martes, 21 de febrero de 2017

El Señor Locutor


Una noche escuché una canción, que en su letra decía... Que era afortunado de tenerte a ti, aunque su corazón era de cristal y podía sucumbir ante un mal amor... 
Al escucharla, sentí que mi corazón latió muy fuerte y eso me asustó, pues pensé, por qué me pongo así, si ni siquiera tengo quien me ame, mucho menos a quien amar, sería por eso tal vez, que sin tener a nadie, yo, ya había roto a mi corazón. 
Me dije, pero ese soy yo, claro, soy yo, quien acaba con mi corazón por negarle la posibilidad de salir herido o salir amado, pues, quién me garantiza que podría salir herido o qué podría salir victorioso, eso no lo sabré hasta que no me arriesgue. 
Entonces me puse de pie, le aumente volumen a la radio y parecía que este me hablaba, me repetía: ...Hombre débil, sal y busca al amor, la mujer que te hará sufrir o te hará feliz, está ahí esperando por ti...

Yo repetí: Calma, solo me colocó el pantalón, no querrás que salga así, en calzones. La radio dijo... ¿Y por qué no? Si para el amor no hay escusa alguna, solo importa amar y amar... 
Le respondí, como si hablara conmigo... Eso será así, pero no me atrevo a salir así, ademas ya me los coloqué... Maldición, ¿dónde quedo el zipper?
Al darme cuenta lo tenía por atrás, qué barbaridad, sería que estaba nervioso o algo se apoderaba de mí, así que de nuevo lo extraje y me lo metí de manera correcta. Extraje mi gaveta y por los aires iban mis calcetines, pues no encontraba unos que no estuvieran tiesos, por fin, hallé unos, pero, uno de un color y el otro, de otro, pero eran muy parecidos, suele pasar, no crees, me coloqué mis chapulines y me vi en el espejo y con un poco de agua me bajé unos pelos que tenía parados, eran indomables los condenados, qué cosa más horrible. Era un remolino que estaba ahora en plena acción, vi para dónde un póster que pegado estaba detrás de mi puerta y el que estaba ahí, tenía los pelos parados, me dije... No soy Rod, pero casi me le parezco y si para él esta bien, para mi también. 
Entonces me dirigí para la puerta decidido para salir. Cuando halaba la puerta, en la radio escuché... ¡Quieto ahí!, ¿no pensarás salir así... ¿Sí? ¿por qué no? decidido estoy, saldré y buscaré quien rompa a este corazón, o quien lo llene de amor, pero nunca más permitiré ser yo quien acabe con él, tiene derecho a sentir amor o desilusión, así qué, hasta pronto señor locutor metido. 
Cogí la perilla y mientras la giraba, el locutor repetía... Yo que tú, no lo haría, mejor escucha esta canción, en ella puede estar la solución. Y se escuchó la música de la canción. 
Ah, otro día la oigo, ya se esta haciendo tarde y mi corazón me reclama una agonía o una caricia, una melancolía o una alegría, un desamor o estrenar un amor. 
Entonces terminé de girar la perilla y se escucharon rechinar las bisagras de la puerta, eso me detuvo. Me dije... No puedo salir sin antes aceitar esta puerta. Me dirigí hacia el taller de mi padre, tomé el aceite y con él en mis manos, hacia la puerta regresé, le apliqué una gota a cada bisagra y procedí a verificar cerrando la puerta y al abrirla, solo el silencio me habló. 
Me dije... Ahora sí saldré en busca del amor. Pero en la radio de nuevo el condenado locutor... Alto ahí, te lo advierto, ni un paso más, o te arrepentirás. Este es el titulo del nuevo éxito que recién nos ha llegado, que lo disfrutes, solo o acompañado. 
Ah, desgraciado, me has tenido acongojado, entonces el locutor agregó... Mejor si es acompañado, no seas atarantado y si no tienes novia sal y búscate una, ahora mismo. Esto nos recomienda... Y que crees que quiero hacer, pero no me dejas salir de mi cuarto. 
En la radio escuché la estrofa de la canción que decía... Esta bien, está muy bien, si seguro estás sal que ella por ti espera... Vaya hombre, al fin la autorización, mi destino me habló. 
Salí y la puerta cerré, pero antes escuché, si se escapaba un rechinido por suave que fuera; pero nada, caminé y bajé las escaleras y cuando estuve en el último escalón, recordé lo que mi madre como advertencia me dio la otra vez que salí y el radio deje encendido. Esto dijo... Si vuelves a dejar el radio prendido, ya no volverás a salir, eso te lo firmo... 
Diantres me apresuré para no dejar evidencia y corriendo las escaleras subí, por el pasillo caminé y a mi cuarto entré, cuando lo hice, del radio escuche... Que bien que has regresado... Mmmmm. Carajo, ¿será qué este sabe cada movimiento que hago?... Por supuesto que sí... No lo toques, ni lo pienses en tocar ese botón. Dijo el locutor cuando procedía a apagar la radio, me intrigó que sería lo que diría, así que no lo hice y solamente escuché al señor locutor, quien agregaba... Recuerda de lavarte bien las manos, pues en cada botón que toques hay mil gérmenes que te podrían enfermar; usa el jabón de... Su madre mi amigo y el botón de la radio sonó; click. 
Al fin lo había apagado, caminé de nuevo por el corredor que me llevó hasta la escalera y procedí a descender por ella, llegué al ultimo escalón y me detuve y con atención escuché, gracias a Dios nada oí, por entre los sillones caminé con rumbo a la puerta que me conduce a la calle, toqué la perilla y cuando lo hice me recordé, así que me dirigí hacia una cómoda que esta en la cocina y de ella extraje un jabón antibacterial en gel. Ahora sí, seguro voy, me repetí y una vez afuera después de cerrar la puerta me limpié las manos con el gel. 

