sábado, 9 de enero de 2016

¿Dónde estarás?


Te habrás preguntado tantas veces, ¿dónde estarás? si recuerda aquel amor que los unió, lo mismo hago yo, pero no recibo respuesta alguna, y recuerdo los momentos felices que más de un día juntos pasamos, y vuelvo a preguntar, ¿dónde estarás? ¿ella los recordará?, pero quedo en las mismas, haciéndome esas preguntas. 
Sin poder evitar, cada día es más fuerte la idea de saber dónde y cómo estarás, pero para mi las respuestas siguen siendo las mismas, la incertidumbre, la dolencia y el regreso a casa a recrear mis mejores recuerdos junto a ella...

_¡Hola!
_¿Qué pasó?
_¡Nada, por acá aburrido!
_¡Igual que yo!
_¡Menos mal que este fin de semana inauguran la feria, este año estará de pelos!¿no crees?
_¡A saber! Además ¿a quién le puede importar?
_¡Oye! ¿qué pasa con vos? Se levantó y como llegó se marchó, a Willy eso no le importó, él seguía con su pena, su agonía, su dolencia, su necesidad, su anhelo... Se levantó de las gradas de Don Mario, y se dió a caminar, iba cabizbajo y meditabundo.
_¡Adiós willy! alguien le gritó, pero Willy simplemente con una mueca le respondió, así paso ese día, días que para Willy eran iguales, sin rumbo ni inspiración, esperando que alguno de sus sueños se hiciera realidad, pero la depresión que se cargaba encima era para nunca lograrlo.

_¡Hola Oswaldo!
_¡Hola preciosa! ¿Cómo estás?
_¡Bien pero aburrida! ¡Oye que bueno que este fin de semana inauguran la feria, eso le dará algo de diversión a la palomilla! ¿no crees?
_¡Pues eso espero Muñeca!_¡Oye Oswaldo! ¿me preguntaba, si no me quieres llevar a la feria? ¡ya sabes que no me gusta ir sola a ningún lado! 
_¡Lo se Muñeca, pero tengo ya comprometido ese día! ¡Lo siento Muñe!
_¡Imagino que con Marcia, te trae de una! ¡Jajaja! ¡No te preocupes muñeco será otro día!
_¡Oye! ¿Y si le digo a alguno de los cuates para que te lleve!
_¡No! ¡Qué pena, no!
_¡Nadie sabrá que me lo has pedido! ¡Vamos hazlo por mi, pues me siento mal! ¡Mírate, andar contigo!, ¿quién no lo desea?, ¡yo porque ya me comprometí!
_¡Si, cómo ya probaste de éste manjar ahora quieres probar otro! ¡Eres un bastardo, pero te quiero muñeco!
_¡Está bien, pero hay de ti si me entero que le dices que yo te lo pedí!
_¡Te doy mi palabra! ¿Con quién te gustaría ir a la feria, más bien, quién te gusta, quién es el afortunado?
_¡Bueno!, pero, ¿prometes no decirle que me gusta, verdad?
_¡Te lo prometo! Oswaldo levantó su mano derecha, como compromiso de no divulgar lo que la Muñeca le confesaría.
_¡Bueno! le dijo tomándole la mano que aún Oswaldo tenía en alto, como símbolo de su promesa.
_¡Es Willy!
_¿En serio? ¡Mira que bien, pues ya hace días que lo veo mal!

Se dieron un beso en la mejía y Oswaldo se fue directo a su casa, la Muñeca hizo lo mismo. Al día siguiente.

_¡Buenos días doña Mirna!, ¿está Willy?
_¡Si m´ijo, entre quizá usté me lo saque de esa depre que se carga!
_¡Jajaja, a esta doña Mirna!
_¡En serio m´ijo, entre!
_¡Willy, te busca Oswaldo!
_¡Gracias ma´, dile que entre!
_¡Quiubo bro!
_¡Que hay!
_¡Oye, te traigo un notición, ojalá y no te niegues!
_¡Escupí el notición bro!
_¡La Muñeca me pidió que te preguntará, si te gustaría llevarla a la feria este domingo, para la inauguración! Willy sintió que su cuerpo se le aguado y que algo en él entró, que la vida le devolvió, su alegría no la pudo disimular, aunque claro que lo trató, pero la emoción era superior a él, era obvió para Oswaldo que Willy andaba cabizbajo y depresivo por no encontrar la manera de llegarle a la Muñeca y es que, ella era una chica muy linda, pero muy seria y con el único que había andado o había sido novia de toda la palomilla, ese era Oswaldo y de ahí con nadie más, a pesar de que casi todos se habían lanzado pero, a nadie había topado y eso tenía a Willy con depre, pues él pensó que le pasaría lo mismo que a todos los que tuvieron los blanquillos de acercarse a ella y declararse.

_¡Oye, claro que si! ¡Pero no le cuentes de que me emocioné cuando me lo contaste!
Oswaldo levantó su mano derecha y dijo.
_¡Te lo prometo bro! ¿Ya me conoces y sabes que cuando prometo algo, siempre lo cumplo, no te preocupes! Con la mano aun en alto dijo; -¿Entonces, le digo que llegarás por ella?
_¡Pues claro hombre!¡Y baja tu mano o te la bajo yo! ¡jejejeje!

