viernes, 4 de noviembre de 2016

Una flor de nombre: Mujer. (Poesía de erotismo light)


Empiezo en tu rodilla, veo que no te asombra, veo que me sonríes, veo que te gusta, veo en tu mirada que me invitas a ir un poco más allá; lugar donde guardas el mejor tesoro que pirata nunca pudo esconder. 
Acaricio esa rodilla, deseando ascender por ese muslo, autopista que me conduce en una sola vía a ese rincón, esa guarida, esa cueva, ese jardín, lugar de mil flores y miles de aromas, lugar de la mejor de las mieles que abeja nunca imaginó podría existir. 
Me atrevo a seguir por ese camino, pues tengo pagado el peaje que por hoy para mí es gratis, me lo dijo el erizo de tu piel, lo caliente de tu muslo, la agitación de tu pecho, el cerrar de tus parpados, que se han cerrado para así lograr sentir, esas cosquillas que ya empezaron muy adentro de ti. 
Mi cuerpo empezó a disfrutar de las sensaciones que por mis dedos le llegan a mi mente, la que imagina esa flor de maravillas, mi piel tambien se calienta contagiada del que de tu piel ahora como café humeante hacia el cielo asciende, detrás de él sigo yo y a mi lado te veo me acompañas en ese maravilloso viaje lleno de placer. 
Ya llegué a medio muslo y no pienso detenerme aquí, ni para tomar impulso, mucho menos un respiro, a pesar que mi corazón de mi pecho se quiere salir y adelantarse a mi mano, pues la cree una tortuga y él es la liebre, ansioso por conquistar la meta. 
Luego de escuchar un suspiro que se escapó de ti, sé que es el momento de continuar mi viaje, maravilloso, erótico, apasionado y ahora enamorado, un viaje que antes solo imaginé y que tambien mojado un día lo soñé y que ahora ilusionado es una dulce realidad. 
Mi instinto animal me apresura, para lograr estar en tí, sentir esa hoguera que a mi mano seguro hoy quemará y a ti lo satisfará, con espasmos, con cosquillas y tantas sensaciones que en breve sentirás. 
Ahora que casi llego a ti, al lugar deseado por mí; tomas mi mano y la detienes. Asombrado y paralizado quedó ahí, me pregunto qué pasó; en que momento te ofendí; si todo este viaje con tu venía conduje y nunca encontré un túmulo, un bache, ni patrullero que me multe. 
Pero que bien, solo es un respiro el que deseas antes de ser conquistado lo que con ilusión toda una vida has guardado para alguien, que creas sea el que lo merece. 
Con tu mano aun en mí, sobre la mía, siento como la aprietas, sé que es la señal, la autorización para seguir y suavemente sigo mi camino con rumbo a mi destino que eres tú. 
Desde ahí, tu mano me acompaña sin poner restricción, sin poner oposición, simplemente deseas ese tramo sea lento, muy lento, para permitirte sentir mil sensaciones que hasta hoy para ti nuevas son. 
Me induces a seguir, para así sentir, las caricias que deseas de mí conseguir; nada es mejor que darte gusto, saber que disfrutas mucho más de lo que disfruto yo. 
Ahora, al umbral de esa puerta aún cerrada, no sé si llamar o de una entrar; solo me separan de ti una delicada tela, me pregunto, será de seda o de terciopelo qué más da; lo único que ahora puedo sentir además de tu suave mano, es la humedad que escapa de ti, sigo detenido ahí y siento como tu mano me empuja para llegar por fin a donde ambos deseamos. 
Y tu mano se aleja de la mía, quedando a mereced de mí, tus calientes y achinaditas piernas que hasta ahora estuvieron apretándose una contra la otra. 
Ya vencidas, se entregan a mí, se separan para que yo pueda a mi antojo conocer tu intimidad, te juro que quisiera romper en pedazos esa seda o terciopelo de tu intima prenda, la que aun me separan de tu delicada piel. 
Volcán que ahora me quema y me entrega esa lava caliente que brota de tu delicado cráter; con mi dedo hago a un lado tu diminuta y delicada prenda, frágil muralla que aún nos separa. Esperaba encontrar a delicados vellos, pero recordé que ya se extinguieron o con malicia los has cortado, para que mis caricias no sean irrumpidas por un breve dolor causado por un pelito enmarañado entre mis dedos. 
A las puertas de la gloria me encuentro y esta, está abierta de par en par para mí; la acaricio con delicadeza, siento tu feminidad, algo hermoso, bello pistilo que hoy queda expuesto al sol, sus pétalos se colocan uno al lado del otro, deseosa de que mi mano se llene del polen, el mejor polen para la mejor y más rica miel de todas las flores sobre la naturaleza. 
Una flor que lleva por nombre: Mujer.



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