_Un chico precavido ¿qué bien?

Escuché que alguien me habló, asustado vi, se trataba de mi vecina, una linda chica de mi edad, bueno, un año menor que yo, pero ella era experta en el amor, pues desde siempre la vi con alguien jeteándose.

_Hola, siempre he sido así de limpio, ya sabes, en todo lo que tocas hay mil gérmenes esperando atacarte.
_¡Wao!, eres un genio, no sabía que sabías tanto sobre la higiene... ¡Qué sexy!
_Gracias y adiós.
_Espera, vas a ver a tu novia?
_No tengo, voy a buscar una, a ver si la encuentro.
_¡Woo! ¡Wooo! Alto ahí amiguito y vecinito. Que me has insultad. ¿Qué no te gusta este cuerpecito?
_Bueno, claro que sí, pero, creo que yo no soy tu tipo o ¿sí?

Dije con mil dudas, pues hasta hoy que me dirigía la palabra, ella muy sensual en su caminar se me acercó y casi sobijeando sus tetas en mi brazo, me vio con lujuria en sus ojos.

_¿Qué dices ahora, no te gusto?
_Pues claro, siempre me has gustado, pero me tienes desconcertado, ¿qué quieres de mí?
_Nada malo, es que nunca te había mirado bien y mira que no estás nada mal.
_¿No quieres conocer mi sala?, mis padres salieron a ver a mi abuela, eso me pone cachonda. Y por lo que veo a ti tambien,
_Pues, creo que tu sala es igual que la mía, pues las casas de esta colonia todas son iguales.

La chica con una mirada de desconsuelo, dijo entre dientes.

_¿Y te preguntas por qué aun sigues virgen?
_¿Qué dices?
_Nada, que si vienes...
_Ya casi estoy a punto... Digo que con mucho gusto.

Mi vecina me tomó de la mano y me condujo hasta su casa, abrió la puerta y esta rechinó, atentamente le dije.

