martes, 31 de mayo de 2016

El Rapto (Poesía de erotismo light)


Con cuidado siempre voy, pues he notado que hay alguien que me sigue de día 
y de noche me observa, aunque usa lentes oscuros, de ellos sale la lujuria 
con la que me ve, sé que me desea.
Una mañana, mientras me bañaba en el reflejo de los azulejos logré verlo, 
que me obserba por la ventana y mientras lo hacía yo le vi un movimiento raro 
será que se estaba masturbando.
La otra tarde, cuando subi a mi auto, de entre un tragante, vi que un rostro conocido 
veía mi calzon uno todo calado, que bueno que me había rasurado, sino tremendo
susto se habría llevado. Pero enfermo ¿qué hace ahí metido? 
En otra oportunidad que mi auto lleve al taller, me subí en el autobus 
y detras de mi, con gabardina larga y sombrero raro y sus mentados 
lentes lujuriosos tambien. 
Abordé al bus, caminé por el pasillo y no encontré un lugar vacío, 
me toco que ir de pie, pues por lo visto nni un solo caballero, carecía el autobus 
a excecpcion del chofer, pero bueno. 
Al paso de unas cuadras el bus se completó y a mi espalda un bulto raro sentí 
pegado a mi nalga, por el cromado tubo del que me agarraba vi 
al tipo de la gabardina, muy exitado, topandose y sobandose 
contra mis redondas nalgas. 
¡Oiga! ¿qué le pasa? Le dije indignada y tambien exitada, pues estaba galan 
el desgraciado y le dije al chofer en la siguiente parada. 
Al decir eso, me recorde del tipo de la gabardina y sombrero raro y lujuriosos lentes oscuros. Camine unas cuadras para llegar a mi destino, pero en cada esquina el de la gabardina 
¡Dios mio! el tipo me sigue y yo en estas fachas, me vi frente a una vitrina y la verdad 
no me veía tan mal, lo malo fue ver una extraña mancha en mi nalga expuesta y violada 
adentro de ese bus tan lleno. 
Saque una toallita humeda y me la sobe que hazco me dió, segui mi paso 
pero en la siguiente esquina de un callejon vacío un auto con el motor encendido 
y las puertas abiertas, eso fue lo ultimo que vi, pues en eso todo se torno negro 
y metida en una bolsa y con las piernas hacia arriba, ¡Raptada por alguien fui!  
Sentí cuando me colocaron suavemente y sutilmete en un auto, yo pensé 
seguro era el que tenía las puertas abiertas.
Luego, recuerdo escuché como las llantas chillaron al salir como ganster del callejón 
privada me vi por varias horas, seguramente me tuvo dando vueltas para desorientarme 
que por fin, llegamos a un lugar. 
Ahí escuché que el auto dejo de ronronear el motor acaba de apagar 
me dije: ¿Quien será? y a mi mente regresó el que me ha estado observando y persiguiendo 
el mañosos que se ha masturbado viéndome desnuda en la ducha y el que manchó 
mi vestido en le bus con un raro ritmo uno muy sensual, ¡cochino eres tú! 
le dije, pero el no dijo nada, como siempre me tomo entre sus brazos 
y yo aun en la bolsa oscura y con las piernas al cielo me condujo hacia adentro 
del que era su escondite. ¡Bendito secuaz!
Me dijo: Te voy a quitar la bolsa, pero me prometes no gritar o te tendré que 
amordazar...  ¡Que bruto! pensé, si quisiera gritar hace rato lo habría hecho 
este debe ser total bruto, me divertiré un rato con él. 
Mientras pensaba el misterioso chico de gabardina y sombrero raro y lentes oscuros 
y lujuriosos, me quito el bolso donde me metió hace un rato. 
Le dije: ¿Tienes por aquí un espejo? pues quiero dar un retoque a mi maquillaje.
Él, muy amable corrió y a mi lo trajo, era enorme espejo y muy antiguo 
luego de arreglarme el cabello y el maquillaje, le dije, ¿qué me hará 
malvado secuestrador? 
El chico se extrajo la gabardina y se quito el maldito sombrero, lo que nunca se quitó 
fueron las gafas de sol, mientras yo daba la vuelta para ver el lugar o la guarida 
de mi secuestrador, por el espejo vi que se bajo un poco los lentes para apreciarme mejor 
yo me hice la desentendida y aproveché, pues si que era un pendejo, baboso. 
