viernes, 28 de abril de 2017

La chica 90-60-90


¡Carambolas! ¡Qué mujer tan bella! Noventa, sesenta, noventa.  Up and down en cada paso que da, le cálculo unos twenty years old, que hermosa hembra, eso llegó a mi mente cuando por casualidad a mi lado ella pasó. 
Yo tenía una gran hueva pero me levanté. Up, down, mis ojos por detrás de ella, mi mente la desnudó y vaya que lo disfrutó. El sol brillaba up, aquí down, mis pies pisaban muy seguros, mientras ella seguía su andar sin voltear. 
Si me presentía, eso no lo sé y tampoco me importó, yo seguía por detrás como su sombra. 
Al llegar a la bocacalle, ella se detuvo y a mí se me paró..., el corazón, no sabía que hacer, si pararme al lado o quedarme otro rato rezagado.

El viento llegó del sur y a su cabellera la agitó, mientras a mí, me agitaba el pecho, me repetía: ¡Caramba, carambolas que bolas!, parecen un par de peras, eso logré ver mientras ella observó si no viene algún auto y luego ya segura siguió su andar, yo seguí mi caminar, seguro siempre por detrás. 
Ahora mi mente imaginaba el vaivén de sus enormes peras, deliciosas frutas maduras que se me antojó morder. 

Aquella mujer era un cóctel de frutas prohibidas para mí, deliciosas fuentes de miel que no empalagan, por el contrario, te agradan y nunca te enfadan, ella pausó su andar. 
¡Wao! casi que le doy alcance, algo que no quiero aún, la vista desde aquí es hermosa, jamas vi nada tan majestuoso, bueno sí, en la tele o en el cine, tal vez en un reality show, pero ninguna ni si quera se le asoma, eso me asombra.

Seguía por detrás de mi cóctel de frutas tropicales, ahora le logré ver su pedicura, sus deditos son parte de su escultura, vaya ahora que estoy tan cerca me doy cuenta de su cintura. Qué cintura tan chica, creo que cabe entre mis manos, les haré un cincho sin broche, pero si con un candado pero con clave, para que no se pueda escapar de mis manos. 

Ella se detuvo de sopetón y me dijo... ¡Oye! ¿qué te traes? si no te alejas te daré un sopetón.
Al escuchar aquel vozarrón, me di cuenta que mi sueño perfecto, ahora era una horrenda pesadilla y que había caminado varias calles con tremenda hueva. Y que lo que se me había parado, se me cayó de golpe, me refiero a que casi me da una bradicardia. 

¡Maldito maricón! pero esta lindo el condenado, que me vale, para mí es la girl most beautiful que he visto, ella o él, ya había cruzado la calle. Mientras yo seguía en shock, pero a lo lejos la seguí admirando, cómo no admirar a tremendo ejemplar, me pregunto si llevará un par de jocotes entre sus piernas, ¿pero cómo los habrá de ocultar? esa duda me dio mucho miedo.

Me dije: Eso que te importa atarantado, tarado. Me senté de la impresión, pues seguía ahuevado y cansado, pues recordé mi tremenda hueva, ahí quedé privado con mis pensamientos, los que me daban escalofríos y temperatura, creo que hasta me dio fiebre, con la vista perdida en la nada queriendo sacar de mi mente a tremenda y falsa hembra, así me encontraba, como en una especie de trance. 

Cuando por la acera de al lado, otra hermosura, no era una noventa, sesenta,noventa; en lugar de peras, eran dos jocotitos, pero se veían jugosos, la cintura era un poco más rellenita, sus caderas eran pequeñitas, el resto no lo alcanzo a ver y es que aun está conmigo esta maldita hueva, el sol que no ayuda, pues, sigue arriba brilla y brilla sin una sola nube que se lo impida.

No me levantaré, para qué, si me puedo llevar otra sorpresota. Vaya sorpresa, la chica se detuvo y al verme cómo un personaje perdido en medio el desierto, sudado y treméndamente insolado, la calle la atravesó y hasta mí llegó, se paró frente a mí y a sus pies los vi, no puedo dar testimonio si tenía perfecta pedicura, pues llevaba un par de tenis Adidas, ella ahí parada, y yo viendo al suelo. 

Lentamente subí la vista, con mi mente preparada para otra sorpresa, me dije; esta seguro si será mujer, pero si vino hasta mí, desesperada estará; una momia seguro en el rostro llevará, seguí mi escaneo, ya voy por el ombligo, del cual cuelga una joya, que me dio reflejo del sol, ahora ciego por segundos estoy.

Maldito sol, ya deja de alumbrar por un rato o bájale a la intensidad que me estas deshidratando, bueno, después de mi linda reflexión contra el sol, seguí mi camino con rumbo hasta las vendas que llevaría la pendeja que estaba aun parada frente a mí, me detuve ante sus jocotes, tiernos y jugosos. 

A mi mente regresaron las ricas peras, mi cabeza de inmediato la sacudí, cómo a quien le cae un insecto o algo parecido, seguí mi camino visual, hasta que por fin llegué a su rostro, pero solo vi una sombra, por detrás de ella, el condenado sol que se reía a carcajadas de mí, el pelo, aunque no era tan largo se lo meneaba la brisa tímida y caliente que por la calle llegaba. Le dije. 

¡Hola!, ella me dijo: ¡Vaya hasta que te dignas en saludarme! ¿qué te pasa pisado? 
Me pareció conocida su delicada voz, pero no la reconocí, ella siguió con su rabieta y me dijo: ¿No piensas en pararte ante una dama? huevón de mierda.
¡Ah! eres tú. 

Se trataba de mi novia, que hace una semana se enojó conmigo por ser un tremendo huevón, uno que la dejó plantada el otro día, uno que no la llegó a recoger al salir de clases; le mande un mensaje, que decía: Que estaba enfermo. Pero poco más tarde me cachó en la mentira y desde entonces estaba conmigo molesta; cómo la gran puta. 

Me paré de una, era mi amorcito con su carita angelical y su lengua vulgar de satán, ese era su único pecado, sin decir aun nada, me recriminó, me dijo esto: 
Seguro te levantaste de tu letargo huevón, para seguir al travestí de mi primo, al que le dije: Anda a ver cómo esta el huevón de mi novio. ¿Verdad qué esta linda mi primo?

Yo sentí náuseas, pero lo acepté y le dije: Ya aprendí mi lección, me perdonas por favor. 
Ella me dijo con aquella lengua de satanás: Claro que si mi cerote y amado pior es nada. 
Y me besó, con su lengua me llegó hasta las amígdalas. Esto hacía que le perdonar su defecto al hablar, al expresarse.  


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