Oswaldo salió de la casa, dejando a su amigo muy emocionado y feliz. Willy sacó la cabeza por la ventana que da a la calle y le gritó a su amigo Oswaldo.
_¡Oye, dile que como a las siete pasó por ella!
Oswaldo solo volteó y le levantó el dedo pulgar, indicándole que todo estaba bien.

_¡Madre ya vengo, vendré algo tarde, iré a la feria!
_¡Esta bien m´ijo diviértete! La madre de Willy vió al cielo y dijo; _¡Gracias mi Diosito! Pues vió el cambio de animo en su hijo Willy.

_¡Voy! gritó la Muñeca al escuchar que tocaban a la puerta de su casa, al llegar a ella, se acomodó todas sus bellezas femeninas, pues seguro que ya sabía que se trataba de Willy, pues Oswaldo le había contado como se había éste emocionado y que llegaría a las siete más o menos. Abrió y ambos quedaron como pasmados por unos segundos. -Debo decir que ella se veía impresionante con un su pantalón color blanco muy ajustado y un top rosado sin sostén, la imagen era más que elocuente, la chica que todos deseaban, por fin había elegido nuevamente a alguien del grupo, y ese chico, Willy, se sentía el más afortunado del mundo, de saber que le gustaba a la Muñeca, de él no diré nada pues que se puede decir de un chico... ¡nada!-

_¡Hola! ¡Qué puntual, eso me gusta de un chico! Y sonrió, esa sonrisa hizo que las estrellas del cielo despejado se le vinieran encima a Willy, éste dió un paso al frente y le besó la mejía, ella respondió muy entusiasmada, y aprovecho para disfrutar de la rica loción que Willy se había vaciado en el cuerpo para la ocasión.

_¡Hola! Dijo Willy muy nervioso, y agregó.
_¿Estás lista? ¡Wao, que bruto, esa pregunta ni se hace! ¿verdad?
_¡No importa y sí, estoy lista! ¿nos vamos? Cerró la puerta y desde adentro se escuchó la vos de la madre de ella.
_¡No regresen muy tarde! ellos rieron, pues tanta fue la emoción que ni siquiera se percataron de que la madre de la muñeca estaba ahí, a unos pocos metros y de cuerpo presente, ella, muy orgullosa de su hermosa hija.

Esa noche fue increíble, se subieron a todos los juegos mecánicos, jugaron lotería y se la sacaron una vez, el premio se lo regalaron a una señora quien estaba molesta por su mala suerte, comieron chucherías que se venden en las ferias, caminaron bajo la luna en medio de los pasillos de la feria tomados de la mano, rieron como hacía mucho no lo hacían, en fin, dos chicos en plena juventud, llenos de salud y de amor, uno con el otro, quien le gustaba tanto. 

_¿Nos vamos? dijo ella, cuando la feria empezaba a quedar vacía.
_¡Ya! dijo un ilusionado de Willy y caminaron sin soltarse de la mano; mientras caminaban por la calle se pillaron a Oswaldo, dándole un socón a su compromiso de nombre Marcia, compromiso para esa noche, al verlo ambos rieron con risa picara.
_¡Ese Oswaldo, es un tremendo! Dijo la Muñeca, y Willy lo vio con admiración, pues a Oswaldo siempre se le veía muy bien acompañado, las mejores chicas del barrio, todas tenían una historia con él, incluyendo a la misma Muñeca y eso ya era palabra mayor.

Cuando estuvieron frente a la puerta de la casa de la Muñeca, Willy, quien en todo el camino venía practicando y buscando las palabras perfectas para pedirle a ella que fuera su novia. Por fin, ella aceptó y se fundieron en el beso ansiado y anhelado, tanto por uno, como por la otra, un beso largo, el cual les subió la temperatura.
_¡Bueno ya me entro!
_¡Está bien! dijo Willy; pero la atracción era tan fuerte y la noche tan fresca, que se unieron una vez más en otro beso y luego otro y así hasta que les dió la una de la madrugada.
_¡Ahora sí me entro, ya es tarde!
_¡Está bien!, ¿me sueñas, eh?
_¡Con una condición! 
_¿Cuál? Dijo Willy
_¡Qué me vengas a ver mañana!
_¡Eso no lo dudes! Otro beso y se marchó para su casa, mientras subía para su casa, en las gradas de don Mario se encontraba esperándolo Oswaldo.

_¿Cómo te fue, Don Juan?
_¡Jajaja! ¡Gracias mi bro, te debo una! dijo Willy realmente agradecido.
_¡Para nada mi rey, solo te pido una cosa, la Muñe, es muy importante para mi, es una gran amiga, y te confieso que estuve enamorado de ella, pero ya me conoces, las chicas no me dejan tranquilo, que para no hacerle daño, mejor terminamos; no me la hagas sufrir, ella es una tremenda chica, te has sacado la lotería mi bro! Ésto ultimo se lo advirtió mientras se alejaba para su casa.

