jueves, 28 de enero de 2016

CANTO 23


Jesús, mi Señor, eres mi protector, mi guía y quién me sosiega,
nunca, nada me hará falta.
Él, encontrará los mejores lugares, con fresca y delicada hierva;
y en ellos, con mucho amor me hará reposar y hasta mi sueño cuidará.

Ese bello lugar, se encuentra al lado de cristalinas aguas en reposo
y en ellas me cuidará, mientras con ojos de amor me verá en confianza descansar;
a mi alma le dará comodidad y bienestar

Más tarde me guiará sabiamente por los caminos estrechos de la justicia 
será por amor y en Tú nombre, Señor Jesús.

Aunque yo camine perdido, en los caminos de los vicios y las drogas, junto a personajes viles y esté cerca de la muerte
(Aunque vaya de un camino a otro, en medio de vicios, drogas y personajes viles, en medio de la misma muerte).

Jamás, nunca mi alma sentirá temor alguno;
porque Tú, mi Señor Jesús, estarás muy junto a mi.

Tú bastón encorvado, digno instrumento del fiel pastor,
me comunicarán que Tú aliento y amor están a mi lado.

Dispones y condimentas miles de manjares sobre la mesa solo para mi,
lo haces en presencia de los que consideras mis enemigos, personas que dicen ser mis amigos, pero que tratarán de hacerme daño, bien lo sabes, señor Jesús.

Mientras ellos nos miran, me aplicas aceites y bendiciones, para que sepan que protegido por Ti estoy.

Y a mi cuerpo lo cubres, con tu preciada sangre, símbolo de que contigo nada me faltará ni acontecerá.

Ciertamente Contigo, el bien, la compasión y el perdón de mis pecados y mis sufrimientos tendré,
y estarán conmigo por todos los días de mi vida.

Y por fin, en la casa de nuestro Padre, mi Señor Jesús, viviremos por toda la eternidad.

Amén.


Salmo 23; Rey David
Adaptación por S. Raga







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