martes, 29 de diciembre de 2015

Las Alcantarillas de la Metrópoli (Juancho y Pancho)


Como cada fin de año la municipalidad citadina contrataba empleados outsourcing para la limpieza de las cloacas de la enorme ciudad, pues sus empleados no se daban a basto para dicha labor y dado que el señor alcalde era un personaje muy peculiar con muchas fobias y supersticiones, para él iniciar el nuevo año con esa podredumbre que con seguridad guardaba la ciudad bajo sus calles y colonias y zonas importantes de la gran ciudad, para él era inconcebible y seña de que el siguiente año sería fatal para su administración si no limpiaba esos oscuros lugares de toda metrópoli. Para dicha actividad como era muy honesto desde varios meses de antelación convocaba a licitaciones para elegir las mejores propuestas y éste año, al igual que el anterior, una de las empresas elegidas tenía como empleados estrellas a Juancho y Pancho, dos amigos entrañables que siempre habían trabajado en mancuerna y éste año 2015 no sería la excepción. 
Lo que no sabían Juancho y Pancho, quienes el año pasado habían tenido una experiencia un poco fuera de lo normal, algo que muchos llamarían paranormal, lo que en esta oportunidad les esperaba era algo que ni se imaginaban, al igual que el señor Alcalde de esa ciudad, ni los habitantes, imaginaban lo que en todos estos años sucedía bajo sus pies.
_¡Bueno señores a partir de la presente fecha y hora, queda inaugurada como siempre, como cada año, lo que he llamado la limpieza de nuestra ciudad! 
Así quedó inaugurada la actividad anual y los camiones con sus cuadrillas se hicieron a las diferentes zonas y cantones y colonias de la enorme ciudad de aproximadamente siete millones de habitantes.
Meses antes, debido al descontrol sexual que se había desatado en éste país, que un día fue muy conservador pero que a consecuencia de los adelantos tecnológicos y de las copias de los modus vivendi de otras culturas, éste país no había escapado a la sodomía sexual y muchos látex, eran lanzados a las alcantarillas, otros se iban por los excusados, otros arrastrados por las corrientes de los inviernos ,en fin, a esto sumemos los abortos y trozos de pedazos humanos que llegaban a estos lugares, además de las ratas y otras criaturas que al igual que algunos humanos, poco afortunados utilizaban éstos lugares como si fueran sus hábitats para unos y para otros sus hogares, ellos conocían lugares que ya no aparecían en los mapas municipales y que en conjunción de lo anteriormente expuesto y de otros menjurjes que no mencionaré por razones  de tiempo y los cuales los dejo a su respetable imaginación y a sus muy bienvenidas sugerencias, algo estaba a punto de suceder en esos lugares, pues únicamente hacía falta un ingrediente para que se llevará a cabo la pesadilla jamás deseada por humano alguno.
_¿Qué sector nos toco hoy vos Pancho? Preguntó Juancho a su entrañable amigo.
_¡Espero no sea el mismo del año pasado, pues aun no estoy seguro que lo que ahí encontramos no fue un simple sueño amigo, ahí abajo vive algo muy malo y diabólico! Le expresaba sus puntos de vista Juancho.
_¡Ya empezaste con tus babosadas, ya te dije que ahí no hay nada más que mierda y otras cosas peores que la misma mierda!
_¡A ver Juancho y Pancho, tomen el camión numero 666 y diríjanse a la dirección que esta en la guantera del mismo, además ahí encontrarán los mapas para que no se pierdan y no quiero encontrarlos dormidos como el año pasado! ¡Ah! ¡me olvidaba, les tocó este año otra vez solos pues las cuadrillas quedaron justas y ustedes otra vez quedaron nones, lo siento a trabajar!
_¡No se preocupe jefe nosotros no nos arrugamos! ¿verdad amigo?  Pancho vio a Juancho con cara arrugada y tambien tenía otras partes de su cuerpo arrugadas en ese preciso instante.
Tomaron el camión asignado con numero 666. Se dirigieron justo a la dirección asignada, según la boleta que encontraron en la guantera, junto a ella, los planos del laberinto enterrado.
Al cabo de media hora de conducir por las congestionadas calles debido a la numerosa cantidad de camiones y las compras para las fiestas de fin de año se tardaron todo este tiempo, el cual lo habrían hecho en menos tiempo en tiempos silenciosos.