_Tienes un problema de resequedad, si me permites voy a la casa por un poco de aceite y te aceito la bisagra.
_¿Resequedad? no lo creo. Y claro que quiero que aceites mi bisagra, pero no con aceite, ¿me comprendes?

 Me dijo con uno tono que jamas antes de mujer escuché y cómo, si era mi primera vez con una... Diantres maldito señor locutor, me recordé de ti.

Eso me detuvo un poco en mi... bueno, aguanté otro poco, gracias condenado señor locutor.

_Entra y ponte cómodo... ¡No! ahí no, en el sofá por favor, ahora estoy contigo, deseas oír algo de música.
_Claro, ¿por qué no?

La chica encendió la radio y en ese instante escuché a quien tanto odio. Este dijo... Por fin, ya era tiempo... Bueno y que te importa, es mi vida, no la tuya... Eso lo sé muy bien, pero asegúrate de que todo esté muy bien, con... Continuó con el comercial. 
La chica regresó, venía con unos diminutos pantaloncillos, lo único que cubría sus nalgas eran las bolsas blancas del jeans... Nada para la imaginación ¿eh?... Repitió el locutor y agregó... Así se llama nuestra próxima canción. La chica dijo.

_¿No es bueno ese locutor?  Esa es mi canción. ¡Woo!
_Si que lo es, yo lo escuchó tambien.
_¿Sabes qué me dijo? que pasaría una rica noche hoy, y veo que no se equivocó, no te ha pasado lo mismo con él.
_¿A qué te refieres?

Dije como quien no sabe de que te hablan.

_Pues a eso, parece como si el locutor supiera todo de nosotros sus fans.
_Ah eso, no para nada, hasta ahora que lo escucho.

... Mentiroso, mentiroso. Gritó el locutor en la radio y agregó, escuchen esta estrofa, ¿no es maravillosa?

_¡¡Sí!! 

Gritó la chica.
_Pero deja de escuchar y entremos en acción. 

Dijo la coqueta de mi vecina introduciendo su rica lengua en mi jeta. 

_¡Wao! Así que esto es un beso Francés, no sabe igual cuando lo haces con tu mano y menos cuando esta está salada. Mmmm que delicia. ¡Uy! ¿Y esto qué es? 

La chica me había metido la mano y me lo tenía bien agarrado. Ella asombrada dijo.

_¡Vaya que lo tienes grande!
_¿Sí? gracias, pensé que era normal. 
_Que va ha ser normal, mira, nunca había visto una bragueta tan larga.
_¡Ah! Es eso.

... ¿Y qué pensaste, que hablaba de tu pito?... Dijo el locutor... ¡Claro que hablo de tu pito! Si este ya no suena igual, tíralo a la basura y cómprate otro en... ¡Ah! hijueputa entrometido. Pensé.

_¡Ahora sí! Pero, esta muy caliente, siente el mío.

Me dijo la chica y me dio un sorbo de su vaso con limonada.

_Ahora traigo hielo para que se sienta mucho mejor, al menos a mí no me gusta la limonada al tiempo y esta, está caliente ¿no crees? ¿quieres hielo?

...Y mucho, pues está que revienta. Se escuchó en la radio... Cuidado con el aire que le pones a tus llantas, las puedes arruinar, cómprate un calibrador...

_¿No es bueno ese locutor? Esta en todo ¿verdad? A mi me fascina escucharlo. Aquí tienes el hielo. ¿En que estábamos? 

Dijo ella y de nuevo me metió su rica lengua, ahora tenía un fresco sabor a limón. Escuchamos canción tras canción y al metido del locutor, que cada que hablaba salía con una, como si nos viera. 
La chica se encaramó sobre mí y sentada sobre mí, siguió con su rica lengua adentro de mi boca, ahora me frotaba sus tetas, ya estaban duras al igual que yo.

...Están que revientan. Esas si son un par de bolas, ¿no es cierto? Pues, deje de reventa esas vejigas de sus hijos, ínflelas con el inflador... Ahora viene lo mejor, te va a coger... De la mano mal pensados, es nuestro siguiente éxito. 

