jueves, 18 de mayo de 2017

En busca del expediente perdido (como me lo contaron te lo cuento)


Juan es un amigo que tenía su vida hecha, se había graduado el mismo año que yo, pero de maestro, mi hermano, quien trabajaba en el Ministerio de Educación por aquellas fechas, de inmediato le colocó en una plaza de maestro, cargo que desempeñó por muchos años, hasta que un día, quien sabe por qué, pues nunca le pregunté y él nunca me comentó el porque de su decisión, pero este renunció, o a lo mejor le despidieron, pero el caso es que, dejó su digna profesión y su carrera hecha para los días postreros y una excelente jubilación. 
Al tiempo, pues nos dejamos de ver por largo tiempo, un día me lo encontré, al vernos nos saludamos cómo los hermanos que somos, esos hermanos que la vida parió en algún momento, nos abrazamos y nos cuestionamos qué era de nuestras vidas y familia, yo por mi lado, era en ese momento, un empresario exitoso y en asenso, pero al ver en lo que mi amigo trabajaba me causó pena, trabajaba como agente viajero (Y no es que este malo, pero lo digo por lo que ya has leído), viajaba por toda la república vendiendo un producto (el cual no menciono por no pagar por la publicidad).

Pero bueno, esta es otra historia, solo me ha servido como introducción para donde la historia me conduce. Resulta que después de aquel reencuentro, seguimos en contacto, al cabo de unos años, mi amigo Juan emigró como muchos para los USA, lugar en donde ahora se encuentra trabajando. 

Bueno, Juan me contó la historia que ahora les relato...


_Hola Juan, vengo contento. -le dijo su supervisor-. 

Se trataba de Pedro, quien fue compañero de ruta con Juan y quien por tener una larga trayectoria en esa empresa había ascendido a supervisor.

_Hola Pedro, desembucha y contá que te trae tan feliz.
_Pues, vengo del banco, el que me prestará para comprar mi casa propia.
_Vaya, esa es una excelente noticia amigo, me alegro por ti.
_Gracias, sabía que te alegrarías. Bueno a trabajar, pues hoy hay muchos pedidos por entregar.

A los días, Pedro llegó a la empresa, solo que esta vez, quien le acompañaba era la depresión y era evidente en su semblante que no estaba bien.

_¿Qué te trae así mi amigo Pedro? -Preguntó Juan-.
_Va, nada. Bueno, te cuento, ¿recuerdas que te dije que el banco me daría un préstamo?
_Pues claro, ¿no me digas que te lo negaron?
_Pues me lo han negado, me lo han dejado en suspenso mientras no soluciono un problema.
_¿Un problema?¿Qué problema podría tener el bueno de Pedro?
_Pues, aunque no lo creas, me han dicho que tengo problemas con la ley, que tengo mis antecedentes penales y judiciales manchados. Algo que no entiendo. Ellos, me han dado un tiempo para solucionar mi problema.
_¿Qué problema es, te lo han dicho?
_Por supuesto que no, tengo que ir a los despachos judiciales para solventar mi situación.
_Pues, que esperas amigo ve y soluciónalo, ese debe ser un error o algo como, un homónimo, ya sabes que eso se da frecuentemente.
_¿Si verdad? Eso debe ser. Bueno, iré y tú, a trabajar amigo, pues hay muchos pedidos pendientes de entrega.
_Si, ve sin pena yo me encargo. -Dijo Juan con la sonrisa en sus labios-.

Pedro llegó a la torre de Justicia, hizo una larga fila y luego de una larga y tediosa espera, escuchó que el alguacil le llamó, Pedro acudió al llamado y este le ingresó en una oficina, lugar en donde Pedro le explicó al alguacil su problema.

_Veamos... Don Pedro Iqui. Mmmm, vaya, vaya.
_¡Encontró algo, qué es lo que me esta bloqueando mi préstamo, qué tengo pendiente con la justicia?
_Ah, no, es que mañana juegan el Madrid y el Barsa, vaya partidazo ¿no cree?
_Señor, por favor, seriedad, mi problema es grave y me urge solucionarlo.
_Ejem, sí, perdón, pensé que usted era aficionado también. Pues mire, aquí en el sistema no aparece nada. 

Pedro sintió un alivio, seguro era una equivocación-. 