_¡Acá es vos Juancho! ¡Parquéate por ahí! le señaló un lugar cercano al hueco que los conduciría a las entrañas de la enorme ciudad. Tomaron sus implementos y mochilas y con unas barretas levantaron la alcantarilla no sin antes colocar una barandilla que indicaba; ¡men at work!
Bajaron por la escalinata y llegaron al fondo, lugar en donde se colocaron sus trajes especiales para éstos menesteres y colocaron el plano en un lugar sobre la tierra y trazaron su ruta de trabajo y de evacuación, por cualquier inconveniente y procedieron a sus labores de limpieza, uno, agarró para el norte, mientras el otro tomó el sur, antes hicieron las pruebas para confirmar el buen funcionamiento de sus walkie-talkie.

Juancho, quien tomó para el sur iba muy asustado, que cuando inició sus labores de lo nervioso que estaba con un hierro que era una prolongación de las paredes se corto el brazo y del cual de inmediato sangró, cayendo unas considerables gotas de sangre en las aguas negras quienes se mezclaron de inmediato, mientras que otras fueron llevadas por la corriente hasta un lugar desconocido el cual no aparecía en los mapas, al legar a este lugar la sangre de Juancho se unió a una masa amorfa, la cual se estremeció al recibir la porción de sangre de Juancho, la masa amorfa se sacudía mientras iba tomando forma.

Mientras sucedía lo que nunca debió suceder, Pancho se encontraba con su trabajo al norte del laberinto subterráneo.
_¡Pancho! ¡Pancho! shhhhh ¡cambio! Hizo su sonido clásico el intercomunicador y se escuchó la voz ahuevada de Juancho.
_¿Qué putas pasa vos Juancho? Shhhhhh ¡Cambio! Dijo un Pancho ya acostumbrado a las muladas de su amigo.
_¡Pancho estoy herido y me desangro! shhhhh ¡Cambio!
_¡Ajá! shhhhhhh ¡cambio!
_¡Ven amigo que me muero! shhhh ¡cambio! Pancho le indicó a su amigo fiel que él llevaba consigo un botiquín que se atendiera y que al no más poder se haría presente. A lo que Juancho respondió.
_¡Está bien mal amigo a ver si me encuentras con vida! shhhhh ¡cambio y fuera! Dijo Juancho desconsolado y con vos de moribundo.
 Luego de ello, nada pasó que volviera a interrumpir a los amigos, ni mucho menos ellos se volvieron a interrumpir, el día de trabajo había terminado y entonces Juancho le habló a su amigo.
_Pancho, ¿estás con vida aun o te has muerto? shhhhhh ¡Cambio!
_¡Tu madre, mal amigo, estoy sufriendo con el ardor de esta mierda! shhhhhh ¡cambio!
_¡Nos vemos en el punto de encuentro en quince! shhhhh ¡cambio y fuera! 
Y así fue, en el tiempo estipulado los amigos se encontraron, cuando Pancho llego al lugar de encuentro, encontró al exagerado de Juancho recostado sobre su mochila con el brazo entablillado y como cien curitas sobre la herida que se hizo y el trabajo a medias.
_¿Qué putas amigo? ¿No has hecho casi nada?
_¡Llévame a la emergencia del IGSS, vos Juancho necesito una transfusión con seguridad, pues me siento muy débil!
Juancho se agacho y revisó la herida de Pancho y al verla le saco la madre y casi lo mata a golpes, salieron del lugar y se dirigieron al camión numero 666 a su lugar de trabajo al llegar al lugar se encontraron con la novedad de que muchos compañeros no habían regresado y no respondían a sus walkie- talkie, la conred estaba en alerta, al igual que los bomberos y la cruz roja, mientras los familiares de los desaparecidos en el combate limpieza, se reunían con veladoras para orar por sus seres queridos, los cuales no aparecían.
_¡Te lo dije, yo pude ser uno de ellos amigo!
_¡Shhhh cállate ésto no es broma!

Las autoridades dispusieron suspender las labores de limpieza y se hicieron a la búsqueda de los desaparecidos, Juancho y el Pancho no muy convencidos se unieron a las labores de búsqueda y rescate, como voluntarios. Cuando salió el sol, todos entraron a los lugares en donde estuvieron los desaparecidos.
