lunes, 25 de julio de 2016

AMÉRICA


Siento a mi corazón saltar y tambien brincar.
Sentí libertad cuando llegué a este lugar,
al llegar y verte me enamoré, lo confieso,
nunca me largaré, nunca de aquí me iré.
Encontré el lugar perfecto para el amor 
y tambien para morir.

Llegue a este lugar; volando, nadando, sufriendo,
muchos perdieron la vida, soy sobreviviente,
por esta libertad hoy lucharé y hasta moriré.

Hoy lucharé...
Hoy amaré...
Hoy gritaré...
Hoy cantaré...
Hoy respiraré...
Hoy soñaré...

Hoy libre seré y nada me esclavizará,
porque la libertad por fin hallé,
mi hogar lo edificaré aquí, 
estaré aquí y por ti pelearé,
por ti, la vida daré 
y a mi familia defenderé.

Hoy creceré...
Hoy te exploraré...
Hoy te conoceré...
Hoy mi vida daré ...
Hoy me asentaré aquí.

Hoy que te encontré perdida en el océano 
y que nadie sabe de ti, pues de casualidad 
con vida llegué; al verte me enamoré y pensé; 
mi hogar edificaré y mi familia crecerá allí.

Vine de muy lejos hasta aquí; 
volando, nadando, sufriendo. 
Sé que muchos a mi lado murieron, 
pero antes te vieron y tambien dijeron; 
que eras bella.

Un día de mi tierra salí sin saber para donde iba
y una turbulencia casi me mata;
pero creo que por el aire volé, y por el océano nadé,
mucho sufrí, pero cuando creí que moriría 
y las fuerzas me abandonaban, huían de mi.

En el horizonte como un salvavidas apareciste;
yo grité: ¡Es bella!, eras tú, mi hogar, mi futuro, mi libertad.
Lastima que los que a mi lado sufrían; murieron.
Pero antes te amaron y con dignidad 
y un largo suspiro en su corazón perecieron.

A mí, verte me dio fuerzas y hasta ti, volando, 
nadando y muriendo llegué; me acogiste como una madre
que espera con ansias al hijo prodigo, sentí que te conocía
pues me sentí en mi hogar cuando tu suelo pisé;
tu olor me cautivó y tus verdes montañas me fascinaron.

Los sonidos que de ella provenían me embrujaron,
sentí a mis piernas quebrarse e hincado sobre tus playas
caí y al hacerlo al cielo vi y era tan azul y el sol, no quemaba
solo me acariciaba, creo me besaba, yo vi un poco más allá
y di gracias a Dios por tan bello encuentro.

Entonces me puse de pie, pues de tu arena entre mis dedos
surgió una rara energía que me invitó a penetrar en el que 
sería mi hogar y mientras caminaba, más te amaba, sabía 
que aquí sería libre. 

Entonces sentí deseos de correr y como niño
en vacaciones por las playas corrí, tus aguas me animaban 
refrescando a mis pies, y en el cielo miles de aves conmigo
volaban, como dándome la bienvenida, vi de donde llegué,
era bello, tan azul como el cielo que parecía uno solo.

En él, delfines volando y entrando en el océano, me dije: 
Juro, nada los maltratará por lo menos mientras viva.
Por fin, después de tanto correr sin aliento al suelo caí,
pero no estaba agotado solo extasiado y ahí permanecí,
besando tu suelo, tierra virgen y milagrosa que al igual que yo
feliz me recibías.

Creo me dormí, pero al despertar lo primero que vi 
fueron largas piernas, morenas y descalzas,
mis ojos lentamente subí y frente a mi una bella nativa
completamente desnuda, ella me extendió su brazo 
invitándome a levantarme y en su rostro hermoso 
una bella, natural, fresca y honesta sonrisa. 

Yo le correspondí y me puse de pie, ella me observó de pies a cabeza 
yo tambien hice lo mismo. En verdad que era bella, mujer cobriza
de ojos cafés y pestaña elevada señalando al cielo; 
igual eran sus senos, su cabellera oscura y lisa, caían como 
las cascadas que más tarde me limpiaron la sal del océano;
sus caderas armonizaban con sus largas y perfectas piernas
y sus pies, a penas los vi pues estaban hundidos en la arena,
arena blanca de la cual me amenazaban raros especímenes
llamados cangrejos, los cuales tiempo después supe que eran deliciosos.

Ella en su idioma el que no comprendí, me invitó y yo la seguí,
confiado de su hospitalidad e hipnotizado con su belleza natural
penetramos la selva y mientras por ella anduve, pude ver
nuevas especies de animales unos salvajes, otros solamente 
raros, escuché sonidos nuevos, vi imágenes nuevas, creí 
soñaba y no quería despertar y no lo hice. 

Caminamos por un buen rato, yo perdí rastro de como regresar a la playa 
que me dio la bienvenida, pero eso ya no importaba pues no pensaba abandonar 
esa nueva tierra, a mi nuevo hogar, mejor decidí que debía aprender su dialecto
pero ella aprendió antes el mio y así dio inicio un nuevo mundo
que por muchos años estuvo virgen y hoy era contaminado por 
alguien que de lejos llegó.

Me dije; nadie sabrá de este lugar y así fue por lo menos lo que me duró la vida 
nadie ahí llegó, sembré mi semilla y tambien ella me enseñó a sembrar el maíz
a beber el café, a saborear el chocolate, preciado era que por largo 
tiempo moneda fue.

Con ella, que en ese lugar había crecido sola nos bendijo lindo paraíso y nos dio 
muchos hijos, los cuales se diseminaron por todo el lugar y formaron tambien sus hogares,
los que luego fueron tribus y aunque ya no estoy vivo sé que perdidos otros al igual que yo a ese lugar llegaron, pero estos se enamoraron también pero de sus riquezas y se llenaron de avaricia y todo lo que un día con mi familia construí, fue destruido, saqueado, violado y asesinado y a mis hijos y nietos tambien mataron, todo por heredar de su madre la calidad de persona que ella fue.

Siglos han pasado de aquello y todo sigue igual, los que mucho tiempo después de mi ahí llegaron se creen ahora los dueños y señores, solo porque ahí nacieron, pero que su semilla 
del otro lado del océano llegó y lo hizo con odio y avaricia.

Yo tambien llegué de otro lugar; llegué volando, nadando y sufriendo pero aquí encontré la libertad que ahora ya no existe; lo sé porque lo veo. También veo como a mi hogar destruyen y nada los detiene; que tristeza al ver tanta barbaridad y tanta desgracia; vuelvo a morir.

He muerto tantas veces al igual que mi esposa y mis hijos, sé que no queda mucho,
que pronto todo se revertirá y luego de un largo descanso, alguien al igual que yo volando, nadando y sufriendo con bello paraíso se encontrará y con él bella nativa y el ciclo de nuevo iniciará. 

Para mi hogar hay esperanzas no así para los que con avaricias y odio han llegado después, ellos, maldecidos están en este y todos los ciclos subsiguientes.

Ahora lloró al recordar como era mi hogar cuando de la muerte me rescató y como es tiempo presente, que gran diferencia y lo llaman; crecimiento, modernismo y tanto adjetivo, pobres ilusos, todo era mejor cuando aun no habían llegado.

Recuerdo cuando mi amada piel cobriza me dijo: Bienvenido cara pálida. Pero mi piel
con los años se volvió de ese bello color y mi amor por ella creció y el de ella por mi tambien. 
Pero esa es otra historia, que hoy a penas empiezo a recordar.

Este es mi hogar y aunque no nací aquí, su tierra me aceptó y mis cenizas como suyas guardó.
Gracias bendita tierra, gracias bendito jardín, gracias amada esposa, gracias amados hijos.

Gracias bello continente que un día alguien te nombró: AMÉRICA.

  
  





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