_Mmmm, espere señor Iqui, aquí esta, lo encontré, usted es un roba autos. Según me reporta el archivo, usted robó un auto en la década de los setenta, usted es un prófugo de la ley desde entonces. ¿Qué bárbaro, cómo logró para que no lo atraparan, si en aquellas épocas la G2 era una maravilla, solo comparada con el FBI? Y mire como son las cosas, seguramente usted dijo; a estos ya me los tonteé y me les presento y ya, no mi amigo, quedará usted detenido y tendrá que pagar por su condena pendiente. No se mueva, llamaré a un oficial para que lo enchache.
_Espere hombre, cómo se le ocurre que yo sería tan iluso de venir a meterme a la boca del lobo, aquí debe haber un error, vea bien. A propósito, ¿a qué equipo le va usted, al Madrid o al Barsa?
_Pues, ¿acaso no es evidente, qué no se me nota, por supuesto que al Madrid?, esos Farzas me dan...
_Bueno, digo, que bien, pues yo tambien le voy a ese equipo, el mejor del mundo ¡Ala Madrid!

El alguacil y aficionado de hueso colorado, se levantó y se dirigió hasta la puerta, la cerró y echó llave, luego regresó a su escritorio y se sentó.

_Bueno amigo, haré algo por usted, según el reporte oficial, usted se robó un auto en el año de 1977, se trataba de un Toyotilla mil, del mismo año.
_Un momento, recuerdo el incidente.
_O sea qué, ¿si se lo robó y qué lo hizo?, ¿lo vendió en partes, lo sacó del país, cuente y confiese que hizo con el carrito?
_No hombre, lo que sucedió es que un borracho, quien venía celebrando la victoria del Barsa sobre el Madrid...
_Recuero esa derrota, pero fue por el arbitro...
_Bueno, resulta que ese tipo me chocó mi carrito y se dio a la fuga, lo perseguí, pero mi auto quedó muy dañado que no pude darle alcance, entonces me dirigí a la comisaría más cercana y puse la denuncia, lo recuerdo como si fue ayer...
_Sí, horrible derrota, creo que fue por goleada, unos penaltis, regalo del maldito arbitro...
_Lo que no entiendo, es cómo pasé de acusador a acusado y el peor de los casos, que no dice que fue por choque, sino por robo. Eso es inaudito.
_Seguramente el oficial era del Barsa y supo que usted le iba al Madrid y por ello, lo jodió, esos son unos mal paridos mi apreciado amigo.
_No, no creo. -al ver que el alguacil colocaba su seño en V-. Digo, sí, seguro eso fue. Pero, ¿qué hago ahora?
_Pues vea mi amigo, ¿se recuerda donde fue el incidente?
_Pues claro, fue en Mixco. 
_Pues bien, recuerde que para esa época no existían las computadoras, eso quiere decir que los expedientes estarán en el organismo judicial de Mixco, y esta información, la haber hecho un condenado del Farza, y cambió los términos y lo puso a usted como un delincuente, igual a ellos. Le sugiero que vaya allá y que le entreguen una copia del expediente, así, usted limpiará su honorable nombre mi amigo. Yo mientras, haré como que usted nunca estuvo aquí. ¿Estamos?
_Gracias, se lo agradezco mucho, no sabe cuanto. -Pedro se dirigió hasta la puerta y antes de salir dijo-.
_¡¡Ala Madrid!!
_¡¡Ala Madrid!! dijo el alguacil y se colocó los dedos indice y medio en el pecho, los ojos se le aguaron.

_Pendejo aficionado, yo soy puro Barsa, ¡Fuerza Barsa! 
Se dijo mentalmente y regresó a la oficina.  

Al regresar a la oficina se encontró con Juan.

_¿Cómo te fue, verdad que era un homónimo?
_No, era lago peor, según el ordenador del alguacil, soy un prófugo de la justicia, se me acusa de robo de autos.
_Jajaja, ¿en serio?, ¿tú?, jajajaja.
_Estoy hablando en serio, ya me quedaba en los calabozos, pero gracias a que el alguacil era un Madridista de hueso duro, me dejó libre, le hice creer que era un de esos pendejos. Me acompañarías mañana al juzgado de Mixco a solucionar este problema.
_Estas loco, y que piensen que soy tu cómplice en el robo de autos, eso no, jamás... ¡Jajaja! ¿te la creíste?, claro que voy amigo, pero, ¿y las entregas que tengo pendientes son muchas recuerdas?
_Por eso no te preocupes, eso lo soluciono yo.

Al día siguiente, se hicieron presentes en el juzgado de Mixco, hicieron otra larga y tediosa fila, después de horas bajo el sol, alguien les llamó desde adentro de una oficina.

_¡El siguiente!

Entraron con quien les solicitó y le contaron todo, con pelos y señales, este, quien era una persona normal, les dijo.

_Uy amigo, eso si que esta de pelos, mejor no le mueva al pasado y olvidese de ese prestamo, mejor busquese un prestamista. 
_No señor, quiero solventar mi situación, limpiar mi nombre. Por favor. ¿Qué le sucede?
Dijo Pedro muy indignado.

_Bueno. Haré algo por usted, pero esto nadie debe de saberlo, lo haré porque me han caído muy bien y porque quiere limpiar su nombre, por favor síganme.