_¡Ustedes por ahí!, ¡Ustedes por allá! ¡Nosotros por acá! y... ¡bueno, ustedes dos, los voluntarios por allá, lo siento pero quedaron nones a las cuadrillas de búsqueda y necesitamos hombres en todos los sectores! Así que a los compadres les tocó solos y se internaron en su lugar el cual les fue asignados.
Mientras más caminaban más se internaban en el laberinto de las cloacas, a su paso, ratas las cuales  parecieran ser fluorescentes y otros animales extraños, cucarachas, pequeños lagartos los cuales solo se les veía la cola cuando se internaban en las aguas negras, ellos pensaron que éstas bestias no podrían haber devorado a sus compañeros pues les huían a ellos, como para atacarlos y devorarlos.
_¡Mirá vos Juancho!
_¿Qué? dijo el Juancho muy asustado
_¿No viste esa horrible sombra?
_¡No, no vi nada y no trates de asustarme!
_¡Era una especie de humano con cola y y una especie de corona que le cubría toda la espalda hasta la punta de la cola! ¡eso fue lo que vi! ¡Te lo juro compadre, vamonos de aquí! Pero Juancho no le creyó al huevón y miedoso de Pancho y siguieron su caminar, pero algo más adelante si que asusto a Juancho que por un momento si le creyó a su compadre Pancho
_¿Qué es esto Pancho?
_¿Parece ser? ¡un trozo de nalgaaa!
_¡Cálmate!
_¡Mira acá hay un pedazo de mano!
_¡Puta Pancho es cierto! Juancho tomó su walkie-talkie y llamó
_¡Me copian! ¡Me copian! shhhhhh ¡cambio! Pero solo el silencio y la interferencia respondieron.
_¡Shhhhhhhhhhhh!
_¡Mierda Pancho estamos solos!
_¡Vámonos Juancho! suplicó el Pancho
_¡Esta vez estoy de acuerdo contigo amigo! ¡vamonos! 
Y tomaron sus tilinches y regresaron por donde llegaron, pero mientras regresaban ellos iban muy nerviosos, no solo por los hallazgos sino tambien por lo que supuestamente Pancho vió como sombras.
¡Noooooooooo Auxilioooooo!
Ésto escucharon justo para donde se dirigían, esos gritos los obligó a tomar otro camino del laberinto y lo hicieron corriendo, nada podría alcanzarlos ni sus sombras, las cuales cambiaban de figuras mientras corrían a la chingada, pateaban ratas y lo que se les atravesara; por fin llegaron a un lugar en donde no había salida, era un tope, como quien dice una calle sin salida se voltearon de inmediato para retornar, pero algo los detuvo y fueron unas pisadas torpes y algo que se arrastraba y junto a éstos sonidos unos resoplos como de toro en plena faena taurina, ellos al verse entre la espada y la pared y sin salida alguna solamente se abrazaron y empezaron a rezar, los raros y tenebrosos sonidos cada vez se escuchaban más cercanos, como tambien se escuchaba cuando el ente elevaba su cabeza y resoplaba, tratando de que el olor del humano le llegara y así rastrear a su victima. No tardo mucho para que los compadres se dieran cuenta, por medio de lo que en ese instante pareciera una pantalla de cine, pues en ella una figura amorfa se acercaba haciendo pausas y con el hocico al aire jalando aire para ubicar a su victima, en este caso a sus victimas, el encuentro era inminente, por otros caminos aledaños al que daba con ellos, también se escuchaban los mismos  sonidos pero acompañados de gritos desesperados pidiendo auxilio los cuales terminaban cuando se escuchaban los sonidos de un cuerpo descuartizado.
