jueves, 16 de marzo de 2017

Oda al Corazón


Corazón, 
que hoy late a penas 
y a mis venas las llenas de sangre
con tanto esfuerzo.

Tantas veces latías tan fuerte.
Tantas veces sentí en mi pecho
agolparse por una pasión.

Corazón, 

que hoy poca sangre bombeas,
los años te han vuelto canzón
y por mí una enorme pena,
una enorme carga, 
así sientes a mi pesado y viejo cuerpo.

Coraznocito, 
cuantas noches no has pensado 
dejar sin latir a mi cuerpo,
me has provocado tanto frío
y otras, tremendo dolor de cabeza,
será que ya tienes colesterol.

Corazón, 
tanto tiempo latiendo a mil,
tanta pasión recorriendo por mis venas,
le dabas tanta fortaleza y noches
llenas de calor a mi juventud,
hoy a veces siento que casi desertas.

Corazón, 
no abandones aún mi pecho,
quiero sentirte latiendo ahí adentro,
sentir que aún me recorre por el cuerpo
sangre roja llena de pasión.

O, aunque sea eso, 
en mi pensamiento siento,
sé que estas tan cansado 
cómo el resto de mí.

Recordemos y revivamos 
aquella vieja pasión.

Corazón, 
si aún me queres como yo a ti,
no permitas que sufra, 
no me des agónica muerte.

El día que nos toque marchar 
que sea de un ataque al corazón 
o un paro cardíaco.

Que sea indoloro, que sea dormido
y que tenga un sueño húmedo.

Recordar, cuando juntos 
entregamos de nosotros lo mejor.

Corazón, 
juntos fuimos como una canción,
un dúo, que le dio alegría a tanta fiesta.

Tú, mi diapasón 
que le dabas ritmo a mi vida,
me inspirabas los mejores versos
para conquistar a otro corazón.

Y al momento de entregarte, 
ella sentía en su pecho cada palpito. 
¿Recuerdas? 
Eran honestos y llenos de amor.

Corazón, 
nunca olvides las aventuras que juntos vivimos,
sentir la adrenalina junto a cada glóbulo rojo 
que fortalecía a cada músculo 
y después venía la paz y la relajación.

Aunque tú me latías tan fuerte, 
que deseabas salir de mi pecho
a revivir toda aquella emoción.

Por aquellos viejos tiempos mi corazoncito,
has el favor y late otro tiempo 
aunque sea lento y pausado.

Permite a mi cuerpo 
sentir de nuevo toda aquella pasión.

Hoy eres luz tenue, 
cuando ayer fuiste un reflector.

Bella canción, 
con esos versos que salían del centro de ti,
así conocimos a quien duerme a mi lado
y a quien, aún le haces vibrar su corazón.

Por eso, debes seguir latiendo 
y entregándome un poco de vida
para poder seguir sintiendo 
su cálido cuerpo pegado al mío.

Tú, mi corazón 
y el de ella la mejor dupla,
quienes le dan vida a dos viejos cuerpos;
olvidados en esta enorme casa 
que un día fue chica,
lugar de risas, de tristezas, de tantas emociones, 
que te mantenían con vida;
deseoso de sentir un diástole 
y un sístole con tanta fuerza.

El mejor de mis músculos 
siempre fuiste tú, mi bello corazón.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario