martes, 25 de octubre de 2016

Esther


Una tarde, Esther paso frente a mí
yo, me quedé parado aquí, sin nada que decir. 

Al día siguiente, Esther de nuevo estuvo aquí,
yo, seguí solo observando, sin nada aun que decir.

Al día siguiente; lo mismo, 
pero Esther, ahora se detuvo justo frente a mí.

Bella mujer parada ahí, 
con mucha determinación, justo frente a mí.

Así transcurrió; día tras día, tarde tras tarde,
hasta el día de hoy y ella sigue aquí.

Una tarde le dije: ¡Hola! 
y a partir de ese hola, una amistad nació 
y esta floreció y tambien creció.

Ahora cada tarde aquí la espero, sentado aquí, 
ella siempre llega puntual y juntos reímos.

Cada día que pasa nos conocemos más y más,
bella amistad que ya existía y sin saberlo; 
pues quien primero llegó, fue su linda alma 
y la mía la sintió y de una la acarició.

Tiempo después su imagen apareció
y nuestra amistad se consolidó, 
ahora ella es mi chama.

Una chama que siempre está y estará 
porque así me lo prometió.

Yo le digo: Aquí estaré siempre esperando por ti.

Es un amor de amigos, un amor entre amigos 
que me permite llamarle: Corazón.
Dejarle besos y recibirlos tambien.

Ella me dice lo que ve en mí:
Sencillez y pulcritud en mi corazón, 
que soy aquella persona que vivió y disfrutó su tiempo
y que hoy, doy todo para sacar a flote mi vida 
y la de los míos también.

Además agregó: 
Que si pudiera hacer más por mis semejantes, lo haría,
porque aunque soy un pícaro más, como cualquier otro hombre, tengo un enorme y hermoso corazón.

Ella es una amiga muy especial, asi lo siento. 

Tremenda mujer a quien quiero mucho 
por ser honesta y sincera y por estar siempre aquí.

Aunque es una mujer posesiva con lo que siente suyo 
lo acepto, pues de no ser así, no sería lo que ella es...
Una bella mujer de nombre: Esther.


Para ti, amiga, por el amor que tenemos el uno por el otro.
Algo que nació en mi mente y que lo ha dictado mi corazón.
Para mi chama: Esther.

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