viernes, 18 de diciembre de 2015

Soy Caja de Cartón


Soy alguien que dejaste por ahí tirado, 
olvidado adentro en una caja de cartón
muriéndome de frío porque al verme 
miedo sentiste, el miedo te invadió,
devuélveme un trocito de mi vida
devuélveme un trocito de mi amor.

Amor que siempre sin conocerte yo te di,
devuélveme cada patadita que con amor 
a tu vientre levantó;
devuélveme cada roce de mi pequeña mano 
caricias que me parecían eternas 
solo para sentir tu calor. (amor)

Pero, para tu mala suerte y mi bendición
Dios no me abandonó y me rescató,
me arrebató de una muerte fría y segura;
a mi paso colocó a un Ángel 
que al verme ahí tirado de mi se compadeció
y entre su regazó con todo y caja húmeda 
me colocó y al ver que nadie había 
por las calles conmigo huyó y de mi se encargó.

Mi Ángel su calor y alimento me dió
ella me devolvió la fe y la vida 
que tu me arrebataste por ser cobarde
hoy me persigues, me buscas y además me lloras
dices estar arrepentida y que te perdone,
yo te digo cuando miro al cielo para agradecer
que Él te perdone, porque yo no.

Ahora que eres una gran señora
y que no puedes quedar preñada 
me recuerdas y me deseas con las mas fuertes ansías
pero quien me salvó tu lección te dió
y del vientre que nueve meses me acarició
una tumba fría llevarás para ti.

Mi Ángel es mi madre y sus hijos
mis hermanos y yo soy feliz,
acaricio su rostro como un día 
acaricie tu vientre, mi hogar 
los primeros nueve meses de vida,
tú acaricias esa tumba que en vida eres hoy
y me deseas sin saber si estoy vivo o muerto.

No te maldigo, más bien te agradezco
solamente fuiste instrumento para llegar a este mundo
lugar donde conocí al verdadero amor de madre
y soy prueba de que los milagros son reales.

Soy feliz y tengo una familia; tú no tienes nada,
solo una linda figura que muy pronto caducará
y quien está contigo ha empezado a buscar quien 
le dé lo que tú ya no puedes por ser mala mujer,
mala madre.

Tal vez un día el destino nos vuelva a unir
en la misma calle fría, donde en caja de cartón
me dejaste abandonado y muriendo de frío
y me veas y tu vientre brincará y tú lo sobarás
y me recordarás; cuando ambos nuestras manos 
sobábamos y desde adentro la besaba con mucho amor.

Me verás a tu lado pasar y la sangre llamará
pero te ignoraré porque soy tu sangre y carne
pero ya no soy tu alma ni tú mi amor,
a ella le pertenece, a quien me rescató 
y su apellido me dió.

También le pertenecen todas las bendiciones que 
conmigo llegaron, esas eran para ti,
pero las despreciaste y ahora 
mujer desgraciada eres y serás.

Qué quieres adoptar dicen por ahí,
tus amistades te aconsejan 
y te dicen buena madre serás
si supieran que un día intentaste asesinarme
y ahora la mejor de las madres te dicen que serás,
solo tú y yo sabemos que por las noches
me sientes y hasta ti llega: mi olor y te sobas 
tu vientre y me pides perdón, además me lloras.

Olvídame si quieres ser feliz 
pero yo sé que eso no podrás
pues quede grabado y enclavado en tus 
pensamientos y tus más amargas pesadillas.

Olvídame, pues yo nunca seré tuyo 
mi vehículo nada más para hasta aquí llegar
mi amor y  veneración para el Ángel 
que de la caja de cartón un día me rescató.

Me llevó a su hogar, me alimentó 
me dió su apellido, a padre y hermanos
a ella le pertenecen mis bendiciones 
y a ti las maldiciones que no salen de mi, 
simplemente te caen del cielo.

Quiero que sepas, que como aquel cachorro 
que se recoge en el basurero 
aun tengo mi caja de cartón, 
esa caja que me dió calor para resistir,
hasta que llegó a mi vida 
mi Ángel adorado y junto con ella 
a su casa me llevó.

Mira las cosas de la vida, 
yo hombre feliz, 
tú mujer amargada y desdichada,
suplicando a Dios, por un hijo,
bien sabe Él que ya te lo dió
y en caja de cartón tirado por ahí 
lo abandonaste a su suerte.

Mejor arrodíllate y arrepiéntete  
y pide su perdón, pues el mío ya no.


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