viernes, 11 de marzo de 2016

Meditando o muriendo de Calor


El verano había llegado y las calles eran desiertos, de cuyos asfaltos se levantaban ondas de vapor, daba la impresión como si en el infierno tenían un asado de carnitas humanas; el sol se reía de los pobres mortales, pues a kilómetros ni señal de una sola nube que llegara al rescate y cubriera por un rato al sonriente y encendido sol. Yo, mientras, me encontraba en casa, recostado sobre mi cama imperial, la cual por más que yo deseaba levantarme para prender el bendito ventilador, mi sudor no me dejaba, pues era el pegamento más poderoso y me tenía ahí pegado a mi imperial, el bendito ventilador se encontraba como a cincuenta centímetros de mi brazo, que si pudiera levantarlo y alargarlo llegaría hasta el interruptor, el cual permanecía en off; ese sería otro inconveniente, ¿tendría las fuerzas necesarias para lograr mover dichoso switch? Giré la cabeza, pues, era lo único que en mi tenía movimiento y no se por cuanto tiempo, pues de mi melena escurrían gotas de agua, como si se tratará de mujer menopausica en una de sus subones de temperatura. Maldición, la condenada ventana esta cerrada; ¡sí, es cierto! anoche hacía tremendo frío, ¡ah desgraciados y malditos industriales como están matando a mi planeta! y lo peor, yo no recibo ni un dividendo de los millones que ellos se montan a sus cuentas, ¡desgraciados bastardos!, me pregunto ¿sabrán que los millones que ya tienen no los podrán utilizar en esta vida? ni aunque tuvieran siete vidas, como las del gato de mi vecina, por cierto, ¿dónde andará condenado portador de alergias? ojala ni se asome por acá pues, así se cagaría en mi... Giré la cabeza hacía el cielo de mi cuarto y me dije: ¿quien fue el pendejo que dejo encendido el foco?, pero de una reaccioné, ¡ah, si fui yo!, y eso que mi próstata esta joven, pero cuando me levante aun estaba oscuro, pero tenía tanto sueño que regresé y me dormí, olvidé apagar el foco, ¡ah! ya recuerdo, soñaba que ya me meaba y si no me levanto, seguro me hubiera meado en la cama, al cabo de cuentas ahora estoy casi meado por el sudor que tiene todo mi cuerpo. Desgraciado foco es 100 Watts y para acabarla de cagar es incandescente el desgraciado, pues no me alcanzó para comprar un ahorrador, lo ideal sería uno de leds pero ahí si me quedo en la calle; ese condenado foco prendido hace que haga más calor aquí adentro. 

Por un rato me desmayé ¿o me dormí? para el caso era lo mismo y tuve unas horribles pesadillas, las cuales me hicieron sudar el doble, me desperté de romplón y ni así me levanté, el pegamento si que es fuerte. Seguí viendo al foco y lo hacía frunciendo el seño; otras, abriendo bien los ojos, como quien dice, pelando las pepitas; en otras, cerraba con fuerza mis ojos, pero siempre con dirección al condenado de 100 Watts. Lo que deseaba hacer, era destruir el filamento de dicho foco con mi poderosa mente, pero el calor impedía que mi poder llegará hasta el bombillo.  ¡Ya sé! me dije, la pistola de la feria, condenada, esta en la gaveta de mi buró pero ésta, está cerrada y no tengo fuerzas para abrirla sino te iría horrible bombillo, como los de la feria dela año pasado. Exhalé y lo hice por bruto, pues de mi cuerpo el aire que salía estaba más caliente que el del medio ambiente o sea, contribuí a recalentar otro poco más mi cuarto. Por cierto, ya le hace falta una manita de pintura a mi techo, tiene tantas manchas... ¡Jajaja! es que somos potentes ¿verdad amigo?, ¿dónde estas hoy, no te has despertado? bueno por ahí estarás, con este calor será moco de chompipe me consolé. Pero sí, habrá que hacer algo con el techo, menos mal que mi madre solo mira para abajo, sino y a me abría sacado a ella misma, ¡la suya! no, perdón madrecita, se me salió por instinto. 

Por fin, la muchacha tocó a mi puerta, gritando por ordenes de mi madrecita: ¡Levántese joven! que va siendo hora de almorzar, ¿cómo aguanta ahí encerrado con tanto calor?, dijo; y luego se fue. Por más que le grite: ¡Chilita!, ¡Chilita! pero no escuchó la sorda condenada, ella me habría encendido el ventilados y apagado al condenado foco y de paso me abría ayudado a levantarme; pero bueno, ya regresará. ¡Dios, qué calor más condenado! ¿acaso ya perteneces al otro bando que nos quieres asar?... ¡Hay no, perdón Dosito! no me castigues, me santigüe y empecé: "Padre nuestro que estas en el cielo santificado sea tu nombre..." recé dos padres nuestros, hasta que de nuevo me quedé dormido. 
Pero quedarme dormido era peor que estar despierto, pues solo soñaba pesadillas. Maldición, por poco y me agarra ese hambriento zombie; todavía y la que venia atrás de él, esa si que estaba como para comérmela yo, y no ella a mi, ¡jejejeje!