Eso dijo el locutor, para ahora la chica me besaba el cuello y por mí, mil cosquillas, me repetía, que bueno que salí en busca del amor, ahora no me importa si me joden o me enamoran, vale la pena arriesgarse, pues de no ser así, no habría sabido que rico besa mi linda vecina.

_¡Ya estoy lista! 

Dijo ella, y se extrajo la mini blusa, dejando a mi vista sus lindas, grandes y duras bubis, las cuales, solo había visto en revistas... Ahí las tienes y son todas tuyas, a disfrutarlas... 

Dijo el locutor, y agregó... Muérdelas con cariño, no las muerdas con locura porque puede que te quiebres un diente y si esto sucede; Odontología Betty esta a... 

Se trataba de otro anuncio, Condenado locutor, ya me tiene como la gran puta.
Ella me colocó las bubis en mi boca, no recuerdo haber tenido una desde que mi madre me destetó. Ah mierda, por qué estoy pensando en mi madre. Mmmmm que rico, saben tan bien, son suaves, tersas, delicadas, pero se sienten duras.

...Cómo si fueran un par de manzanas, deliciosas, rojas y jugosa, cómpralas en el supermercado ahí siempre están tan frescas, que se harán miel en tu boca...

Ya no lo escuché, me dediqué a seguir con lo que mi vecina me entregaba y ella tambien lo disfrutaba. Qué maravillosa noche y pensar que se lo debo al chute del locutor. 

Mi vecina se puso de pie y con mucha difucultad se extrajo la mezclilla y con ella se llevó de paso un diminuto calzoncito; quedó en pelota, mis ojos se desorbitaron, que no sentí cuando ella completamente en pelota me extrajo mi pantalón, dejándome al igual que ella. Ella se subió de nuevo sobre mí y me tomó de ahí, lo dirigió hacia su caliente... Cuando el locutor casi de un grito la detuvo, yo dije a hijueputa metido. 

_¡¡Nooooo!! ¡¡alto ahí!! ¿Qué haces? ¿No pensarás meterte con ese chico así nada más, recuerda que hay mil enfermedades y entre la peor esta una que dura nueve meses? ¡No olvides usar!: Preservativos: Rica Sensación. De venta en tu farmacia preferida. 

Eso dijo el locutor, por fin una buena, pero y ahora, ¿qué hago? si yo no tengo uno solo, es más, ni sé cómo se colocan. ¿Qué hago? Di algo condenado locutor. 

Pero en eso, solo se escuchó la estática... Claro, cuando más lo necesito se va del aire la estación, condenado locutor. La chica desnuda y ya de regreso, con el condón entre los dientes, rompía el envoltorio y mientras lo sacaba y lo colocaba con gran experiencia en su lugar. Me dijo.

_¿No es bueno el condenado Sr. Locutor? Por eso lo amo, está en todo, sin duda es el mejor locutor de todo le país; de no ser por él, esos gérmenes de los que me hablaste estarían en mi piel y bueno, para que te digo si esto esta bien rico ¿verdad?
_¡Dale! ¡dale! Antes de que regrese la estación al aire y el Sr. Locutor.

Por fin una buena de mi amigo el Sr. locutor, a partir de aquella noche siempre oigo su estación y la verdad, que esta en todo el condenado Sr. locutor y como dijo mi vecina, es el mejor.

Aunque me rompió el corazón, pues esa noche, ella no tuvo cita y por eso me cogió para no pasar una noche sin acompañante, pues a partir de esa noche, ya no me dio ni la hora. 
Siempre la vi muy bien acompañada y claro, escuchando nuestra estación preferida, la preferida de todos los chicos. 
Pero lo que aprendí esa noche, me dio otras inolvidables. Claro, siempre siguiendo las instrucciones del Señor Locutor. Tal cual como lo decía en cada intervención, eso me salvó la vida muchas otras veces. He hizo que todo fuera perfecto. Gracias Señor Locutor.






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