Al fin, el momento álgido de una pesadilla frente a nuestros compadres, se detuvo el amorfo, una criatura horrible como sacada de una película de ciencia ficción, efectivamente era un ente bípedo que se sostenía sobre sus torpes piernas, en sus pies, si se les puede llamar así, seis dedos por extremidad de los cuales del sexto dedo era una exención en forma de garra arqueada como si se tratara de una garra de águila completamente desnuda sin nada de piel, a propósito de piel, ésta era escamosa como la piel grasosa de un puberto lleno de espinillas y además con escamaciones oscuras y en algunas partes como si se tratara de verrugas de bruja medieval, protuberancias de color sangre como el culo o abdomen de una garrapata llena de sangre y de ella unos pelos como alambres de color negro, también de entre sus piernas le colgaban dos bolas como de criadillas y un pene como de bebe con el prepucio cubriéndolo por completo, más arriba su abdomen, lugar de su estomago, el cual parecía ser una planta carnívora dispuesta a devorar, se cerraba y se abría y de ahí caían al suelo jugos gástricos como seña de mucha hambre, luego le seguían sus pectorales unos muy atléticos, como sacados de algún fitness y a sus costados dos prolongaciones de color verdoso y de textura cebosa, en la parte trasera de sus brazos unas prolongaciones como si se tratara de las escamas dorsales de un lagarto o cocodrilo y al final de sus brazos no habían manos, de sus nudillos salían seis dedos muy largos y delgados de cada brazo y en el centro de ellos unas arqueadas uñas, enormes como las de los velociraptores de color negro, muy negro y luego sin cuello, lo que era su cabeza, algo redondo con unos ojos como de rana o de reptil con una membrana que le protegía de algo, quiza el smog, además una prolongación como si fuera de una rata con orificios tal cual la orejas de un murciélago, debajo de su fina piel se veían circular insectos o cosas parecidas, pero carecía de boca en su lugar unos orificios que emitían raros sonidos y en toda su espalda, desde la cabeza hasta su trasero en donde continuaba una cola como de reptil, seguía hasta los pies, en realidad era una especie hecha de varias otras especies, pues no hay otra explicación y todo a consecuencia de lo que indique al inicio, que las personas lanzaban a las alcantarillas, la conjunción de muchos adn´s en un ambiente húmedo, las bacterias y todo lo humano que llegó ahí, crearon ésto que ahora estaba frente a Juancho y Pancho.
El ente se acercó lentamente a ellos, quienes seguían abrazados con los ojos bien apretados, simplemente escuchando los gritos de auxilio y luego como eran cuasi destazados y masticados por su abdomen, ellos iban directamente a su estómago, éste que ahora estaba dispuesto a comerse a los compadres se empezó a sentir confundido y se acercaba pero al tiempo se alejaba y asi estuvo un buen rato, por fin, Pancho sintió como el ente lo absorbía en un largo respiro y después de ello sintió como uno de los largos y delgados dedos del ente lo recorría amablemente por sus brazo, no así a Juancho, quien recibía un roce en la piel, pero con la garra la cual le empezaba a causarle daño.
_¡Dios mio Pancho, éste nos comerá ahora! ¡Pues ya me esta sangrando mi brazo!
Pancho abrió sus ojos para ver lo que sucedía y al percatarse de que a él no le hacía daño mas bien solo a su compadre Pancho, tomó valor y tomó el brazo del  ente, lo retiró del brazo herido de Juancho indicándole al ente que él era su amigo, su hermano y que no debía hacerle daño, el monstruo entendió y se retiro de ellos.
_¿Qué rayos sucede Juancho, por que éste engendro me obedece?
Juancho de inmediato tuvo un recuerdo, de cuando Pancho se hirió y sangró, la sangre de Pancho era el ingrediente que hacía falta para que este ser tomara vida y como Pancho tenía parte del adn de él, el monstruo lo consideró uno de ellos y les perdono la vida; lastimosamente para todo esto ya muchos habían muerto victimas de tres de éstos monstruos, los cuales se largaron por los laberintos de las cloacas, quien sabe a dónde y tanto Juancho como Pancho fueron consideraos unos héroes, aunque nadie les creyó su extraña historia, pero lo que si pasó es que luego de que ellos salieron a la superficie y contaron la historia, todo se calmó y las cloacas pudieron ser limpiadas o al menos eso le dijeron al supersticioso alcalde.
_¿Sabes una cosa amigo, viéndote detenidamente, el monstruo se parecía a ti, jajajajjaja!
_¡Cállate o me arrepentiré de haberte salvado la vida! 
Con estas bromas se largaron para sus hogares y con ellos la llave de la ciudad otorgada por el señor alcalde.


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