Afuero se escuchó un chiflido, era el llamado para reunión en el árbol de don Mario, pero por más que quise, no logré levantarme; luego de unos chiflidos más y de escuchar el ruido de un motor, me recordé; ¡Por la gran puta! si hoy nos largávamos al puerto y con nosotros, las mamitas de la fiesta de anoche; maldición ya me quedé sin fin de semana, con arena, chelas y viejas ¡bien buenas! El calor ahora estaba sobre los 40 grados a la sombra, nunca antes en la historia se daba tal temperatura; ¡era el infierno! eso lo escuché en la radio que prendió la Chilita con esa su música cholera, ahora menos me escucharan allá afuera. Me quedé privado otra vez, bien cuajado, esta vez hasta ronqué, y por la comisura de mis labios, tremenda baba que se mezclaba con mi sudor salado, mientras dormía plácidamente, por alguna hendidura se metió un mosquito, esos que ahora tienen silenciador y hasta inteligencia; condenados, ellos han evolucionado y nosotros seguimos iguales de pendejos y lo digo por estos idiotas que saben que aun podríamos hacer algo por nuestro planeta y no hacen ni mierda, me pregunto: ¿Qué harán con sus millones? cuando ya no haya planeta a donde vivir, ni como lucir sus millonadas, ni nada que comprar, ni que matar. ¡Pendejos, hagan algo! ¡salven el planeta! ¡que no les pertenece solo a ustedes! 

Para luego ya recuperado; entoncés ya puedan otra vez cagarse en él, extinguir especies que sobre vivan a este maldito clima. Pero eso idiotas que van a entender, dinero y más dinero quieren, que ellos no podrán terminárselo jamás y sus hijos, que son aun más estúpidos que ellos, con todo ese dinero, esos chicos de plástico, esos pendejos hijos de papi y mami; ¡si van a darle el tiro de gracia a mi planeta amado!... ¡DESGRACIADOS BASTARDOS! 

Era fácil que diera conmigo el avanzado mosquito, pues apenas si tengo como cien libras de más y la visión térmica en mi, es como la de un cine I max. Desde que al cuarto entró seguro se dijo: ¡Gracias Dios mio! con este, como y me sobra para el resto de mi vida y se dejo ir contra mi hermosa panza, la cual se mecía, eso lo favorecía al condenado pues ademas que de mi se alimentaba se adormecía con mi movimiento natural y además con mis ronquidos, como que sintió sabor a caca en la sangre de mi pansa y como de que no, si estaba sobre mi colon irritado, seguro la hipodérmica alcanzó la mierda del intestino, que voló escupiendo por toda mi hermosa y grandiosa existencia la mierda succionada y se colocó sobre mi boca, ahí se echó la ultima vomitada, desgraciado, todo me untó de mierda la boca, exagerado soy pero por fin mierda y aunque sea mía, pero mierda al fin. Al final de cuentas se elevó con esas alas de drom y mi rostro sobrevoló, en total silencio lo hizo, como si se tratara de gringos pendejos controlando allá en el Medio Oriente en busca de terroristas, creo que hasta sobre mi cara dibujó para la estrategia adecuada usar; entonces tomó su decisión y se metió en uno de mis orificios nasales, pero de una salio, pues, primero; ll hedor de mi boca por una caries que no he tenido tiempo ni money para extraerla, pues no creo que se pueda hacer ya nada por ella, si ya hiede a cadáver de un mes. Se metió en mi nariz y ahí se encontró con tremenda defensa; pelos y  mocos verdes, muy verdes y que no se lo piense ir a mis oídos, porque ahí ni Alibaba podría entrar. Pero salió de ahí como si se hubiera parado en popo de perro y sobre lo que debió haber sido un bello mostacho se limpió las patas y como eran muy verdes, siguió limpiándose por mis rosadas mejías; hasta que llegó a mi parpado, el cual se movía como serpiente bajo alfombra, pero digo anaconda sobre mi despercudida y traslucida alfombra, y el desgraciado me metió con ganas la hipodérmica y como dije que era alérgico y el condenado aguijón por llamarlo de alguna manera, me llegó hasta mi ojo verde. Pues, se me olvido presumirles que tengo uno verde y el otro como más verde, como verde musgo, soy de ojos bicolor, uno de un color y el otro de otro más oscuro... ¡Hermosos!, lo bueno es que tengo vista 20/20. 

Y que se me va hinchando el ojo y el ardor o picor, hizo que me despertará, pero lo que más me encolerizó, era que esta vez no soñaba con una pesadilla, sino con una de las chicas que me perdí en la playa; me encontraba sobre ella y ella se hundía en la arena de la playa pidiendo auxilio, yo le decía; ¡tranquila chiquita, es que soy de pie grande! pero creo que ella se ahogaba y no gritaba por el armamento que la naturaleza me dio, ésto soñaba cuando me despertó el malvado mosquito y esta vez fue tanta mi cólera, que si logré sentarme y me di el manotazo sobre mi ojo ya hinchado que creo me lo hinché más y salgo tras condenado panzón y negro mosquito que ahora si lo escuchaba y no es que haya desactivado su silenciador, más bien se burlaba de mi; lo seguí y por la rendija de la puerta vi que se metió, la abrí y le dije, gritando por la cólera que llevaba encima: ¡Hasta aquí llegarás maldito zancudo, tus segundos están contados, hoy moriráaaaas! Pero la Chilita al verme como energúmeno gritó:
¡¡Dios mio, noooooooo!! Y se cubrió los ojos. Yo le dije: 
¡¡No temas Chilita, que este ya no se la meterá a nadie más!! 
Pero mi madre me trajo al control y me dijo dándome tremendo escobazo en mi parte baja. 
¡¡Depravado!! ¡¡Anda a vestirte al cuarto, vos y esa tu mierda parada!!



                                          The End 

El Fin en ingles; pues solo a los gringos se les ocurren babosadas como estas, por eso es que tienen tanto pisto para sus guerras inventadas y para terminar con nuestro planeta.





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