miércoles, 11 de mayo de 2016

El Gran Viaje


Las maletas al pie de la cama, listas para el gran viaje, uno con boleta de ida nada más,
maletas vacías pues eran simples símbolos, el individuo veía su reloj preocupado de que en cualquier momento llegaría su taxi para llevarlo al aeropuerto en donde tomaría su vuelo sin escalas ni retorno, vuelo directo ¿creo le llaman?, mientras esperaba hacía balance de lo bien que le había ido en su estancia en aquel bello lugar, un lugar del planeta, el cual no pudo ser mejor; dirigiéndose hacia su cama para esperar al taxista que no tardaba en llegar, recostado boca arriba se decía: _Lastima que mi contrato en esta bella ciudad expiró. Y luego suspiró, continuó pensando, pues si se pudiera prorrogar sin pensarlo dos veces volvería a firmarlo y hasta con los ojos cerrados. Bello trabajo, lugar de tantas alegrías y penas, lugar en donde conocí a mi amada esposa quien seguro ansiosa me espera, lugar en donde tuve a mis amados hijos, cómo los he de extrañar, deseando que su contrato en nuestra empresa no expiré tan pronto como el mio y que dure mucho, que logren ascender hasta puestos importantes como lo hice yo. Tomó otro suspiro, éste mucho más profundo que el anterior. 
No se si volveré, nunca supe de alguien que luego de irse regresara, pero en cuanto llegue averiguaré si podré volver pues a mi me fascinó este lugar y quiero regresar, ojalá se me permita; esto lo dijo con una lagrima en sus ojos, seguía postrado sobre su cama a la espera de quien lo conduciría hasta el terminal. Por un breve instante quedó privado, simplemente recordando y soñando con algún día especial mientras llegaba el momentos que hoy lo tenía un poco deprimido y con nostalgia recordando todos aquellos momentos que le tocó vivir. 
Se escucharon tres golpes en la puerta, secos y profundos, parecía que quien tocaba lo hacía con insistencia y utilizando unos huesudos nudillos o algún objeto duro que había empleado para hacer los tres golpes a la vieja puerta de madera apolillada que lo resguardará en el cuarto que esperaba, sin moverse del lugar tan cómodo y menos, con tanto bello recuerdo en mente, pero conociendo de quien se trataba se quedó otro rato más ahí sin emitir sonido, ni darse por enterado de quien con insistencia habia golpeado a la puerta; quien llegó tocó de nuevo, esta vez golpeó mas fuerte, como indicando molestia por no escuchar respuesta a sus golpes, fueron de nuevo, tres golpes secos y profundos pero mucho más fuertes que los anteriores. 
El individuo pensó: -Ya es la hora. Se notó que su tristeza le invadió y una extraña sensación a su cuerpo le recorrió, suave y tímidamente, como quien no quiere la cosa, preguntó desde donde se encontraba acostado.
_¿Quién es? ¿Quién toca con tanta insistencia? Del otro lado se escuchó una voz que le retumbo en sus oído, una voz tosca y fuerte, sin consideración alguna y con mucha prisa, eso era evidente.
_¡Soy la Muerte! ¡es hora, no me hagas perder el tiempo!
_Está bien ahora voy, deja que me despida. 
_Date prisa, pues debo recoger a otros que deben irse ya.
El individuó se levantó, pero esta vez nada le costó, lo hizo como en sus mejores momentos, sus tiempos de juventud, al estar de pie vió sobre su vieja cama al cuerpo que lo movilizó por casi 85 años, el que lo trajo y llevó por los caminos maravillosos de la vida, una vida que la había vivido muy bien.
_Gracias amigo, ahora regresarás a donde perteneces y yo haré lo mismo, fuiste un buen amigo no puedo quejarme de tí. Adiós, ni siquiera sé si te volveré a ver, jaja, seguro que no, pues tu destino será ser de nuevo lo que un día fuiste, tierra o polvo. 
Sin tomar las maletas que yacían junto a la cama, vacías como cuando llegó, así se retiró, la puerta vieja tampoco se abrió solo la atravesó y por fin, se vió cara a cara con la Muerte quien al verlo, lo vió fríamente, se dió la vuelta y caminó hasta donde estaba el vehículo que los transportaría. 
El individuo, ya sin miedo, avanzaba detrás de Ella y mientras lo hacía se dijo.
_Nada que ver como siempre pensé que sería.
_¡Claro que no! No soy ese esqueleto metido en atuendo negro y esa rara herramienta medieval en mis manos. Dijo muy molesto, no soy tan malo después de todo ¿verdad? ¿O, acaso no te sientes bien, mucho mejor?
_La verdad que sí, me siento como nuevo. Dijo un tipo emocionado, quien se apresuró y se colocó al lado de Él y muy amigablemente le empezó a preguntar todas las dudas que mortal ha tenido durante toda su existencia.
_Oye, ¿amiga o amigo ?qué eres?
_¡Jajaja! Sonrió la Muerte.
_Al lugar que me llevas es lindo o, ¿iré al infierno? ¿Por qué si hay un cielo y un infierno verdad?
_¡Jajaja! Sonrió de nuevo.
_¿Crees que podré volver?, la verdad me gustó mucho vivir la vida.
_¡Jajaj! Sonrió,  pero ahora con más entusiasmo.
_Pero di algo, deja de reír ¿te estás burlando de mi?
_¡Jajaja! Sonrió de nuevo.
_Oye, ya me estas cansando, ¿responderás a mis preguntas o qué?
_¡Jajaja!...






No hay comentarios.:

Publicar un comentario