martes, 15 de noviembre de 2016

Ven


Ven... 
Cuento cada segundo desde el día que de mí lado te has alejado, los segundos pasan muy lentamente. Mi corazón con ansías y desesperación de mi cuerpo te sale a buscar.

Ven... 
No me puedo sin ti reconfortar, saber lejos de mí esa mujer que a calmado mi ansiedad.
Olvida ya lo que pasó, olvida si en ti alguna duda aun queda, olvida el rencor. Que a tu corazón regrese la comprensión, que en ti encontré y me enamoró.

Ven... 
Que aun vives aquí en mi mente y en mi corazón, cómo hago para olvidar a quien de mí logró a mis demonios dominar y enamorar.

Ven...
Salva a mi corazón que a la deriva hoy se encuentra en turbulentas aguas de la soledad, necesitamos esa paz y comprensión, que solo tú me puedes dar. Calma las aguas que se agitan con tanto odio y entre esas aguas me hace zozobrar.

Ven... 
El tiempo veo frente a mí, burlándose pasar, sus cómplices, las cosas que dejaste en nuestro hogar, todos de mí se burlan, nadie entiende que de amor aquí muero desde que me has dejado abandonado y como sobreviviente en alejada y solitaria isla estoy, esperando verte por mí llegar, a rescatarme de esta maldita soledad.

Ven...
No importa si fui yo o fuiste tú, lo que pasó, pasó. Regresa a mí, no me puedo conmigo encontrar, vivo en soledad y con ansiedad. Ahora a mi puerta ya llama otra invitada que no quiero logre aquí entrar, se trata de la malvada Depresión que con mi vida quiere acabar.
Regresa por favor y rescátame de tanta soledad.  

Ven...
Ya mis ojos no soportan tanta resequedad, pues lagrimas ya no tengo para lubricar, toda mi alfombra han regado y a mi cama han mojado, de mi rostro nada se logra ver, me ha crecido una barba que nunca te gustó y sobre mi piel, una mezcla de polvo y grasa. Creo que estoy muriendo.

Ven...
Pues de tus brazos nace el amor, el amor que me logra arrullar, que me entrega eses calor que me invita a amar, que luego me hace descansar. Hoy en la soledad de inmensa cama, tempano de hielo que por los océanos solo vaga. Los días son cortos y las noches son tan largas.

Ven...
Deja pegado en el refrigerador las instrucciones que olvidaste ahí pegar, saliste de mi vida tan de prisa; las necesito para saber como sin ti sobrevivir, pues no consigo sin ti vivir. De cada segundo nace un minuto, este luego le da luz a una hora y de hora en hora, se muere otro día que pudimos aprovechar.

Ven...
Observador soy y veo pasar el tiempo frente a mí, no te consigo aun olvidar, tal vez tú ya lograste nuestra separación superar. Pero en mi mente, solo la misma pregunta; ¿cuándo vas a regresar? En el tocadiscos nuestra vieja canción, el disco se ha rayado y se quedó con la misma frase: 
Ven... Ven... Ven... 




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