Rara mezcla que solo se encuentra en mujer latina

Mirada fría sobre un rostro tierno.
Labios pintados con fuego sobre un rostro tierno.
Sonrisa sensual sobre un rostro tierno.
Rara mezcla de la mujer latina.

Cuerpo de amazona, con un rostro tierno.
Curvas pronunciadas en caderas, 
con un rostro tierno.
Senos en diferentes tallas, pero exóticos, 
con un rostro tierno.
Rara mezcla de la mujer latina.

Caminar ondulante 
a consecuencia de pronunciadas caderas 
pero, con un rostro tierno.
Rara mezcla de la mujer latina.

Senos exóticos, sensuales y relajados, 
que se amotinan en la blusa desabotonada 
dejando asomarse sobre suave tela 
dos pezones siempre hinchados 
como si estuviera excitada,
con un rostro tierno.
Rara mezcla de la mujer latina.

Pies pequeño y regordete de dedos largos 
siempre con pedicura 
y pintados de colores alegres,
con un rostro tierno.
Rara mezcla de la mujer latina.

Brazos delgados que se hamaquean, 
dando tumbos sobre sus bellas caderas,
y en las uñas de sus dedos 
con colores brillantes, llamativos y alegres, 
pero, con un rostro siempre tierno.
Rara mezcla de la mujer latina.

Mujer latina, 
con mirada fría, calculadora,
seductora y llamativa.
Con la cara sin maquillar, 
pero en los labios el mejor carmín 
y sobre sus ojos dos pestañas 
que parecieran ser postizas.
En sus mejillas, 
el rubor que la naturaleza le dio,
que aparece, 
como cuando algo te ruboriza 
y se nota sobre tu piel cobriza.
Senos de deferentes tallas, 
pero todos por hombre deseados,
no por tu blusa desabotonada 
y a la cintura atada, sino, 
por la rigidez de pezones 
que siempre rezan al cielo.
Caderas redondeadas, 
envidiadas por mujer caucásica
y deseada por hombre blanco, 
nórdico y europeo.
Eso por la parte de atrás; 
pero al frene, 
se destaca la rigidez de un vientre
sin duna alguna plano y en él, 
bello ombligo 
que es lo único que lo decora (adorna).
Piernas alargadas, 
firmes, redondeadas, músculos naturales
con la fuerza de atrapar 
a cadera masculina y hacerla ceder,
por la fuerza y sus movimientos.
Pies y manos, 
con pedicura y manicura perfecta y natural,
en las uñas, miles de colores 
que contrastan con su oscura piel,
alegres como es su corazón.

Pero, siempre con un rostro divino, 
tímido, tierno e inocente; 
como si el tiempo se detuvo 
y nunca dejó, ni dejará 
que sea mujer, 
siempre lucirá, como un rostro de niña. 

Rara mezcla... Que solo se encuentra en la mujer latina.