La siguiente semana se pasó muy rápido, como suelen ser los días para quienes se aman tanto, ese viernes por la noche, la Muñeca le pide a Willy.
_¿Vienes por mi mañana, para llevarme a la feria?
_¡Claro mi amor, nada me lo impedirá! 

Pero a veces el destino tiene otros planes para los que se aman, si lo sabré yo -pero esa es otra historias- y, para mis amigos, el destino al verles tan felices les iba a poner una prueba, para ver que tanto se querían.

_¡Buenas madre!¿Qué hacen todavía levantados?
_¡Tu hermano nos llevará a conocer el mar mañana! ¿te imaginas?, ¡nunca lo he visto, más que en la tele!
_¡Wao, el mar! Dijo Willy, quien tampoco lo conocía, ésta era una gran oportunidad para conocerlo.
_¡Madre! y, ¿podré ir yo?
_¡Pues claro m´ijo la invitación es para todos! Dijo doña Mirna toda emocionada mientras cocinaba frijoles y huevos duros.
_¿A qué hora regresaremos ma´? Doña Mirna sonrió, pues sabía el porque su hijo le hacía esta pregunta.
_¡A eso de las seis de la tarde ya estaremos de vuelta m´ijo, a más tardar a las siete, pienso yo!

A la mañana siguiente, a las seis de la mañana salieron la familia de Willy y él con rumbo al puerto; y se la pasaron increíble. Cuando dieron las cuatro de la tarde se dispusieron a retornar, y así lo hicieron, Willy se sintió aliviado pues cabal saliendo a esa hora a las seis estaría en casa, pero en el camino de regreso se les pinchó un neumático, les llovió como si fuera el diluvio, eso provocó que un trailer volcara y detuviera el transito por casi dos horas y mil cosas más, que cuando regresaron a la casa de Willy hasta la feria estaba cerrada y los de la feria durmiendo, el resto del barrio ni se diga, a excepción de Oswaldo, quien estaba muy cansado y sentado en las gradas de don Mario.

_¡Buenas noches m´ijo, ya es tarde vallase para su casa! dijo doña Mirna a Oswaldo.
_¡Buenas doña Mirna, ahora me voy!
_¡Oye pendejo! ¿qué te dije ayer? Le reclamó Oswaldo a Willy, muy molesto.
_¡Lo sé, pero nos pasó una serie de eventos, si lo hubiera sabido no habría ido, pero no conocía el mar, era mi oportunidad, a las seis deberíamos haber regresado, pero no se pudo, pero creo que ella me entenderá!
_¡Yo te entiendo, pero la Muñeca es muy especial, ella no te la pasará amigo, mejor ni la busques, date por cortado hermano! Ésto lo dijo mientras se iba, e iba muy molesto, quien mejor para conocer a la Muñeca que Oswaldo, quien conocía a todas las chicas del barrio. 

Al día siguiente, a primera hora cuando le fue posible Willy, llegó a casa de la Muñeca, tocó y quien abrió fue su señora madre, quien le explicó a Willy que su hija se había ido unos días con su hermana, por cierto muy molesta, le agregó. Willy sintió, tal cual la noche que sintió que se le vinieron las estrellas encima, ésta vez se le vino el mundo encima. 

Pasaron los días, la feria llegó a su final y el campo quedó otra vez vacío como se encontraba el corazón y la vida de Willy, el tiempo siguió su camino sin nada que lo pudiera detener. 
Un día, la familia de la Muñeca se mudo de barrio y ella no volvió de casa de su hermana, hubo quienes dijeron que ella se fue para los USA. Lo cierto es que Willy nunca más supo de la bellísima de la Muñeca.

Hasta el día de hoy que me he encontrado con willy, él se pregunta... ¿Dónde estará? 
Willy, nunca se casó, pensando siempre en el amor de su vida, a lo mejor ella fue muy radical, pero de que las hay las hay; maneras de pensar que uno nunca entenderá, pero de que sucede sucede. Pobre de Willy. 

Un día, convergimos con Oswaldo, quien por cierto, ya va por su tercer divorcio y a pesar de que es un viejo pelón y panzón, sigue teniendo el mismo pegue con las mujeres, tomando las cervezas tanto Willy como yo, le preguntamos si no sabía nada de la Muñeca, pero lo único que hizo, fue levantarse y se fue, sin emitir un solo sonido, detrás de él unos niños gritando; _¡¡papi, papi!!

_¡Bueno amigo, te veré otro día! ¿Te parece? ¡siempre estaré par vos, ya lo sabes! le dije a Willy y mientras me alejaba del lugar en donde nos encontrábamos, Willy me gritó ya muy tomado claro. 
_¡¡Sergio, amigo!! ¡¿Dónde estaráaa?! 

Yo no le respondí, solamente sentí pena por él y me fui para mi casa...

Ésta historia esta dedicada a mi amigo Willy, quien aun sufre; y para la bella Muñeca.
Por si de casualidad lees ésto, te digo: "Aparece y dile a Willy, dónde estás."



Tomado del libro: "Historias de un adolescente tímido 2" de S. Raga



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