Los amigos siguieron a quien les tendió la mano, se dirigieron por un largo pasillo, luego por un enorme terreno, por el cual, al fondo se veían las cárceles hacinadas, luego de caminar un buen tramo, llegaron a un lugar lúgubre y sucio, se veía muy húmedo, un lugar donde pareciera que nadie llegaba por ahí desde hace muchos años, el tipo abrió la puerta la cual, rechinó horriblemente, al abrir la puerta, salieron de adentro volando espantadas unas aves negras, más bien, unos zanates o algo parecido, esto alarmó a los visitantes, no así a quien los condujo hasta ahí.

_Bueno señores, este es el banco de información de la década de los sesenta, hasta los noventa, en algún lugar deberá estar su expediente, buena suerte en la búsqueda, los dejo; tendré que cerrar, pues nadie debe saber que ustedes están aquí. Bueno eso no pasará. Jejeje, pero por si las dudas. Tienen mucho por revisar. Buena suerte.

El tipo se retiró y ellos, Juan y Pedro quedaron allí, observaron el panorama y lo que lograban ver era miles de estanterías podridas, en ellas, muchos archivos en folder que un día fueron amarillos pero que hoy eran cafés, sobre ellos, ratas, unas enormes ratas, aves como las que vieron salir del lugar, cucarachas y cualquier otro tipo de alimañas que habían encontrado un hábitat para sobrevivir y alimentarse de lo que ahí se guardaba. Entre miles de folders, estaba la solución al problema de Pedro.

_Bueno mi buen Pedro, pues, manos a la obra, quien quita y en el primer archivo que revisemos y encontremos el tuyo, ¿no? -Le palmeo la espalda-.

Y procedieron a revisar, mientras lo hacían, uno le decía al otro. 

_Escucha este caso, wao, no recuerdo haberlo escuchado por las noticias.
_Ni en los periódicos, Cuanto incidente como el mío no habrá aquí y tambien, cuanto condenado delincuente habrá por las calles campante.

Ese día no encontraron nada y los días siguientes tampoco, así estuvieron por semanas, en busca del expediente perdido, pero sin buena fortuna.

Hasta aquí iba la narración de mi amigo Juan y se detuvo, yo le dije, cómo ustedes dirán, Y, ¿qué pasó? ¿encontraron el expediente? ¿Pudo Pedro demostrar su inocencia? ¿Le dieron el préstamo, compro su casa? Juan me dijo, con voz indiferente, pues era una llamada telefonista desde Texas que me había regalado mi amigo Juan, con quien hablamos muy a menudo, pero por ahora espero a que me llame para continuar esta historia. Pues el condenado me dijo esto.

_Pues quien sabe mi  hermano, porque en eso me vine para acá y no supe que pasó con aquel, pero lo llamaré, espero y aun tenga el mismo número de teléfono, le pregunto y te cuento.

Así que, mientras Juan no me llame, me quedo igual que ustedes, lo siento, pero hagan de cuenta que esta historia continuará...


El punto por el que les cuento una historia inconclusa, es para dejar constancia de la situación de nuestras sociedades en aquellas épocas, que no distan de las actuales, de los analfabetos que eran nuestros agentes policíacos quienes recibían nuestras denuncias, que apenas escribían con dos dedos indices en las maquinas de esa época y que apenas sabían escribir y leer, pues si mucho y con suerte, el más chispudo entre ellos, logró salir de sexto primaria y eso ya es mucho decir, como quien dice, palabra mayor, pero que hoy día a pesar de que son estudiantes universitarios y hasta profesionales siguen siendo unas porquerías en cuanto a atencion al cliente, burócratas que les vale madre el dolor y los problemas del que llega a sus oficinas. 

Ah y que siguen habiendo aficionados de equipos que no les pertenecen a sus paises, pero que se pelean como si se trataran de los propios, en fin, esta sería la moraleja de esta historia, que seguimos jodidos, que nada ha cambiado, seguimos sumergidos en la misma porquería de la corrupción, el nepotismo y el venalismo, que estamos atrasados como doscientos años en comparación a las potencias mundiales, en donde mal que bien, se dan estos casos; pero a un nivel más decoroso y con menos frecuencia, pues en estos países solo les sigue corriendo entre las venas una maldito racismo y no solo de color y genero, sino de origen, en fin, en resumen, es que el tiempo pasa, los actores cambian, pero los papeles a caracterizar siguen y seguirán siendo los mismos, como ver un remix de una película de los años cincuenta, pero con mejores efectos o una telenovela que la van repitiendo por generaciones y generaciones o por último y esto si es bueno, como el caso de: El Chavo del 8 y el Chapulín Colorado; que sigue vigente y seguirán, por los siglos de los siglos. 

Hasta la próxima.




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