jueves, 6 de abril de 2017

Te amo tanto


Corazón de papel, labios de miel, roces de piel.

Eres tan linda. Mejillas rojas, ojos de mar, 
cuerpo de diosa.

Noches locas, pasiones encadenadas, 
noches empiernadas, eternas madrugadas.

No te olvides de mí, piensa solo en mí, 
deséame solo a mí, entrégate a mí.

Casa de Cartón, corazón de melón, 
cama sin colchón, cuerpos empapados y acaramelados.

Si tú quieres tambien yo quiero, 
si me besas tambien yo te beso,
si tu vas, tambien ahí voy, si regresas contigo me encuentro,
si te entregas, a ti tambien yo me entrego.

Cuerpos con hilos de plata, que nos mueven al antojo del otro,
hilos que no se ven, pero si de sienten, 
que pueden dañar y a la vez dar mucho amor.

Almas desnudas, que no dejan dudas, 
intrigas para disolver que se inventa la gente, 
amor del bueno, cómo el ajeno.

Favores gratis, ticketes con pasaportes solventes.

Verdades que no dañan a nadie, 
mentiras que se caen en el primer enfrentamiento, 
aire que llega de afuera y se instala aquí adentro.

Tantas tonterías que por ti hoy me invento, 
eres fruta que me deja un buen sabor de boca,
condimentos que sazonan mis sentimientos,
sal que le da sabor a cada mordida que le doy a tu piel, 
azúcar que me endulza el día,
sol que me calienta cada mañana, 
agua que baña de mi cuerpo el olor que dejó tu piel,
jabón que hace burbujas en mis cabellos 
y lava mi piel, poro por poro.

Poros que has dejado abiertos con tu calor, 
el que salió de tu ardiente piel.

La más linda mujer que vieron mis ojos, 
la mejor de las frutas que me deja 
un delicioso sabor cuando le quito la piel, 
lamiendo mis manos que se embadurnaron de miel, 
te busco la boca para compartir contigo
ese maravilloso sabor que por ti traigo en mi boca. 

Sensaciones que dejas bajo mi piel, 
palpitaciones que me indican que estoy vivo.

Eres tan linda, la más linda que mis ojos jamás verán, 
ni en mil veranos soleados, 
piel con arena salada, piel muy bien bronceada, 
quemaduras de sol, que con caricias las exfolia mi lengua 
con un roce húmedo que te humecta,
mejor que cualquier crema de laboratorio caro. 

Viajo junto al vapor que sale de tus poros 
con el olor de ese perfume y mil feromonas.

Marca de biquini que otros desearían lograr ver, 
marcas que conozco muy bien,
en la intimidad las he acariciado y me han excitado.

Te amo tanto, haces que invente mil tonterías, 
que para ti son poesía.

Mientras que para otros no tienen sentido, 
para nosotros es la vía que nos conduce a una loca pasión, 
deseamos devorarnos la piel.

Abrír la fruta prohibida y degustar de ella 
la más deliciosa miel, miel que jamás abejorro 
podrá degustar, porque se volvería loco 
y nunca regresaría a su colmena a alimentar a su reina, 
por ser tú, mi reina.

Enloquezco cuando me dices, eres el hombre que he deseado
con quien he soñado. Después que te gustaron los chicos, 
los que un día con ciega locura odiaste.

Nunca nadie en ti despertó, lo que yo en ti.

Cómo despertador te levantó una mañana la falda 
y tu acariciaste mi barba
te causó ruborizarte hasta la entrepierna.

Tú eres mía, yo soy tuyo. 
Somos azúcar y café, sal y pimienta, 
rosa y espinas, polen y pistilos, 
nubes y cielo azul, olas y arena,
estrellas de mar y cangrejos colorados 
que van de regreso, 
para no dejar de ver tu belleza 
sobre la arena blanca, 
me van insultando, cuando ven, 
cómo te como la boca.

Gracias por causar en mí 
tanta locura e inspirar en mí tanta tontería.
Gracias por permitir ve lo bello que hay bajo tu ropa.
Gracias por inyectar en mí tanta energía, 
energía que me entrega tu miel.
Gracias por hacer vibrar mi piel 
y a mi corazón elevar su presión arterial.
Gracias por vestirte frente a mí, 
haciendo como si no estoy.
Gracias por estar y por ser. Ser lo que más adoro y más amo.
Gracias por ser esa mujer, que a mi boca endulzas 
y siente toda mi piel.
Gracias por ser mi mujer, la más linda, 
te amo así y tú, me amas tambien así.
Gracias por ser mi cóncavo y yo tu convexo, 
por ser mi sábana y yo tu cama,
por ser mi alimento y yo la despensa, 
por ser la sal y yo el salero, 
por ser la estufa y yo el gas, 
que enciende nuestra hoguera. 





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