jueves, 31 de marzo de 2016

Un regalo de los dioses del Olimpo (publicación 900)


Mitad hombre y mitad mujer, los llaman bisexuales, pues pueden hacer el amor con hombre o mujer.

Eso si fuera un bisexual normal, pero yo que lo conozco bien, esa su dualidad, mágica habilidad que un dios del Olimpo le heredó por un favor, si que lo sabe utilizar, a mi me fascinó conocerlo, pues supo conquistar mi corazón. 

Utilizó sus habilidades de mujer para poder entenderme y equivocarme y redondita que caí, pues al tenerme cautivada cambio a hombre y me sedujo como el más grande de los ángeles o quiza demonios.

Llegó a mi una tarde, seguro me vio y me siguió. Es rubio, alto y flaco, parecía alfiler, eso me pareció, que hasta en gracia me cayó. 

Pobre ingenuo, me dije, piensa que me fijaré en él, pero al verle directo a los ojos, creí ver tierno querubín y destellos de luces neón, que enseguida me cautivó y me interesó. 

En el momento que él se presentó, confianza me dió, claro utilizó su lado femenino que hasta mi mejor amiga lo creí y sin darme cuenta, todos mis secretos le compartí. 

Ya con esa información, su rostro cambio y apareció el ángel o demonio y me enamoró, me hizo como nadie el amor, sabía bien donde tocar, donde acariciar, cuando en mi entrar y ya adentro de mi, los movimientos eran perfectos. 

Orgasmos, detrás de uno, otro y otro, en el cielo me sentí, mientras me poseías vi reflejos de oro en tus ojos, pero solo era el éxtasis que sentía por ti.

Luego de conocerle bien, algo en mi me dijo, ten cuidado con tu corazón, no te enamores, pues podrías quedar destrozada. 

Para mi una nueva sensación y con gran emoción seguí con él, pues era algo que me atraía tanto, pero un descuido tuve y me destrozó, me dije no es él, es este mundo material, seguí jugándome todo por él, te juro que un día hasta alas le vi. 

Eso me sedujo más, que un ángel lo creí, pero me equivoqué pues demonio fue, siguió su camino cuando consiguió todo lo que quiso de mi y ahora no puedo olvidarme de él. 

Aunque me dicen ya no llores así, ya no llores por él, déjalo ir, otro vendrá que te lo hará olvidar, pero lo se muy bien, que nadie podrá hacerlo pues ese flaco no es de este mundo es algo sobre natural. 

Me dejó de recuerdo su implemento, ropa que conmigo usó, llenó esta mi closet de recuerdos, segura estoy que no volveré a verlo jamás. 

Solo pienso que ahora estará con otra, conociendo la oscuridad de esta ciudad y disfrutando de su lado macho, pues el lado femenino ya la hizo su mejor amiga y ahora él conoce todo de ella, como lo hizo conmigo. 

Si pudiera llegar hasta el Monte Olimpo y pedir una solución para poder olvidarme de él, pero ahí el aire es casi irrespirable y podría morir, aunque cual sería la diferencia, pues hoy muero por él, sin él. 

Si pudiera volver a verlo, encontrarme con él, solo para verlo, visito los lugares que juntos compartimos, siempre viajo muy alerta y cuando veo algo brillar como el oro, creo que lo encontré. 

Me sucede tambien al caer la noche y se encienden las luces de neón, pues recuerdo que eso en sus ojos vi o cuando visito una iglesia y veo los pequeños angelitos, lindos querubines, me recuerdan a él. Lo sé, ya no podré olvidarlo jamás.

A veces me consuelo pensando que, por lo menos lo tuve para mi un corto tiempo, feliz fui, lo extraño a mil y aunque sufro y aun lloró por él, algo sé, que en él dejé y que un día me recordará pues yo lo haré hasta el ultimo día de mi vida. 

Rara experiencia, pero me alegro de haberlo conocido y compartido esos bellos momentos. 

Por las noches salgo a mi balcón y veo en el firmamento brillar a tantas estrellas y pienso una de ellas debe ser él y así paso largas horas, observando el cielo estrellado y tocándome la piel, pidiendo deseos que jamás se cumplirán, lo sé, al ver alguna estrella fugaz como lo fue su tiempo junto a mi. 

Nadie me creerá que exista ser así, mitad hombre y mitad mujer, ángel o demonio, don que le dió algún dios del Olimpo, tuve la suerte o desgracia de encontrármelo, me amó y fui feliz. 

Veo al cielo tratando de orientarme hacia donde él estará hoy, a quien hará dichosa esta noche, si de algo estoy segura es que esa no seré yo. 

Regreso a mi habitación y abrazo su saco gris, el que le regalé, bello que se veía con el.

Ahora debo seguir mi vida, sin él claro, conoceré de nuevo al amor no tengo dudas, pero a nadie como él, amante y mejor amiga, hombre que conoce todos los secretos de mujer, pues tambien lo es. 

Dichoso obsequio que le heredó algún dios del Olimpo.


Continuará....

No hay comentarios.:

Publicar un comentario