jueves, 4 de agosto de 2016

La Madam (Erotismo de Sergio Raga)


La prostituta gemía como nunca antes lo había fingido con otro cliente, era tanto el escándalo que la Madam, quien pasaba por uno de los pasillos privados del selecto Night Club, le llamó la atención, ella sabía perfectamente cuando un orgasmo era fingido y ese que resonaba por el pasillo y los cuartos contiguos no lo era, la Madam sintió que se le hizo agua la entrepierna que apresurada se retiro hasta su oficina privada, una a la cual nadie tenía acceso. Ya en el lugar, extrajo de una de sus gavetas un dildo a baterías y se recetó un poco de placer. Con él jugó hasta obtener de su genital el mejor placer, algo de lo cual ella era una experta y que conocía muy bien su cuerpo, pues como ella decía, para obtener el máximo placer debes de conocerte muy bien. La noche transcurrió con normalidad a excepción de lo que ella escuchó y la tenía muy intrigada. 
La Madam preguntó a su administradora y representante legal, quien era la encargada del lujoso Night Club y quien dirigía a las más que bellas mujeres de todas las nacionalidades, quienes eran expertas en el arte del sexo fingido, exclusivo para dar el máximo placer a sus muy selectos y adinerados clientes; la Madam, ente otras actividades, pero siempre sexuales, podía contactar a famosas para una noche, simplemente con una propuesta indecente de varios ceros. La muy bella y no vieja Madam, únicamente conocida con este sobre nombre y por pocos, seguía con el concierto en su mente que la prostituta tuvo en su habitación, cada que lo recordaba, ella entraba en excitación, pero menor que el día que escuchó a la chica casi desfallecer de placer.

_ Stephany, la necesito en mi oficina. Ordenó la Madam a quien le representaba, una de las pocas personas en el negocio que la conocían.

_ Si Madam ¿qué ordena?
_ Entre Stephany, siéntate, dime ¿quien ocupa el cuarto numero 255?
_ ¿El que esta a unos pocos pasos del corredor secreto Madam?
_ Pues, ¿creo entender que solo existe un cuarto 255? o ¿ya tienes una replica? dijo irónicamente la Madam y con acento, en él se escuchaba la molestia.
_ No Madam, pido disculpas, en el 255 tenemos a una bella Rusa, le llamamos: Nikita, ¿ya sabe? por la famosa canción y su excelsa belleza y porte. ¿Usted la necesita para algo Madam?
_ ¡No! - dijo ella con el seño fruncido -, quiero saber quien estuvo en la habitación de esta Nikita el día Sábado como a eso de la una treinta, eso quiero Stephany.
_ ¡Madam! usted conoce las reglas.
_ ¡Claro Stephany!, yo las escribí, ¿tienes algún problema? ¡lo quiero ya!
_ Si Madam, permítame ahora le averiguo. 

Stephany extrajo de su bolso una tablet y de ella extrajo la información que la Madam necesitaba.

_ ¡Acá lo tengo Madam! pero, me temo que no es un cliente asiduo; fue alguien que vino invitado, pues no lo tengo en nuestro banco de datos, Madam. 

La Madam hizo un gesto que no dejo de intrigar a Stephany, pues jamás en todo el tiempo que ella llevaba trabajando con la bella Madam, ella se había interesado en un cliente, por lo que ella trató de indagar un poco más.

_ Lo siento Madam, ¿pero si es tan importante para usted?, trataré de averiguar sobre él. ¿Le interesa?
_ Pues, que te digo Stephany, tanto como tener un particular interés en él, no. Pero desde esa madrugada en que escuché como mataba de placer a esta Nikita, no me lo saco de la cabeza... No por lo que piensas, si no porque tengo algo en mente, ¿ya sabes?, un negocio, pero no importa, gracias Stephany puedes retirarte.
_ Está bien Madam pero trataré de indagar y si logro algo, de una se lo informaré. Con su permiso Madam. 

Stephany se retiró sin recibir respuesta de su jefa, pero cuando estuvo justo en la puerta con el picaporte en su mano, se detuvo y luego de voltear hacia donde se encontraba la Madam dispuesta a retirarse de la Mansión, Stephany le preguntó.

_ Disculpe Madam, ¿usted dijo que escuchó a la Rusa casi morir de placer?, me refiero a ¿qué Nikita tuvo un orgasmo con este tipo? Sin molestarse en detenerse de lo que hacía la Madam le respondió.
_ ¡Exacto!
_ ¡Pero eso no puede ser posible!
_ ¿Por qué? dijo la Madam sin detenerse en ningún momento de su actividad.
_ Porque, Nikita fue mutilada cuando era niña, me refiero a que ella no tiene clítoris, algo que me parece un poco dificil, me refiero a lograr un placentero orgasmo, buen ¿usted me entiende? Esta confesión, detuvo a la Madam de lo que hacía y con la mayor intriga preguntó.

_ ¿Estas segura de lo que me dices?
_ Completamente Madam, recuerde que yo las evalúo y fui yo, bueno usted, quien pagó por su reconstrucción vaginal, pero solo por estética, no creo que la cirugía le haya dejado como vino al mundo Madam. Fue cuando ella me contó su trágica experiencia. Pero aun así la contraté porque es una belleza Rusa, alguien que le ha dejado increibles dividendos a su negocio Madam, ella tuvo que aprender a fingir los más deliciosos orgasmos. ¿No sería que usted al igual que los clientes se confundió Madam?

La Madam la vio directo a los ojos con una deliciosa sonrisa en sus labios y sin decir nada, Stephany respondió a su pregunta.

_ Eso sería imposible Madam, usted es una genio en esto del sexo, le pido me disculpe por tan irrespetuosa pregunta.  - Bajo su cabeza y agregó - Ahora con mayor razón averiguo y le prometo que pronto le tengo los datos del famoso amante que hizo gemir y disfrutar, quiza el primer orgasmo de Nikita, eso no creo lo olvide fácilmente. Con su permiso Madam.

Stephany salió de la habitación con una expresión de asombro en su rostro y cerró la puerta.


Capitulo 1

No hay comentarios.:

Publicar un comentario