Con una vos quebrada y asustada le dije, ¿qué piensa hacerme señor secuestrador? 
mientras me sentaba y cruzaba muy sexy mis piernas la falda se me hizo 
para mi entre pierna dejando a la vista mi calzón de encaje, no el del otro día 
este era uno nuevo, que lo cargaba para ocaciones especiales como estas.
El chico me dijo, no tema señorita solo quiero extasiarme con su belleza. 
Dijo caballerosamente, yo lo interrumpí le dije, ¡un momento amigo! 
¿todo esto solo para verme? ¿estas bromeando? mira bien, ¿acaso no te gusto? 
¿No soy digna hembra para ser violada por su secuestrador? 
Malvado hombre debes de ser, me estas atacando sicológicamente, si eso es, seguramente. 
Él me respondió, no señorita, usted es tan bella y estoy muy enamorado de usted 
y cometí una locura, por favor me disculpa y no me acuse a la policía, no quiero 
ir por eso preso. 
Iras, sino cumples tu trabajo malvado raptor, mientras lo decía uno de mis zapatos 
reviró por un lado y el otro por otro lado. El chico estaba asustado y apenado 
pero no dejaba de ver a mis bellas y depiladas piernas, ¿por qué no se quita 
esos lentes y hace conmigo lo que desea hacer malvado secuestrador? 
Y diga ¿no tiene cómplices, pues de ser así, todos querrán poseerme ¿no cree usted? 
No señorita, soy solo y no soy lo que usted cree, soy inocente de todo lo que usted 
pueda pensar, mi único crimen es haberla traído aquí sin su consentimiento, 
pero si me lo permite la llevaré ahora mismo a su departamento.
¿Qué dices, que me quite la falda? ¡noooo! bueno esta bien, pero no me haga daño señor
por favor se lo pido.
No señorita, usted no me entiende, decía con la vos cortada: mientras veía asombrado 
como mi falda salia de mis piernas y caía a mis bellos y sensuales pies descalzos, 
él vio como el hilo de mi braga se hundía entre mis redondeadas nalgas entonces 
le dije, ¿tambien me pide que me quite la blusa? ¡no por favor, no más! pero mi blusa 
ya esta en el suelo y mis senos erguidos con los pezones hinchados. 
Heme ahí, indefensa y solo con mis bragas que transparentaban mi feminidad 
el chico dijo, ¡que barbaridad, que hermosa es usted! yo me acerqué a mi secuestrador 
y le extraje los pantalones, luego quite su camisa y vaya que sorpresa, mi secuestrador 
hacia pesas y de su entre pierna vi a algo, yo pensé ¡ola!, ya nos conocemos del autobús 
¿lo recuerdas? 
Estaba bien dotado el chico, cuando sentí me obligó y mi boca estaba entre sus piernas 
yo pensaba, ¡wao que bueno está!, el chico le temblaban las piernas de emoción 
que ya no soportó y al sofá cayó y yo sin soltarlo a su lado tambien, luego de un rato 
prendida de él le dije, ¿no me quitas las bragas? pero hazlo con mucho cuidado 
que son muy caras, mejor ¿sabes qué? me las quito yo. 
Pero el condenado seguía con sus lentes puestos; ¿por que no te quitas? los lentes 
le dije, pero él no quiso, al fin él ya no aguanto y me poseyó; yo gemía de placer 
pues vaya si era bueno para esto el condenado maleante. 
Él se esmeraba en darme placer y yo a él, por ratos , me encaramaba en él y por otros una perra era y otras nos colocábamos en numero sexual, ¿creo que es el 69? ¿donde lo habré escuchado? 
Despues de casi veinte minutos de trago amargo, bueno, la verdad muy dulce, 
el privador de mi libertad terminó, yo ya llevaba tres. 
Cuando estaba en esas, gimiendo de placer, dije, ahora sabre quien eres y le extraje los lentes oscuros y ya sin ellos grite... ¡Tú!... ¡Si mi amor! Lo que siempre me pediste, ¡tu fantasía! 
esta cumplida. 
Condenado raptor, era mi marido ya decía que conocía a su arma mortal, con la que me hizo tanto mal. ¡Ejem!, perdón, quiero decir tanto bien. 
Mi amor, gracias pro esta experiencia tan fantástica, ¿cuando la repetimos? 
Ahora digamos que eras un bombero y me apagabas el fuego con tu manguerrota de bomberos... 


                                        El Fin

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