos derramaban valiosas lagrimas mi desilusión era enorme que regresé y encontré a mis hermanos aterrados ahí adentro, aun sabiendo que nada nos pasaría a nosotros mientras estuviéramos ahí. Mi pupilo me dijo.
_¿Eso fue algo natural o fue igual que el del otro día, creado por malvados humanos?
_¡Es otro igual al de la otra noche! le dije decepcionado y ahí quedamos por otro tiempo guardados, tristes y desolados. 
Preguntándome, qué hará mi madre la naturaleza para detener a nuestros hermanos caídos 
para que no continúen entregándole al hombre más de nuestro más caros secretos, pues debo de confesar que lo que la humanidad ha visto hasta el día de hoy no es nada de lo que esta por venir, siempre y cuando nosotros no los detengamos antes, pues las fuerzas oscuras de la naturaleza son más poderosas y horrendas de lo que el hombre ha visto hasta el día de hoy y eso que les causó tanto horror, Los Hongos Gigantes y Mortales son boberías, cosas de niños, para lo que ella conoce y nosotros desconocemos. Pero para acabar con el mundo basta con las cosas horrendas que tanto yo como mis hermanos traidores conocemos. 
Me arrodille y oré al Máximo, al Superior de la misma naturaleza, mi madre, que pro favor les evite entregar a mis hermanos esas formulas horribles al malvado hombre. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario