viernes, 20 de enero de 2017

Entre dos Lunas


Entre dos lunas estoy, eso vez en mi mirada, me lo dijo tu temor, siento tu mente ahora girar.

Una luna es tan blanca como la hostia de misa, la otra es tan roja como una gota de sangre de nariz.

Me pides acaricie tu piel, que te hable lindo al oído, pero no recibo nunca que de ti regrese algo a mí.

Entre dos lunas estoy, una muy blanca y la otra tan roja, creo quieres hacer el amor o deseas prisionero sea de tu antojo.

Una luna ilumina mi cielo oscuro, mientras la otra incrementa mi pasión y despierta mis bajos instintos.

Acaricias mi piel con tu larga cabellera, sedosa pero peligrosa, como bella flor que trae espinas largas y puntiagudas que me harían mucho daño si te dejo de amar.

Enciendes mí vientre, con tus acaricias despiertas mi emoción, tambien mi pasión, el tuyo arde en fuego, esperando ser acariciado para apaciguar esa tentación, que te da una de las dos lunas, seguro es la roja.

Así estas de deseo y pasión, lujuria que la colocó mucho más roja que el magma que nace en el infierno de tu entre pierna.

Una luna es el cielo, la otra el mismo infierno, uno de nosotros es ángel, el otro un demonio seguro es, ¿dime quién eres tú? 

Ilusiones nada más, rosas de cristal, con espinas de alambre, que me causan mucho daño, pero tambien deseo ese dolor. Seguro soy el ángel y tú, quien me tienta el alma con ese erotismo de erupción que tienes en cada poro de tu piel.

Entre dos lunas estoy, no me importa si encima de mi caen. ¡Hazme el amor!, libera en mí toda esta pasión, mi alma se a contagiado, con el deseo que llevo en mi piel, mieles que desea beber directamente del néctar que nace en tu flor.

Una de las lunas es, la que despierta lujuria en el solitario lobo, la otra es la que convierte en hombre lobo a Javier. 

Una poesía eres, sobre ti deseo escribir la más bella prosa, con cada verso llevarte el mejor orgasmo y llenarte de placer con cada rima, en ese viejo vaivén, que nadie me enseñó, por ser natural, di qué lo deseas tambien.

Entre dos lunas estoy, una me libera, mientras la otra me aprisiona en tu piel, una parece flotar suspendida en el cielo, la otra aparece en tu piel, es tan candente que más parece un sol. 

Ahora ¿qué vez en mis ojos?, yo en los tuyos veo esa rara expresión, ya no tienes temor, ahora lo tengo yo, mi mente es la que divaga y me hace girar entre dos lunas. 

Una brillante, que ilumina el camino que me habrá de llevar hasta ti; la otra, es la que me espera en tu piel, un cuerpo lleno de sangre, una que hierve de deseo y ansias por sentir mi piel en la suya, para liberar toda esa pasión, que me causa tanta emoción. 

Ayuda a liberar de mí esa luna roja, tan roja como la sangre que habré de pagar por amar, tan roja como la erupción que hay en tu piel, incendio que nunca podré apagar y me habré de quemar. 


Atrapado quedaré en tu prisión y a mi blanca luna ya jamás volveré a ver, ese es mi temor. pero a la vez es amor.

Entre dos lunas estoy, una es la vida, la otra es la pasión, no importa cual me habrá de alumbrar, yo solo quiero amar, sentir en mis labios ese sabor, que solo encuentro en tu piel, ese calor que me enciende y me aprisiona lo llevas entre tu vientre.

Ahora comprendo, que una de las lunas soy yo, mientras la otra eres tú, una es blanca, la otra roja, la blanca es la que le da paz a tus deseos, la roja es la que me enloquece y me enciende la pasión cuando estamos amándonos, somos luna con dos caras, una blanca y la otra roja. 

Extraño, que nunca se mezclan para dar un tono rosado, hay una linea bien definida, bien marcada, como la linea que separa la vida de la muerte, ambas son tan diferentes, pero al momento de amar se complementan, es como si la gloria y el infierno hicieran una tregua, se permitieran encontrarse solo para amar.

Entre dos lunas estoy, justo en medio estoy, ambas a punto de eclipsar, debo de decidir, si me alejo o me les uno, ser un solitario lobo o un hombre lobo con la bestia en su cuerpo, nada de eso importa al momento de que se unan las dos lunas para hacer el amor. 

Nada importará el dolor que te produce el pinchazo de la puntiaguda espina, si al final logras besar la bella flor.

Una es tan blanca, cómo la hostia de la misa dominical; la otra es tan roja, cómo el sangrado de la nariz; una me da la vida, la otra me entrega al deseo, una ilumina mi oscuridad, la otra me lleva a la oscuridad de la lujuria, la pasión y el placer carnal, una suspendida en el cielo, la otra esta en tu vientre.

Una parece un foco incandescente, la otra parece luz negra, para encontrar la falsificación; una es tan clara y transparente, que me ayudaría a volver, la otra es un biombo, que solo trasluce una bella figura, esa que me tiene atrapado y encerrado entre las piernas de una mujer; una es natural, la otra es consecuencia del deseo inmoral, ese que te da el máximo placer, el más sucio instinto animal. Una esta en mi espíritu inmortal, la otra esta en mi cuerpo mortal. 

Una me alumbra el sendero que me hará regresar, la otra entorpece mis sentidos y me hace vacilar.

Entre dos lunas estoy; una me deja salir, la otra no me deja escapar, una es bella y angelical, la otra es apasionada y terrenal; pero nada importa, si una es buena y la otra mala, solo acaricia mi piel, hazme explotar en placer, deja que beba el néctar de tu flor.

Permite que cada poro de mi piel, se queme con el rojo de tu cuerpo, que arde, cómo las llamas que acompañan la lava que de tu piel brota.

Juntos veremos las lunas; una que me da calma y me alumbra con su blanca luz, la otra que me da un calor mucho mayor que el sol, y esta en tu piel, en tu cuerpo de mujer, en tu vientre; epicentro de tanta conmoción, de donde nace el fuego que incendia esa lava que deseo incinere mi piel.

Enter dos lunas estoy, una blanca y otra roja, que nunca se habrán de mezclar por ser tan diferentes, pero necesarias a la hora de amar. 

Esas dos lunas, una roja y la otra blanca, muy blanca, el mejor orgasmo son.  

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