jueves, 17 de marzo de 2016

Tristes Momentos (Las canciones de mi vida)

"Tristes momentos yo pasé cosas que nunca imaginé y esa noche al encontrarte revivieron los recuerdos porque nunca te olvide estaba tan linda como un sol en el mas bello atardecer pues tu belleza no ha cambiado el tiempo la a acompañado ahora es toda una mujer pero al acercarme a tu lado y tu acompañada se cruzaron tres miradas diciendo esto no puede ser tu sonreíste y yo tambien trataba de disimular porque comprendí que ya no eras mía y que de nuevo te perdería..." R. Carlos.

Unas horas antes...

El café sobre la mesa estaba intacto, ya no humeaba, la vista del individuo se perdía, metida en el negro del café y en su rostro la amargura que únicamente puede dar el recuerdo de un lindo amor que por algún motivo la vida de tu lado arrancó, en su mente o en la negrura del café se revivían momentos de cuando estuvo con ella... 
Risas y besos, carreras en los campos y parques dejándose alcanzar para luego de alcanzarla y de tomarla entre sus brazos por la cintura y darle vueltas en el aire, ella suplicando que la baje pues la podría tirar y luego, ellos, los dos rodaron por la verde y suave grama como dos niños, aquellos para los que el tiempo es relativo o simplemente no existe, más tarde besándose en el coche apasionadamente hasta dejar los cristales empañados, luego terminar lo que en el coche empezaron en el cuarto de alguna habitación de un bello hotel. 
Mientras estas imágenes le devolvían una sonrisa ilusionada y el corazón latía de nuevo como ya en algún tiempo lo hizo, su vista borrosa le daba paso a la imagen, aquella de un triste momento, cuando en el mismo coche que tanto les sirvió como escenario y preludio de amor tambien sirvió para llevar acabo una pelea. 
Ella descompuesta y él tratando de detenerla, pero para ella todo lo bonito se había terminado justo en ese triste momento y por más que él trato de detenerla, ella con la cólera y el orgullo vencido y corriéndole por la sangre, salio del auto y la puerta le somató y luego de ello, ella corrió; en su rostro miles de lagrimas le recordaban lo que había terminado con una bella historia de amor, detrás de ella quien aun corría, él, arrepentido y muy asustado le daba alcance, pero al tomarla por el brazo ella sucumbió y al suelo fue a dar y ahí quedó tomándose la cara con una llanto ahora aumentado; pidiendo que por favor la dejara en paz, mientras los transeúntes simplemente pasaban como simples y extraños espectadores de una pelea de enamorados y al ver el cuadro seguía con paso apresurado pero sin dejar de observa a la chica rendida y sin fuerzas sufriendo sobre la banqueta, mientras que el otro cuasi hincado, pidiendo perdón, que todo era un grave error; pero ella daba manotazos a cada caricia que él deseaba obsequiarle al ser que tanto amó y amaba, hasta que por fin él entendió que no era más que un triste momento y que todo estaba perdido y sin retirarse se calló y paso a ser otro espectador. Fue en el momento preciso que ella dejó de llorar y ya solo sollozaba y con el maquillaje sobre todo su rostro, se puso de pie, viéndole con odio y tristeza, dos sentimientos que te da el desamor; al estar completamente puesta en pie, ella se marchó por aquella calle que el tiempo habría de borrar más no así la historia de amor que ahí terminó. Mientras él observaba como se marchaba de su lado la mujer que amaba más que a su propia vida, pero por lo mismo, él la comprendió y la dejó marcharse. La vió caminar hasta que la calle se la comió y ella desapareció; de aquello ya hace mas de diez años y nunca más supo de ella, ni ella de él. 
Ella siguió su camino y él se quedó clavado en ese triste momento, la vida es así, desde entonces él ha llorado por su amor. 
El tipo seguía con su rostro sin color, demacrado por el dolor, viendo fijamente el café que lo acompañaba como siempre lo ha hecho desde tanto tiempo, pues jamás la ha olvidado. 
Pero, algo pasó esa noche, una sonrisa lo hizo reaccionar que a su rostro cambió y su alma a su cuerpo le regresó. Al lugar entraba una hermosa mujer, muy bien arreglada, pero más madura, la madurez que el tiempo le dió, él levantó cuidadosamente su rostro, pues casi carecía de fuerzas y al voltear hacia el lugar de donde provenía aquella sonrisa para él muy conocida, muy familiar y tambien ansiada por él, su rostro se encendió y la alegría le regresó a su cuerpo y su corazón latió como cuando la conoció, como cuando la vió por primera vez y sin pensarlo hacia ella su cuerpo y alma lo llevó y de esa manera comenzó una amistad que luego los llevó a un tremendo y grande amor. 

Sí, era ella, los ojos de ella lo vieron, seguramente guiados por su corazón, ella tambien sintió cosas que no imaginó, al encontrarlo después de tantos años, diez para ser exacto, él la vio y los recuerdos les llegaron a los dos, a él porque nunca la olvido. Ella estaba linda, tan linda como el sol de un bello atardecer, pues su belleza no ha cambiado solo que ahora ya era una completa mujer, mujer radiante y feliz, quiza sin recordar ya lo pasado con él; triste momento él paso pues, cuando a su lado se acercó lleno de felicidad esa felicidad se convirtió en un triste y raro momento, por que al estar acompañada se cruzaron tres miradas diciendo no puede ser, ella le sonrió y él tambien le sonrió tratando de disimular, por que sintió que ella no era más de él y que otra vez se iría, otra vez se va marchar pero sin él, pero junto al tercero con quien ella llegó acompañada y asi fue. 
Hoy llora por su amor que ya hace mucho él perdió, hoy aún sentado frente a su tasa de café, pues la vida le enseñó que el tiempo de su amor ya pasó para sus pensamientos, pero que seguirá vivo en su corazón, pues ahí aun radica aquel bello amor que por ella él sintió y que aún hoy siente.  Y que ahora, ella otra vez seguirá su camino y él se quedará como siempre ahí, pues su amor es algo para recordar y nunca olvidar. 
Ahora sobre el café se quedará tambien grabado junto a los otros tristes momentos, este triste momento, cuando ella le sonrió y él con esperanzas tambien le sonrió, pensando que la vida me la regresó, pero no era así, porque cuando estaba frente a ella se encontraron tres miradas, que gritaban; esto no puede ser, un recuerdo más que por siempre lo atormentará. 

Es así, hoy llora por su amor, quien sabe si ella por él, pero ese amor ya pasó al menos en su pensamiento, más no en su corazón, aunque tiene la esperanza de que por lo menos ella lo recordará, pues ese amor que ya juntos vivieron es para no olvidarlo jamás...





Historia de R. Carlos y S. Raga

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